El Pamesa da el gran golpe

Con un ojo en la pista y otro en los despachos, donde se decide sobre su apelaci¨®n al partido de Tel Aviv, perdido por incomparecencia, el Pamesa recuper¨® su rabia y su mejor juego para obligar al Zalgiris de Sabonis a hincar otra vez la rodilla. Perdido el miedo al legendario p¨ªvot lituano, el equipo valenciano se meti¨® el partido en el bolsillo con un baloncesto rapid¨ªsimo, retratado en los primeros segundos de partido. En un visto y no visto se situ¨® con 0-7 y ya no volvi¨® a perder el tim¨®n del encuentro.

Sabonis pidi¨® jugar desde el principio. La gran defensa con que Tomasevic le castig¨® en la ida le dej¨® una cuenta pendiente, y quiso saldarla cuanto antes. Su participaci¨®n, en todo caso, condiciona la t¨¢ctica de su equipo, que le sit¨²a como faro y evita correr demasiado para no desgastarle. Eso fue precisamente lo que hizo el Pamesa, correr y correr. Rigaudeau fue su brazo ejecutor. En el primer cuarto anot¨® ¨¦l solito 15 puntos. El Zalgiris no pudo exprimir su mejor recurso, la combinaci¨®n de Sabonis y Beard, y los triples de Montecchia y Rigaudeau cerraron con contundencia el marcador.

El Bar?a, al borde del K.O.

El Barcelona consum¨® ayer una inaudita estad¨ªstica: perder los tres partidos que ha disputado en el Palau. Un triple en el ¨²ltimo segundo le dej¨® tieso. Ahora depende de una carambola para evitar una muerte anunciada. Tendr¨¢ que ganar en Treviso y encomendarse a su verdugo de ayer, el Panathinaikos, adem¨¢s de a una combinaci¨®n en los marcadores, para salir del callej¨®n en el que se meti¨® de lleno ayer. La ecuaci¨®n es la siguiente: el Bar?a debe esperar que el Panathinaikos gane al Montespaschi de Siena y vencer, a su vez, al Benetton por una diferencia global de 19 puntos. Es decir: si el Panathinaikos gana por un punto, los azulgrana deber¨¢n hacerlo por 18; si los griegos vencen por dos puntos, el Bar?a precisar¨¢ hacerlo por 17, y si el equipo de Obradovic ganara por 10 puntos, a los azulgrana les bastar¨ªa una renta de nueve.