LIVIA BOGDAN / Vivir al d¨ªa

Livia Bogdan ten¨ªa 27 a?os, era rumana, se dedicaba a cuidar ni?os y llevaba dos a?os en Espa?a a la espera de regularizar su situaci¨®n. Aunque fue la ¨²ltima de su familia en emigrar tras sus padres, su hermano y su hermana, fue la que mejor se adapt¨® a la nueva vida. Su hermano, Daniel, al que toda la familia llama Bibi, cuenta de ella que era tan sociable que "a veces hab¨ªa que decirle que no hablara tanto con extra?os". "Era una de esas personas amigas de todo el mundo", a?ade. "Si un amigo suyo ven¨ªa con otros dos, ya era amiga de los otros dos". Cada ma?ana sub¨ªa al tren en la estaci¨®n de Coslada a las 7.10 en direcci¨®n a Nuevos Ministerios para acudir a la casa en la que trabajaba, cerca del estadio Santiago Bernab¨¦u.

Livia no paraba quieta. "Sal¨ªa todos los d¨ªas", afirma su t¨ªa Rodica. "Adem¨¢s, era muy presumida. Se compraba muchas cosas para ella y siempre se pon¨ªa muy guapa, aparte de que lo era". Estaba en el mejor momento de su vida y, seg¨²n su hermano, no lo desaprovechaba. "Era una persona que viv¨ªa al d¨ªa, no pensaba en lo que iba a hacer ma?ana. No hac¨ªa planes ni de la ma?ana para la tarde. Hoy estaba aqu¨ª y ma?ana all¨ª".

En su localidad natal de Rimnicu Sarat, al noreste de Bucarest, hab¨ªa trabajado en un taller de confecci¨®n. En Madrid "estaba mucho mejor", comenta su t¨ªo Mihai, que no fue en aquel tren maldito porque le cambiaron de destino en el trabajo dos d¨ªas antes. Disfrutaba compr¨¢ndole regalos a su sobrina Madelina, de seis a?os, a la que llevaba a pasear por Coslada o por el Retiro casi todos los d¨ªas. El ¨²ltimo juguete que le compr¨® fue una cometa con muchos colores.

En sus fotos, Livia posa para la c¨¢mara, arreglada y sonriente. En Espa?a era muy feliz, seg¨²n su t¨ªa Rodica, y "no quer¨ªa volver nunca a Rumania".