Pan para todos
Por uno de esos contrasentidos habituales en la historia del cine -como el considerar que Henry James es un escritor f¨¢cilmente adaptable a la pantalla, por ejemplo-, se ha tenido siempre al Peter Pan de J. M. Barrie como una obra "para ni?os", f¨¢cilmente traducible a im¨¢genes aventureras, cuando la realidad es que se trata de un texto terrible, que, como quer¨ªa su autor, estaba destinado "a quienes alguna vez hab¨ªan sido ni?os". Es decir, a quienes supieran entender la hondura del conflicto central que la obra propone: crecer o no, aceptar responsabilidades o no: hacerse cargo, en suma, de la fuerza de los sentimientos. De ah¨ª que las pel¨ªculas que m¨¢s hayan servido para fijar los lugares comunes cinematogr¨¢ficos sobre el personaje sean, parad¨®jicamente, las m¨¢s banales, como la versi¨®n animada de la Disney (1953) o la infantil Hook, de Steven Spielberg, y no la oscura, aunque hoy tan olvidada, pel¨ªcula muda, de 1924, extraordinaria obra de Herbert Brenon.
PETER PAN
Direcci¨®n: P. J. Hogan. Int¨¦rpretes: Jeremy Sumpter, Rachel Hurd-Wood, Jason Isaacs, Olivia Williams, Lynn Redgrave, Ludivine Sagnier, Harry Newell, Freddie Popplewell. G¨¦nero: aventuras, EE.UU., 2003. Duraci¨®n: 113 minutos.
A medio caballo entre esa f¨¦erie cargada de mudas, siniestras sombras y el ejercicio huero de espectacularidad de Spielberg se sit¨²a esta versi¨®n, rodada en su pa¨ªs por el australiano P. J. Hogan (lo recuerda el lector como director de La boda de mi mejor amigo). Es decir, una versi¨®n que no desde?a el toque gratuitamente siniestro (como mostrar el mu?¨®n de Garfio antes de calzarse su temible ap¨®sito), pero que tampoco olvida, por fortuna, de qu¨¦ va la cosa. De manera que, sin dejar nunca de ser una pel¨ªcula de ni?os (la comicidad apunta hacia all¨ª, el ternurismo del final tambi¨¦n, como la ausencia del ¨²ltimo cap¨ªtulo de la novela, ¨¦se que enfrenta a Wendy adulta con el sempiterno ni?o que sigue siendo Peter), lo cierto es que ni Hogan ni su coguionista, Michael Goldenberg, se terminan de olvidar de que, al fin y al cabo, Pan es un personaje perfectamente contempor¨¢neo y el dilema que arrastra, merecidamente universal.
Tiene, por tanto, esta nueva versi¨®n los gui?os apropiados para la platea infantil, pero tambi¨¦n los toques actualizados para otro tipo de p¨²blicos. De hecho, al centrar la acci¨®n alrededor del amor posible entre Wendy y Peter, o al realizar alg¨²n que otro inteligente gui?o al espectador avisado, como hacer que el padre de Wendy y Garfio sean interpretados por el mismo actor, Hogan y Goldenberg logran que, al menos, su versi¨®n no pueda ser considerada ni ?o?a ni in¨²til... Algo que, en el fondo, este cronista le agradece de coraz¨®n.
Babelia
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