Todos a favor del velo, menos la Liga
F¨¢tima Mouayche, de 40 a?os, natural de Casablanca (Marruecos), ha sido esta semana el rostro del islam en Italia. Y el s¨ªmbolo de los esfuerzos del ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, por integrar en el pa¨ªs a la comunidad musulmana, que supera el mill¨®n de personas sobre un total de 57. La aventura de Mouayche, despedida de una guarder¨ªa infantil piamontesa con el argumento de que el pa?uelo que llevaba en la cabeza "asustaba a los ni?os", abri¨® un nuevo episodio del interminable debate sobre integraci¨®n o asimilaci¨®n, sobre tolerancia o intransigencia, con el riesgo de terrorismo siempre como fondo.
Pisanu, empe?ado en crear un islam italiano sobre la base de la ciudadan¨ªa, reaccion¨® de inmediato al despido de Mouayche. "El velo isl¨¢mico, llevado dignamente y sin ostentaciones, es s¨®lo el s¨ªmbolo inocuo de una identidad cultural y religiosa que hay que respetar", declar¨® el ministro. "Espero", a?adi¨®, "que los responsables de la guarder¨ªa se den cuenta del error y lo corrijan". La asociaci¨®n de padres de la guarder¨ªa de Samone, una localidad pr¨®xima a Tur¨ªn, la zona donde los musulmanes son m¨¢s numerosos y activos, se neg¨® a reconsiderar su decisi¨®n. Pero el Ayuntamiento de Ivrea, un pueblo vecino, ofreci¨® empleo a F¨¢tima Mouayche en la guarder¨ªa municipal y ma?ana lunes empezar¨¢ a trabajar, con un contrato de pr¨¢cticas. Mouayche, divorciada, tres hijos, ex empleada de la limpieza en un hospital y ex obrera en una f¨¢brica de componentes automovil¨ªsticos, se ofreci¨® a descubrirse el cabello en clase; el Ayuntamiento de Ivrea no lo consider¨® necesario.
La pol¨ªtica de Berlusconi tiene dos caras: m¨¢xima tolerancia con los musulmanes y 'tolerancia cero' con los sospechosos de simpatizar con grupos terroristas
Todas las fuerzas pol¨ªticas se pusieron del lado de F¨¢tima Mouayche, excepto una, la Liga Norte, con cuatro ministros en el Gobierno de Silvio Berlusconi. El movimiento federalista-independentista de Umberto Bossi es el ¨²nico abiertamente xen¨®fobo en Italia y utiliza como argumento electoral el rechazo a los musulmanes, especialmente agudo en el norte industrial, al que acuden la mayor¨ªa de los inmigrantes. La Liga propugna la prohibici¨®n de los s¨ªmbolos isl¨¢micos en los centros p¨²blicos, como se ha hecho en Francia. Y va mucho m¨¢s all¨¢: exige que se paralice la construcci¨®n de mezquitas, de las que en Italia existen 214 reconocidas oficialmente (98 en la Padania, que la Liga considera su pa¨ªs), y que antes de autorizar una nueva mezquita sea consultada, en refer¨¦ndum, toda la poblaci¨®n de la localidad afectada.
Federico Bricolo, vicepresidente del grupo de la Liga en la C¨¢mara de Diputados, asegura que "el islam asesino encuentra terreno f¨¦rtil en las mezquitas italianas: acabemos con la hipocres¨ªa del islam moderado, que seg¨²n algunos es la mayor¨ªa: ?alguna vez alguno de esos musulmanes supuestamente moderados ha denunciado a un imam por predicar la guerra contra Occidente?". Es cierto que algunas mezquitas, como la de la calle de Jenner, en Mil¨¢n, han albergado n¨²cleos relacionados con Al Qaeda.
Y, sin embargo, el retrato-robot del musulm¨¢n en Italia dice que naci¨® en Marruecos, que tiene un nivel de estudios medio y que se muestra fr¨ªo respecto a la religi¨®n. S¨®lo un 5% de la comunidad isl¨¢mica acude regularmente a la mezquita, seg¨²n estimaciones del Ministerio del Interior. Con la salvedad de la Liga, la pol¨ªtica del Gobierno de Berlusconi, inspirada por Pisanu, tiene dos vertientes: m¨¢xima tolerancia con el conjunto de los musulmanes, y "tolerancia cero" con los sospechosos de simpatizar con movimientos terroristas. En caso de sospecha sin pruebas s¨®lidas, se detiene a la persona en cuesti¨®n y se la expulsa del pa¨ªs por v¨ªa administrativa, de acuerdo con una orden ejecutiva aprobada por el anterior Gobierno de centro-izquierda.
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