Carod-Rovira se queda
Quienes esperaban ver al l¨ªder del independentismo catal¨¢n, Josep Llu¨ªs Carod-Rovira, reivindicando su figura y sus postulados en el Congreso de los Diputados se van a quedar con las ganas. Carod no recoger¨¢ el acta de diputado a Cortes que gan¨® el 14-M y se quedar¨¢ en su esca?o del Parlamento catal¨¢n. Quiere ser presidente de la Generalitat en 2007 y ha decidido precindir de lo que ahora pudiera esperarse de ¨¦l en el Congreso. No lo considera ¨²til para su objetivo presidencial.
Ins¨®lita situaci¨®n. En los bancos del Parlamento catal¨¢n, habituado durante dos d¨¦cadas largas a un solo presidente, Jordi Pujol, se sientan ahora tres aspirantes con serias posibilidades de hacerse con la presidencia de la Generalitat en la pr¨®xima legislatura. El primero es el actual presidente, el socialista Pasqual Maragall, que siempre ha hablado de ocho a?os para llevar a cabo sus proyectos; el segundo es el l¨ªder de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU), Artur Mas, que sue?a con recuperar desde la oposici¨®n el poder cuyo recuerdo tiene todav¨ªa dolorosamente fresco, y ahora, Carod, que hasta hace un mes formaba parte del propio Gobierno de Maragall, se convierte ya en un pol¨ªtico dedicado prioritariamente a las elecciones de 2007. No tiene otro trabajo primordial que esa larga campa?a electoral.
La voz de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso de los Diputados seguir¨¢ siendo la de Joan Puigcerc¨®s, como en la legislatura pasada
"Los vascos que quieren ser 'lehendakari' no van de diputados a Madrid, y los catalanes que quieren presidir la Generalitat, tampoco", argumentan los independentistas
La perspectiva de un Carod merodeando por Catalu?a de conferencia en conferencia y postul¨¢ndose como futuro presidente no gusta ni un ¨¢pice a sus socios socialistas en el Gobierno catal¨¢n. "Que se aguanten", respondi¨® esta semana cuando se lo recordaron los periodistas. "Que haga lo que quiera", dijo Maragall el jueves, haci¨¦ndose el indiferente. Pero la pugna est¨¢ ah¨ª.
El caso de otro socio del tripartito, Joan Saura, l¨ªder de Iniciativa-Verds, es distinto porque carece de posibilidades reales de alcanzar la presidencia. Sin embargo, todos prefer¨ªan tener a Carod en el Congreso de los Diputados. No en vano recuerdan que, pocos d¨ªas despu¨¦s de dimitir como conseller en cap, el cargo equivalente a vicepresidente que ocup¨® durante cinco semanas en el Gobierno de Maragall, Carod mostr¨® una llave en una conferencia de prensa para dejar claro que segu¨ªa teniendo en sus manos la viabilidad del tripartito catal¨¢n.
La historia de la no adquirida condici¨®n de diputado a Cortes de Carod se inici¨® de manera insospechada para ¨¦l cuando el 27 de enero se vio obligado a dimitir como conseller en cap. De espaldas a Maragall hab¨ªa tenido en Perpi?¨¢n una entrevista con la c¨²pula de ETA en busca de una tregua, y el esc¨¢ndalo organizado cuando la realizaci¨®n de este encuentro se filtr¨® a la prensa cort¨® en seco su apenas iniciada trayectoria como hombre de gobierno.
Carod reconoci¨® entonces que no debi¨® ocultar tan delicado asunto al Gobierno del que formaba parte. Por eso dimiti¨®. Pero, pese a la feroz campa?a desatada por el PP contra ¨¦l por "hablar con asesinos", nunca renunci¨® al principio del di¨¢logo como f¨®rmula para resolver los conflictos, sobre todo los m¨¢s dif¨ªciles; nunca reconoci¨® que la entrevista con ETA fue un error en s¨ª misma. Al rev¨¦s, lo someti¨® todo a la consideraci¨®n del electorado: encabez¨® la candidatura de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en las elecciones generales para que fueran los electores quienes juzgaran su actuaci¨®n.
Los electores fueron extraordinariamente generosos con ¨¦l, tras una campa?a en la que fue m¨¢s aclamado que nunca por los miembros del partido, los simpatizantes y un entorno que no ha cesado de ensancharse desde las elecciones municipales de mayo de 2003. El 14-M, su partido pas¨® de uno a ocho diputados. El 16% de los votos en Catalu?a. Cuarto grupo del Congreso de los Diputados. Era l¨®gico pensar, pues, que uno de los platos fuertes del inicio de esta legislatura iba a ser el espect¨¢culo de un Carod reci¨¦n reforzado en las urnas defendiendo sus ideas en el Congreso frente a los derrotados diputados del PP que le hab¨ªan demonizado durante los ¨²ltimos meses.
Pero la l¨®gica de un l¨ªder independentista no pasa por Madrid. "Los vascos que quieren ser lehendakari no van de diputados a Madrid. Y los catalanes que quieren presidir la Generalitat, tampoco", argument¨® la semana pasada uno de los dirigentes de Esquerra para explicar el comportamiento de su l¨ªder. El caso de Jordi Pujol, que fue diputado a Cortes desde 1977 hasta que alcanz¨® la presidencia de la Generalitat en 1980, no es equiparable a juicio de los republicanos porque lo fue en unos a?os en que no hab¨ªa estatuto de autonom¨ªa.
Esta actitud obedece a un principio no escrito de la pol¨ªtica catalana seg¨²n el cual la primera prioridad de un aspirante a la presidencia de la Generalitat es el escenario dom¨¦stico catal¨¢n. "Nosotros no hacemos como los Zaplana o los Bono, que prefieren un ministerio a la presidencia de la Generalitat Valenciana o a la de la Junta de Castilla-La Mancha". El propio Carod dijo que hubiera sido "surrealista" que todos los jefes de fila de los partidos catalanes tengan su esca?o en el Parlament mientras el del ¨²nico partido independentista lo ten¨ªa en las Cortes.
Es un criterio que apenas ha tenido contestaci¨®n en Esquerra. S¨®lo dos de los dirigentes del partido -Carles Bonet, uno de los numerosos vicesecretarios generales, y Josep Huguet, portavoz de Esquerra en el Parlament- apuntaron que Carod iba a perder una magn¨ªfica ocasi¨®n de trabajo pol¨ªtico en la capital de Espa?a. Sobre todo teniendo en cuenta que, por vez primera, Esquerra tiene ahora la ocasi¨®n de sintonizar con el Gobierno espa?ol en muchos aspectos. Y que ten¨ªa una oportunidad de oro para divulgar en toda Espa?a una idea del catalanismo distinta de la que durante m¨¢s de dos d¨¦cadas ha difundido Converg¨¨ncia i Uni¨®.
Carod ha reconocido que le hac¨ªa incluso "una cierta ilusi¨®n" poder exponer en el Congreso de los Diputados "el discurso del nacionalismo c¨ªvico" y la "idea republicana de naci¨®n" que tan bien ha penetrado en el electorado catal¨¢n. Pero no iba a repetirlo cada semana, y, en cambio, la renuncia al esca?o en el Parlamento catal¨¢n hubiera durado toda la legislatura y le hubiera impedido participar desde ¨¦l en la reforma del estatuto de autonom¨ªa. Que es el gran objetivo de la legislatura catalana.
La decisi¨®n de Carod significa tambi¨¦n, entre otras cosas, que la voz de Esquerra en el Congreso de los Diputados seguir¨¢ siendo la de Joan Puigcerc¨®s, como lo fue en la pasada legislatura. Carod y Puigcerc¨®s son dos tipolog¨ªas de pol¨ªticos distintas, aunque complementarias. Carod es el hombre de los discursos, de la ret¨®rica, de los grandes objetivos hist¨®ricos. Sin dejar de ser un diputado eficaz, Puigcerc¨®s es el hombre de las soluciones, el negociador h¨¢bil y paciente. El que se ha ocupado del partido de puertas adentro.
En el congreso que Esquerra celebrar¨¢ en julio est¨¢ previsto que se oficialice un reparto del poder entre ambos. No est¨¢ decidido si Carod se quedar¨¢ como secretario general y Puigcerc¨®s como secretario general adjunto, o Carod como presidente y Puigcerc¨®s como secretario general. En cualquier caso, la cuesti¨®n radica en que quede claro que Carod es el n¨²mero uno y Puigcerc¨®s es el n¨²mero dos.
En la senda de Jordi Pujol
LA AGENDA de Josep Llu¨ªs Carod para los pr¨®ximos tres a?os y medio est¨¢ ya prefigurada. Contendr¨¢ de manera sistem¨¢tica una conferencia semanal, encuentos y entrevistas con exponentes del tejido asociativo catal¨¢n y del entramado empresarial, y una actividad parlamentaria reservada a los principales asuntos del escenario catal¨¢n, en particular la propuesta de reforma del estatuto de autonom¨ªa. ?l lo explica de otra forma: "Recorrer¨¦ Catalu?a de punta a punta, de pueblo en pueblo, hasta el m¨¢s peque?o", explic¨® el jueves.
La decisi¨®n de pisar cada palmo cuadrado del pa¨ªs antes de 2007 ha sido uno de los motivos esenciales de Carod para no adquirir la condici¨®n de diputado a Cortes. En la pr¨¢ctica, estar toda la semana en Madrid se convierte en incompatible con los bolos a lo largo y ancho del territorio.
Todos los pol¨ªticos catalanes tomaron buena nota en su momento de la implacable determinaci¨®n y regularidad con la que el anterior presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dedic¨® sus fines de semana durante
23 a?os a visitar pueblos y ciudades. Atribuyeron
a esta voluntad de cercan¨ªa con los ciudadanos buena parte de sus repetidos ¨¦xitos electorales.
En el periodo 1999-2003, Pasqual Maragall, entonces aspirante a la presidencia de la Generalitat, dedic¨® tambi¨¦n sistem¨¢ticamente una parte de su actividad
a recorrer el territorio catal¨¢n. Carod no quiere quedarse atr¨¢s. Mejor dicho, quiere incorporarse plenamente a la carrera. Toda vez que, como ¨¦l dice, el espectacular ascenso registrado por su partido en las elecciones municipales, auton¨®micas y generales le ha situado
"en el grupo de los grandes" en Catalu?a.
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