La Casa Blanca acepta con condiciones que Rice declare bajo juramento
La comisi¨®n que investiga los fallos del 11-S no podr¨¢ llamar a otros consejeros de Bush
La presi¨®n de los 10 miembros de la comisi¨®n que investiga el 11-S y el temor del Gobierno de EE UU a ser acusado de falta de colaboraci¨®n precipit¨® ayer un cambio en la Casa Blanca, que acepta ahora la comparecencia de la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, en sesi¨®n p¨²blica y bajo juramento. El consejero legal de la Casa Blanca, Alberto Gonzales, exigi¨® dos condiciones previas: certificar por escrito que la comparecencia no siente precedente y obtener el compromiso de que no se volver¨¢ a citar a Rice ni a otros consejeros del presidente George W. Bush. La comisi¨®n acept¨® las condiciones.
Hasta primera hora de ayer, la Casa Blanca parec¨ªa empecinada en su negativa a permitir la comparecencia de la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, ante la comisi¨®n que investiga el 11-S. Rice se reuni¨® en febrero con los miembros de la comisi¨®n, pero en privado y con una limitaci¨®n que imped¨ªa grabar o transcribir su intervenci¨®n. La consejera ofrec¨ªa una nueva comparecencia bajo esas mismas condiciones, pero el Gobierno parece haber entendido que la negativa a aceptar una intervenci¨®n p¨²blica y bajo juramento hac¨ªa cundir una impresi¨®n de oscurantismo que no beneficia al presidente, George W. Bush, en esta campa?a electoral.
En una breve intervenci¨®n ante la prensa, Bush justific¨® ayer la comparecencia de Rice al asegurar que la comisi¨®n desarrollaba "una tarea crucial". "Para impedir nuevos atentados, tenemos que comprender los m¨¦todos de nuestro enemigo", dijo el presidente.
A primera hora de ayer, la Casa Blanca distribuy¨® una carta enviada por el consejero legal del Gobierno, Alberto Gonzales, a los miembros de la comisi¨®n. En el texto, Gonzales asegura que el presidente Bush "est¨¢ dispuesto a aceptar el testimonio en p¨²blico y bajo juramento de su consejera de Seguridad Nacional", pero sujeto a dos condiciones. "Primero, la comisi¨®n debe aceptar por escrito que el testimonio de Rice no siente precedente para futuras solicitudes de la comisi¨®n, o solicitudes en cualquier otro contexto, para el testimonio de un consejero de Seguridad Nacional o cualquier otro cargo de la Casa Blanca".
"Segundo", concluye, "la comisi¨®n debe aceptar por escrito que no solicitar¨¢ testimonio p¨²blico adicional de ning¨²n cargo de la Casa Blanca, incluida Rice".
A cambio, Gonzales concreta una oferta de comparecencia del presidente y del vicepresidente, que se hab¨ªan comprometido a colaborar, pero nunca hab¨ªan formalizado su aparici¨®n ante la comisi¨®n. Seg¨²n Gonzales, tanto Bush como Dick Cheney aceptan comparecer, pero con condiciones: lo har¨¢n juntos, a puerta cerrada, y s¨®lo ante los miembros de la comisi¨®n y un asistente que podr¨¢ tomar notas, pero no transcribir. En contrapartida, Bush y Cheney aceptan que est¨¦n presentes los 10 miembros de la comisi¨®n, no s¨®lo el presidente y el vicepresidente, como exig¨ªan inicialmente.
La comisi¨®n acept¨® las condiciones, aunque algunos pol¨ªticos dem¨®cratas tem¨ªan despu¨¦s que la letra peque?a pudiera contener trampas. Tal y como se ha pactado, la comparecencia de Rice y las de Bush y Cheney cerrar¨¢n la aportaci¨®n del Gobierno a la investigaci¨®n del 11-S. Si en su testimonio surgen divergencias de alg¨²n tipo, la comisi¨®n no podr¨¢ ni volver a solicitar su comparecencia ni la de otros cargos que puedan aclarar las disonancias.
Con todo, el acuerdo permitir¨¢ a los miembros de la comisi¨®n indagar en las acusaciones formuladas por el ex consejero antiterrorista de Bush Richard Clarke, que ha acusado al presidente de no tener ning¨²n inter¨¦s en luchar contra el terrorismo antes del 11-S y, sobre todo, de aprovechar esos atentados para imponer una agenda personal que inclu¨ªa ineludiblemente la invasi¨®n de Irak.
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