Rep¨²blica pragm¨¢tica
"Aldapeko sagarraren adarraren puntan,/ puntaren puntan,/ txoria zegoen kantari./ Txiruriruri, txiruriruri./ Nork dantzatuko ote du soinutxo hori?"
Es un canon vasco casi universalmente conocido. [En la punta de la rama del manzano de Aldape,/ en la punta m¨¢s extrema/ cantaba el p¨¢jaro./ Txiruriruri, txiruriruri./ ?Qui¨¦n ser¨¢ capaz de bailar esa tonadilla?] De tan com¨²n y conocido como es, no nos damos hemos dado cuenta de la existencia de ese p¨¢jaro aleg¨®rico que canta m¨¢s all¨¢ de la rama m¨¢s remota del manzano.
M¨¢s all¨¢ de lo nunca visto o alcanzable. ?Es ¨¦ste nuestro modo profundo de pensar? ?Necesitamos pensar siempre en un lugar m¨¢s all¨¢ de Ori¨®n? Hoy parece que debe ser as¨ª,... pero no es cierto.
Hay sociedades que se han constituido lejos de la dogm¨¢tica y el aleg¨®rico p¨¢jaro. Hay sociedades que buscan la verdad y la solidaridad en lo que ven y estiman colectivamente como verdadero. Han hecho constituciones pr¨¢cticas y viables. Ocurre, como puede suponerse, con la sociedad americana (o norteamericana, si se prefiere).
Su pragmatismo en el pensar, desde Benjamin Franklin para aqu¨ª, ha sido norma y norte para constituirse como pa¨ªs (o naci¨®n). Hay una "objetividad" que ignoran (la llamada "objetividad hist¨®rica", pongamos: Espa?a, Euskadi, Euskal Herria) por una solidaridad que estiman como verdadera.
?Qu¨¦ es lo cierto? En t¨¦rminos pol¨ªticos importa poco. Cuenta generar una sociedad cohesionada, cuenta la solidaridad sobre la objetividad (habitualmente contradictoria).
El presidente del PSE, Jes¨²s Eguiguren, nos propone cambiar el Estatuto de Gernika. ?Por? ?Acaso somos legos los dem¨¢s? ?Acaso creemos que cabe mejorarlo? ?En qu¨¦ punto? Eguiguren sigue bailando al son del p¨¢jaro del manzano de Aldapeko. (P¨¢jaro que ha inspirado el plan Ibarretxe y enso?aciones variadas... bastante tontas todas ellas, debe a?adirse.)
"Estamos en una nueva coyuntura. Jos¨¦ Luis Zapatero ser¨¢ quien gobierne." Cierto. ?Y?, me pregunto. Podemos bailar al son del dichoso y esot¨¦rico pajarraco del citado manzano o pisar tierra; ser flexibles con los tiempos, armonizar voluntades y ser flexibles a oportunidades operativas.
Est¨¢ muy bien que nos liberemos del fundamentalismo de Partido Popular. Est¨¢ bien que ello no provoque el fundamentalismo del Partido Nacionalista Vasco. Pero no por ello debemos ir al ingenuo fundamentalismo de creer que el problema est¨¢ en nuestro Estatuto. El problema est¨¢ en sus gestores.
Fundemos, digo, una rep¨²blica pragm¨¢tica; bien avenida con Europa, dentro de Espa?a, y nos ir¨¢ bien.
?Qu¨¦ los nacionalistas vascos han puesto en solfa el Estatuto de Gernika que nos rige y con el que han gobernado? Peor para ellos.
Los vascos queremos paz (el terrorismo ha cruzado todas las fronteras, y ETA nunca se sobrepondr¨¢ a eso), y queremos el bienestar que nos debe la prosperidad. ?Qui¨¦n da m¨¢s? En eso estamos. ?El PNV, PSE o PP?
Ser¨ªa, al fin, el modo de normalizar la vida pol¨ªtica de este paisito, tan entra?able, tan lindo, y tan sacrificado. (Pero que no nos toquen nuestra constituci¨®n por personalismos, habilidades discursivas. No lo tolerar¨ªamos.)
Desde la pasi¨®n inevitable en esta tierra, reivindicamos el pragmatismo de tierras de pasi¨®n y cine. As¨ª sea. Amen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.