Un compendio de la historia

La lista de f¨¢rmacos y t¨¦cnicas enumerada por el ex ciclista Jes¨²s Manzano es un verdadero compendio de la historia del dopaje. Empezando por el dopaje sangu¨ªneo en su versi¨®n original, de los a?os 70: las transfusiones sangu¨ªneas. Al deportista se le extrae al menos medio litro de sangre. Del volumen extra¨ªdo se obtienen los gl¨®bulos rojos, que son las c¨¦lulas encargadas de transportar ox¨ªgeno a todos los tejidos, y se almacenan en una nevera. Despu¨¦s hay que esperar al menos tres semanas a que una hormona producida por el ri?¨®n, la eritropoyetina (EPO), realice su trabajo: es decir, estimular la fabricaci¨®n de nuevos gl¨®bulos rojos, hasta volver a alcanzar los niveles previos a la extracci¨®n. Finalmente, se reinfunden al deportista los gl¨®bulos rojos conservados en la nevera. El resultado es bien sencillo: la sangre del deportista tiene m¨¢s gl¨®bulos rojos y, por tanto, puede transportar m¨¢s ox¨ªgeno a los m¨²sculos. Sin duda, el rendimiento f¨ªsico sale beneficiado.

Una versi¨®n m¨¢s moderna del dopaje sangu¨ªneo es la administraci¨®n de inyecciones de EPO recombinante, una hormona sintetizada por ingenier¨ªa gen¨¦tica y casi id¨¦ntica a la que nuestro cuerpo produce naturalmente. La ecuaci¨®n tambi¨¦n es sencilla: m¨¢s inyecciones igual a m¨¢s gl¨®bulos rojos y mejor rendimiento.

La ¨²ltima versi¨®n del dopaje sangu¨ªneo es el uso de sustitutos qu¨ªmicos de la hemoglobina humana, que es la prote¨ªna en la que viaja el ox¨ªgeno dentro de los gl¨®bulos rojos. De todos modos, no parece que estas mol¨¦culas aumenten claramente el rendimiento deportivo.

Los anabolizantes, que son f¨¢rmacos que estimulan la fabricaci¨®n de tejido muscular, son el abc del dopaje. Los m¨¢s importantes son la hormona del crecimiento y, sobre todo, los llamados esteroides anabolizantes, como la testosterona o la nandrolona.

El asunto del dopaje no est¨¢ exento de controversia cient¨ªfica, pues es dif¨ªcil conocer con exactitud los efectos secundarios que todos estos f¨¢rmacos, dise?ados para curar enfermedades, producen en un cuerpo joven y sano como el de un deportista. Las dosis supuestamente utilizadas para mejorar el rendimiento f¨ªsico no est¨¢n claramente documentadas en la literatura m¨¦dica. Por ello, mucho de lo que sabemos se deduce de estudios realizados en pacientes con dosis terap¨¦uticas: es decir, para la curaci¨®n de enfermedades como la anemia, la insuficiencia renal, la impotencia o las alteraciones de la gl¨¢ndula pituitaria.

De todas formas, que nadie se enga?e. Lo que de verdad distingue al ciclista profesional no es el dopaje. Por encima de cualquier f¨¢rmaco, est¨¢ su privilegiada herencia gen¨¦tica, su capacidad de sacrificio y su tolerancia al sufrimiento f¨ªsico. Y su valent¨ªa para jugarse la vida entren¨¢ndose y compitiendo.

Alejandro Luc¨ªa es profesor de la Universidad Europea de Madrid.