Nuevo desastre del Celta
El conjunto vigu¨¦s no levanta cabeza y suma ante el Zaragoza su quinta derrota consecutiva
El Celta ha convertido la derrota en rutina. Ayer sum¨® la quinta consecutiva, esta vez frente al Zaragoza, que se convirti¨® en el noveno equipo que sale de Bala¨ªdos con los tres puntos. Con semejantes n¨²meros, m¨¢s que una amenaza el descenso es una certeza, en la que afici¨®n y jugadores parecen profesar una fe ciega. Se not¨® en el ambiente, fr¨ªo pese a lo que estaba en juego, pero tambi¨¦n en los futbolistas, que apenas se rebelan ya contra su destino. El Zaragoza se le iba con un empate en un partido con una sola ocasi¨®n en hora y cuarto de castigo a la pelota. S¨®lo cuando se adelant¨® el equipo de V¨ªctor Mu?oz en su primera ocasi¨®n se intuy¨® mala uva en los c¨¦lticos, que ¨²nicamente les sirvi¨® para encajar el segundo tanto en el tiempo de prolongaci¨®n.
CELTA 0 - ZARAGOZA 2
Celta: Pinto; ?ngel, M¨¦ndez, C¨¢ceres, Sylvinho; Jos¨¦ Ignacio (Edu, m. 70), Giovanella (Oubi?a, m. 24); Jesuli, Ilic, Gustavo L¨®pez (Gustavo L¨®pez, m. 53); y Milosevic.
Zaragoza: Valbuena; Cuartero, ?lvaro, Milito, Toledo; Poncio, Movilla; Cani (Galletti, m. 63), Dani, Savio (Juanele, m. 63); y David Villa (Yordi, m. 73).
Goles: 0-1. M. 75. Falta lanzada por Juanele que cabecea ?lvaro a la red.
0-2. M. 90. Yordi culmina un contrataque a centro de Galletti.
?rbitro: Rodr¨ªguez Santiago. Amonest¨® a ?lvaro, Mostovoi y Jesuli. Expuls¨® a C¨¢ceres por doble amarilla en el minuto 75.
Unos 15.000 espectadores en Bala¨ªdos.
En apenas dos semanas, el Zaragoza ha dado lustre a su sala de trofeos con una nueva Copa y finiquitado el curso con la permanencia. El Celta, en cambio, no hace sino degradarse, en medio de un ritual de desgracias que decoran unas derrotas casi siempre merecidas. Ayer vivi¨® el primer cap¨ªtulo de sus desventuras en la primera parte con la lesi¨®n de Giovanella, y el minuto 75 contempl¨® el advenimiento del temido desastre: una expulsi¨®n intolerable en el veterano C¨¢ceres, que impidi¨® el saque de una falta cuando ya estaba amonestado, y un gol de ?lvaro en el remate de la misma falta. Con diez jugadores y por debajo en el marcador, el p¨²blico que empez¨® a abandonar Bala¨ªdos, un estadio con los d¨ªas en Primera divisi¨®n contados, s¨®lo se perdi¨® el doloroso segundo gol, anotado por Yordi.
Le queda al Celta, pen¨²ltimo en la tabla, el consuelo de su mala suerte. No existe contratiempo que desconozca esta temporada, en la que su p¨¦simo f¨²tbol parece castigado por una conspiraci¨®n de la fortuna. Quiz¨¢s por eso, a las carencias t¨¢cticas, a las que el nuevo entrenador no ha puesto remedio, y a la baja forma de buena parte de su veterana plantilla se suma ahora un estado de ¨¢nimo aprensivo. La desgracia suele sobrevenir en m¨²ltiples formas. Ayer lo hizo en el fat¨ªdico minuto 75, con una expulsi¨®n y un gol en contra de una tacada. As¨ª es la vida cotidiana de este Celta de esp¨ªritu depresivo, atenazado por su terror al fracaso.
Poco queda de la defensa adelantada que impuso Antic a su llegada, un recurso al que la evidente debilidad defensiva de su equipo le ha obligado a renunciar. Mucho m¨¢s la adelant¨® ayer el Zaragoza, que con las l¨ªneas en el campo c¨¦ltico oblig¨® a los vigueses a elegir entre tocar la pelota sin sentido en su defensa o echar mano del bal¨®n frontal. Dividido por la mitad entre una defensa que no entiende de mimos al bal¨®n y una delantera desgastada por el paso de los a?os, el f¨²tbol del Celta fue sencillamente indecoroso. Le podr¨ªa alcanzar para un empate que prolongase su agon¨ªa, pero en casos como el suyo la tostada siempre cae del lado de la mantequilla.
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