Crueles selecciones ol¨ªmpicas
El nadador Thorpe, por su salida falsa, se perder¨¢ su mejor prueba en Atenas, como Coe en Se¨²l 88 y Lewis en Barcelona 92
"Es rid¨ªculo", "de risa", dijeron dos de sus principales rivales sobre la eliminaci¨®n el s¨¢bado, en Sydney, de Ian Thorpe, una de las grandes estrellas de la nataci¨®n, por una salida falsa en su mejor prueba, los 400 metros libres, durante las selecciones ol¨ªmpicas australianas para los Juegos de Atenas.
La federaci¨®n internacional implant¨® en 1998 la regla de una ¨²nica salida para evitar los retrasos y luchar contra la picaresca anticipativa. Hasta los errores involuntarios est¨¢n incluidos en el castigo. Thorpe argument¨® que un ruido le hab¨ªa distra¨ªdo, pero se le rechaz¨®. Sin embargo, la avalancha de protestas en Australia y en el extranjero a¨²n podr¨ªa tener una contestaci¨®n favorable a Thorpe si la propia federaci¨®n australiana logra repescarle sin infringir sus propias reglas.
La crueldad de las selecciones ol¨ªmpicas en los pa¨ªses de gran nivel depara a veces situaciones as¨ª. Thorpe no es el primer caso famoso. El atleta brit¨¢nico Sebastian Coe y el estadounidense Carl Lewis, por ejemplo, la sufrieron en su d¨ªa y un intento de rescate del primero por parte de Juan Antonio Samaranch, entonces presidente del COI, acab¨® en fracaso.
Thorpe, de 21 a?os, que ya hab¨ªa descartado atacar el r¨¦cord de las siete medallas de oro conseguidas por el estadounidense Mark Spitz en M¨²nich 72, se quedar¨¢, de momento, con los 100 y los 200 libres y los relevos de 4 x 100 y 4 x 200 libres y de 4 x 100 estilos. Tampoco se podr¨¢ enfrentar en los 400 a la nueva gran figura, el estadounidense Michael Phelps, en defensa de su t¨ªtulo ol¨ªmpico, conseguido en la misma piscina en la que el s¨¢bado naufrag¨®. Ayer, sin problemas, se clasific¨® para la final de los 200, hoy, en la que deber¨ªa obtener la plaza. "Lo que ha pasado tengo que dejarlo atr¨¢s. Hay otras pruebas que nadar", dijo tras tomar con deportividad ejemplar su descalificaci¨®n.
El holand¨¦s Pieter van de Hoogenband, que precisamente le derrot¨® en los 200 de Sydney 2000, coment¨®: "Es infantil. Deb¨ªan haberle dado otra oportunidad". Su compatriota Grant Hackett, que lo vivi¨® en directo, pidi¨® un cambio en la regla y que s¨®lo fuera falsa la segunda salida, como en el atletismo. Si no hay intenci¨®n de adelantarse, castigar a la primera un error de equilibrio, como pareci¨® el de Thorpe, se antoja un rigor innecesario.
Hackett, ya eterno segundo desde la imbatibilidad de Thorpe hace siete a?os, fue el ganador, con 3m 43,35s, a m¨¢s de tres segundos del r¨¦cord mundial que posee su gran rival desde 2002 con 3m 40,08s. La segunda plaza fue para Craig Stevens, que puede ser la clave si hay cambios en el desaguisado. Mejor especialista de los 1.500, podr¨ªa dejar el puesto a Thorpe y dedicarse a la prueba m¨¢s larga. El entrenador Leight Nugent lo insinu¨® ayer: "Si hay una plaza vacante, podremos elegir un sustituto. Pero, si no hay ninguna libre, no ser¨¢ posible". En el entorno de Thorpe, sin embargo, se asegura: "Jam¨¢s le pedir¨ªa a su amigo Craig que le dejara el puesto. Las reglas son las reglas y hay que cumplirlas".
Hasta el primer ministro australiano, John Howard, ha opinado: "Es una tragedia que uno de los mejores nadadores no nade su prueba estrella".
Algo as¨ª pens¨® el 7 de agosto de 1988 Samaranch cuando se enter¨® de que Coe, doble campe¨®n de los 1.500 metros en Mosc¨² 80 y Los ?ngeles 84, qued¨® cuarto en las selecciones brit¨¢nicas afectado por un catarro. Siempre admirador del mediofondista -le acab¨® colocando como miembro del m¨¢ximo organismo ol¨ªmpico-, se invent¨® una invitaci¨®n que justificaba por su prestigio, pero debi¨® retirarla ante las protestas de los propios clasificados brit¨¢nicos y otros extranjeros. "?Por qu¨¦ no van todos los cuartos del mundo?", fue lo m¨¢s suave que le dijeron. Steve Cram, uno de los que m¨¢s protestaron, fue cuarto en Se¨²l 88 y Peter Elliott cedi¨® el oro al keniano Peter Rono.
Otro caso sonado entre las muchas ausencias en las tambi¨¦n despiadadas selecciones estadounidenses fue el de Lewis para los 100 metros de Barcelona 92, donde gan¨® el relevo y la longitud. Y eso que ven¨ªa de batir el r¨¦cord mundial, con 9,86s, en los Mundiales de Tokio 91, en la hist¨®rica carrera con seis de los ocho finalistas en menos de 10s. "Mi eliminaci¨®n no es el fin del mundo", dijo en Nueva Orleans. Dennis Mitchell fue s¨®lo bronce y Leroy Burrell quinto en la final de oro para el brit¨¢nico Linford Christie.
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