El Consejo de Ministras
Jam¨¢s en la historia de Espa?a hab¨ªa pasado algo igual, y, aunque el l¨ªder del Partido Socialista Obrero Espa?ol, que gan¨® las ¨²ltimas elecciones generales, lo hab¨ªa prometido durante la campa?a electoral, quiz¨¢ s¨®lo se creyeron esa promesa ¨¦l y algunas de las que formar¨¢n parte de su Gobierno: habr¨¢ igual n¨²mero de mujeres que de hombres. Ser¨¢ un Consejo de Ministras, y no tan s¨®lo un Consejo de Ministros.
Las m¨¢s convencidas de que la propuesta de paridad iba en serio fueron las dos andaluzas que se sentar¨¢n en ese Consejo: Carmen Calvo, que ser¨¢ ministra de Cultura, y Magdalena ?lvarez, que ocupar¨¢ el Ministerio de Infraestructuras.
Las dos hab¨ªan sido nombradas miembros del Consejo de Notables que constituy¨® quien va a ser ahora su jefe de Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y las dos actuaron como si en efecto el vuelco electoral se fuera a producir, aunque las encuestas dijeran, tozudamente, lo contrario.
Rodr¨ªguez Zapatero lo hab¨ªa prometido durante la campa?a electoral, y quiz¨¢ s¨®lo se creyeron esa promesa ¨¦l y algunas mujeres de las que formar¨¢n parte de su Gobierno
Magdalena ?lvarez, a la que han llamado 'Mandatela', ten¨ªa tan asumido que iba a ser ministra que s¨®lo pregunt¨® a Zapatero: "Y por fin, ?qu¨¦ ministerio?"
Fern¨¢ndez de la Vega pregunt¨® a sus amigos: "?Acepto?". Era una pregunta ret¨®rica; hubiera hecho lo que le hubiera pedido Rodr¨ªguez Zapatero
Elena Espinosa no ha hablado con su antecesor en Agricultura; es posible que la llamada se haya enmara?ado con las felicitaciones que recibe
Mar¨ªa Antonia Trujillo, extreme?a y probable ministra de Vivienda, es la discreci¨®n absoluta; no hablar¨¢ hasta que no ocupe de veras el cargo
Cuando, a mediados de febrero, Zapatero le pidi¨® a Carmen Calvo que juntara intelectuales en el Palacio de Congresos de Madrid para proclamar la fe de los socialistas en el porvenir del Quijote como bandera cultural de Espa?a, pocos siguieron el llamamiento de la hasta ahora consejera andaluza. Ella insisti¨®, y casi se lleva en taxi al m¨¢s importante de los congregados, el Nobel portugu¨¦s Jos¨¦ Saramago. Uno de los que s¨ª fueron, el hispanista Ian Gibson, escuch¨® el discurso del aspirante socialista sobre el Quijote y luego dijo, como ¨²nico comentario: "Muy bien, pero tienes que hacer ministra de Cultura a Carmen Calvo".
La aludida no se inmut¨®, y Zapatero no esboz¨® tampoco esa sonrisa que pone cuando tiene cara de p¨®quer. Los presentes se sonrieron hacia dentro: era el 23 de febrero, ?qui¨¦n daba entonces un euro por lo que despu¨¦s habr¨ªa de pasar?
Pero Carmen Calvo dice que ella s¨ª se esperaba el vuelco. "La gente estaba muy cabreada, lo o¨ªas en la calle, y yo he pisado mucha calle en estos ¨²ltimos ocho a?os: iban a votar contra Aznar, eso se ve¨ªa venir". El pa¨ªs, cree Carmen Calvo, "tiene su karma, su esp¨ªritu, y ahora le ha aflorado; yo no sab¨ªa si ¨ªbamos a ganar por 300.000 o por lo que ganamos, pero era seguro que la gente no aguantaba m¨¢s".
Serenidad democr¨¢tica
A¨²n no ha celebrado con alegr¨ªa la victoria, tiene dentro "los sentimientos de tristeza y pudor" que produjeron los atentados del 11 de marzo, a los que el pueblo espa?ol "ha respondido con serenidad democr¨¢tica". Lo que tiene por delante ella misma es "dejarse las pesta?as por este pa¨ªs, movilizando recursos que antes cada uno manejaba por su lado". ?Ser¨¢ tan dura como dicen que es? "No, no soy dura, soy decidida, y cuando creo firmemente en algo, me pongo a ello". No la esperen en los saraos, se acuesta temprano y se levanta al alba; hasta ahora ha hecho muchas cosas en su tierra, y singularmente se siente orgullosa de haber devuelto Picasso a M¨¢laga, pero de lo que de veras se siente feliz es de ser la madre de una hija de 24 a?os, "una personita preciosa".
Cuando Zapatero le hizo caso a Gibson y la nombr¨® ministra, Carmen Calvo estaba leyendo muchas cosas a la vez, y hab¨ªa visto dos pel¨ªculas, Nicotina, Cleopatra. Entre lo que estaba leyendo, El movimiento del pensar, de Wittgenstein, Los ojos del hermano eterno, de Stefan Zweig ("sobre lo poco que sirve lo externo en la vida"), y, sobre todo, el libro de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s sobre el acoso a la concejal Nevenka Fern¨¢ndez, "que en lugar de ser el caso Nevenka, tendr¨ªa que haberse llamado el caso Ismael ?lvarez, porque quienes acosan aqu¨ª son los varones...".
Y la otra ministra andaluza, Magdalena ?lvarez, que fue consejera de Hacienda de su junta, a quien han llamado Mandatela por lo que manda, ten¨ªa tan asumido que iba a ser ministra que cuando Rodr¨ªguez Zapatero se lo confirm¨® en el ¨²ltimo comit¨¦ federal del partido, s¨®lo tuvo que preguntar. "Y por fin, ?qu¨¦ ministerio?" Infraestructuras... Es una responsabilidad que no le va a hacer cambiar, dice, porque no s¨®lo lleva mucho tiempo mandando, sino porque tiene clara la prioridad que se le pone delante: "Modernizar el ferrocarril, seguir aquella maravillosa historia que constituy¨® el AVE a Sevilla, por la que tantos palos nos dieron". Es una mujer que no se anda con chiquitas: es legendario su enfrentamiento con el l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, cuando ¨¦ste era ministro de Administraciones P¨²blicas e insist¨ªa en fumarse un puro en su presencia, contra lo cual ella pidi¨® el amparo del presidente de la comisi¨®n que constitu¨ªan para discutir lo que le debe el Estado a Andaluc¨ªa. Cuando hablamos con ella, hac¨ªa antesala en un hospital donde visitaba a un amigo. Le hemos dicho: "Nadie se atrever¨¢ a fumarse ahora un puro en su presencia...". "Hombre, si es para celebrar...!".
Para ella, ¨¦ste es un momento en el que "corre otra vez el aire libre". ?ste es el clima que percibe: "La gente est¨¢ feliz. Nos hemos quitado el cors¨¦". Ya conoce el ejercicio del poder, como Carmen Calvo, as¨ª que s¨®lo le da v¨¦rtigo equivocarse: no ha dejado de estudiar, ni de leer, aunque cuando le preguntamos qu¨¦ libro ten¨ªa entre manos, no tuvo otro remedio que decir: "Un tocho sobre ferrocarriles. Y papeles, papeles que me han pasado para que me entere de lo que me espera". Luego se qued¨® pensando, y a?adi¨®: "Ah, quita, lo ¨²ltimo que le¨ª fue Mujeres en traje de batalla, de Antonio Ben¨ªtez".
Como Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, vicepresidenta in pectore del Gobierno que prepara Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, Cristina Narbona se lo pens¨® mil veces antes de perder su apuesta con los amigos a los que hab¨ªa jurado que jam¨¢s aceptar¨ªa el cargo de ministra... No se pudo resistir; Zapatero se lo dijo en Ferraz, mientras trabajaban, y ahora ser¨¢ lo que todo el mundo supon¨ªa que iba a ser: ministra de Medio Ambiente, la disciplina a la que siempre se dedic¨®. Es hija de periodistas -su padre, Francisco Narbona, fue durante a?os el corresponsal de Pueblo y Radio Nacional de Espa?a en Roma- y habla italiano perfectamente, hasta el punto de que ahora sigue so?ando en esa lengua, en la que tambi¨¦n -?porca miseria!- grita cuando se enfada. Al final de nuestra conversaci¨®n, adem¨¢s, le pedimos que cantara una canci¨®n, y cant¨® Il Mondo con una entonaci¨®n perfecta... Ella sabe, porque ha ocupado diversos puestos en la Administraci¨®n, primero en la andaluza y luego en la estatal, que un cargo de ¨¦stos "reporta un coste personal muy alto", y lo ha aceptado "por la lealtad l¨®gica que le tengo a Jos¨¦ Luis". ?La impuls¨® el hecho de que su compa?ero, Josep Borrell, vivir¨¢ en Bruselas desde las elecciones europeas de junio? "Bueno, ya estamos acostumbrados a vivir a distancia..., aunque hay una frase italiana que nos sirve: 'La distancia es como el viento: apaga los fuegos d¨¦biles y fortalece los fuegos importantes". ?Mucho fuego en su ministerio? S¨ª, Espa?a no ha entendido la dimensi¨®n que tienen los acuerdos de Kioto, y el PP "ha hecho que Medio Ambiente se convierta en un cero a la izquierda del Gobierno, que no le ha dotado ni de voluntad pol¨ªtica ni de importancia econ¨®mica...". ?Y Teresa Fern¨¢ndez de la Vega? Est¨¢ abrumada, tiene tantas peticiones para hablar que casi s¨®lo habla consigo misma y con sus colaboradores... No, no es silenciosa: es una gran conversadora, le gustan todos los temas, pero entre amigos (que tiene much¨ªsimos) jam¨¢s habla de la pasi¨®n que la ha convertido en una pira en el centro de su grupo parlamentario: la pol¨ªtica. De todas las mujeres que pasan a componer la mitad del Gobierno hemos o¨ªdo definiciones similares a las que se dicen de la vicepresidenta: trabajadora hasta la extenuaci¨®n, inteligente, con gran sentido com¨²n..., y de Teresa Fern¨¢ndez de la Vega escuchamos, adem¨¢s, este importante detalle: "Es una buen¨ªsima persona, absolutamente de fiar". Es tambi¨¦n una excelente lectora; el ¨²ltimo libro que tuvo entre manos, El l¨¢piz del carpintero, de Manuel Rivas, le trajo recuerdos de su propia historia familiar en relaci¨®n con la Guerra Civil. Les pregunt¨® a sus amigos: "?Acepto?". Era una pregunta ret¨®rica: hubiera hecho lo que le hubiera pedido Zapatero, pero lo que no pudo imaginar en su vida es que el presidente la pusiera en el eslab¨®n inmediato al suyo... Son paseantes, deportistas, t¨ªmidas, lectoras... Elena Salgado, por ejemplo, que va a ocupar el cargo de ministra de Salud (no se pone enferma desde hace veinte a?os, por cierto, y su secreto es que no fuma y toma mucha fruta), es una andariega que puede ir caminando desde A Coru?a a C¨¢diz, y de hecho ha escalado (con quien fue su jefe ministerial, Josep Borrell, gran deportista, a quien ella admira sin reservas) varios montes, entre ellos el Kilimanjaro, y, como buena gallega de origen, tambi¨¦n se hizo el Camino de Santiago... Zapatero la encontr¨® en la calle. Elena Salgado estaba esperando, como cada d¨ªa, en la calle del Pr¨ªncipe de Vergara... "Elena, ?d¨®nde est¨¢s?", le dijo el l¨ªder del PSOE. "Pues en la calle". La convoc¨® a Ferraz, y antes de ir estuvo inquieta sobre el sentido de la llamada... Debe de ser su car¨¢cter, porque enseguida reflexion¨®: "Y si me lo va a decir al final, ?para qu¨¦ me pongo nerviosa ahora?". Ella no esperaba nada, y adem¨¢s no es del PSOE, "de modo que el hecho de que hayan pensado en m¨ª sin deberme nada es una satisfacci¨®n muy grande que me hace formar parte del viento de ilusi¨®n que hay en este pa¨ªs. Zapatero me dijo que ¨¦l se siente formar parte de esa ilusi¨®n colectiva, y yo ahora formo parte de ese colectivo". ?V¨¦rtigo? Ninguno. ?Y a qui¨¦n se lo cont¨® primero? "A mi hija Elena, que es abogada en el Tribunal de La Haya que juzga los delitos en la ex Yugoslavia...". No hab¨ªa hablado a¨²n con su antecesora, Ana Pastor, "de la que tengo las mejores referencias", y se ha tomado con calma el encargo que recibe. Le preocupan los desfavorecidos y siempre ha puesto como prioridad en su manera de ver la pol¨ªtica la defensa de la cosa p¨²blica... En los momentos de tensi¨®n se relaja escuchando el Viernes Santo del Parsifal de Wagner ("Esto me lleva a los cielos"), o leyendo; ahora lee Expiaci¨®n, la novela de Ian McEwan. ?Rencor por lo que le pas¨® cuando Gallard¨®n le prometi¨® ser directora del Real y la pol¨ªtica la vet¨® para el cargo? No, ella no tiene memoria para las cosas malas; pero una ense?anza sac¨®: las instituciones como el Real no deben estar al albur de los cambios pol¨ªticos...
Verdadera t¨ªmida
He aqu¨ª una verdadera t¨ªmida. Es Mar¨ªa Jes¨²s San Segundo, ministra de Educaci¨®n. Lo dicen todos y se le oye su voz, como un hilillo. Es firme, discreta, encerrada en s¨ª misma, aut¨®noma en su manera de ver las cosas, guapa, atractiva, rigurosa y legal, no se saltar¨¢ nunca la ley a la torera, as¨ª que la patata caliente que le viene encima, con la controversia generada por la posici¨®n de algunas autonom¨ªas con respecto a la Ley de Calidad de la Ense?anza, no ser¨¢ un escollo que la asuste... Quien la ve as¨ª es quien ha sido hasta ahora su rector, Gregorio Peces Barba... Para ¨¦ste, acaso el jefe de filas de los notables de Zapatero, "es probablemente la principal especialista europea en Econom¨ªa de la Educaci¨®n". Para ella no iba a ser una sorpresa el nombramiento, porque ya trabajaba en el equipo de Educaci¨®n del PSOE, "pero lo recib¨ª como una responsabilidad y como un honor". Como la mayor parte de sus compa?eras, no quer¨ªa hablar de pol¨ªtica, pero se embal¨®: "Una responsabilidad, digo, que asumo con bastante optimismo, porque no s¨¦ si t¨² has visto el programa de Educaci¨®n del PSOE, tiene unos objetivos que a medio plazo unen m¨¢s que desunen, de modo que... Bueno, pero todav¨ªa es temprano para hablar de pol¨ªtica".
Su p¨¦rdida ahora es la escritura, la investigaci¨®n y la docencia, aunque espera sacar tiempo para investigar... "Soy una profesora apasionada por la educaci¨®n y por la investigaci¨®n, me gusta el debate, en la Universidad y en la pol¨ªtica, y tambi¨¦n soy muy amiga de la conversaci¨®n". S¨ª, tambi¨¦n estaba leyendo un libro cuando la llam¨® Zapatero, y no un libro cualquiera: le¨ªa, en ingl¨¦s, una obra de teatro, del checo-brit¨¢nico Tom Stoppard, The real thing. La realidad, algo aut¨¦ntico: esas son las posibles traducciones del t¨ªtulo, y eso, lo aut¨¦ntico, es lo que se le viene encima...
Elena Espinosa, que ser¨¢ ministra de Agricultura, a¨²n no ha hablado con su antecesor, Miguel Arias-Ca?ete, aunque es posible que su llamada se haya enmara?ado con el centenar de felicitaciones que recibe de todas partes... M¨¢s que las que le llegaron cuando, a los 28 a?os, se convirti¨® en la primera mujer que dirig¨ªa un puerto en Europa, el puerto de Vigo... La hallamos cuando volv¨ªa de Madrid, donde recibi¨® el encargo de Zapatero, y aterrizaba en Santiago de Compostela... La primera llamada fue abstracta: la requer¨ªa el partido para un puesto de alta responsabilidad... Y fue a la sede del PSOE. "Agricultura", le dijo el futuro presidente. Pues Agricultura. "Vamos del mar a la monta?a, nos toca tocar de todo", dice la futura ministra. Ella no va a tener nostalgia de tiempo libre, porque en su trabajo actual ya hace horas prolongad¨ªsimas, as¨ª que conservar¨¢ sus h¨¢bitos, que parecen comunes a los de todas sus compa?eras: estar con amigos, pasear, leer... Est¨¢ leyendo la recopilaci¨®n de columnas (en gallego) de un gran escritor, orensano como ella, Carlos Casares, y como un buen amigo le ha regalado El pr¨ªncipe, de Maquiavelo, lo releer¨¢ por tercera vez, "porque te ense?a a vivir, no s¨®lo te ense?a a hacer pol¨ªtica". Ah, y cocina. ?Especialidad? "Mejor p¨ªdeme lo que t¨² quieras".
Elena Espinosa es prudente: no quiere hacer ninguna valoraci¨®n pol¨ªtica de la herencia que recibe... Y si esta gallega prudent¨ªsima quiere ser discreta, su compa?era extreme?a, Mar¨ªa Antonia Trujillo, es la discreci¨®n absoluta. Nos mand¨® un recado: no hablar¨¢ hasta que no sea de veras ministra. Ser¨¢, aunque ella todav¨ªa no lo haya asumido, ministra de la Vivienda, para lo que tiene un extraordinario equipaje: ella es la responsable, en la Junta de Extremadura, de la puesta en marcha del Plan 60.000, en virtud del cual el Gobierno de Rodr¨ªguez Ibarra pone a disposici¨®n de los j¨®venes y los desfavorecidos viviendas con garaje por valor de 60.000 euros... Adem¨¢s, ella tuvo agallas para poner en su equipo, al frente de Infraestructuras, de tanto poder, a otra mujer, Leonor Mart¨ªnez-Pereda...
Pocas bromas
Su retrato: es fr¨ªa, cerebral, distante, inexpugnable, luchadora, trabajadora, concienzuda... No es que ponga firmes a sus compa?eros, pero les admite pocas bromas cuando se trata de trabajar... "Se har¨¢ con el control del ministerio, de eso no hay duda ninguna, pero no lo har¨¢ sonriendo". Lee mucho, pero sobre todo escoge literatura t¨¦cnica, en cuya letra menuda tambi¨¦n entra. "Puede llegar a saber m¨¢s que nadie de viaductos y aglomerados". Ah, le gusta el baloncesto, como a su hijo de 15 a?os, y es una apasionada de la vela... Tiene casa propia, en C¨¢ceres, y en Madrid, la nueva ministra se tendr¨¢ que alquilar, suponemos, una vivienda...
Carmen Alborch, la ex ministra de Cultura del ¨²ltimo Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, autora de los libros Solas y Malas, y que tanto ha trabajado por la igualdad de derechos, nos dec¨ªa el jueves que este cambio que ha introducido Zapatero "rompe el techo de cristal que parec¨ªa impedir la capacidad de la mujer para convertir en real un hecho incontrovertible: somos la mitad de la poblaci¨®n". Cree Carmen Alborch que ¨¦ste es un paso que puede influir en otros ¨¢mbitos, profesionales, culturales, econ¨®micos, donde la mujer sigue siendo relegada... "Gracias a la igualdad, las mujeres podr¨¢n introducir en la agenda pol¨ªtica cuestiones que hasta ahora han sido tapiadas". ?Est¨¢n menos solas, pues, las mujeres? "Claro, y adem¨¢s muy bien acompa?adas por estas compa?eras fant¨¢sticas que ayudar¨¢n a modernizar un pa¨ªs al que le faltaba este aire". No todas las futuras ministras han respondido a¨²n las llamadas de felicitaci¨®n. Carmen Calvo, por ejemplo, cree que todas no han llegado a¨²n. "Muchas se producir¨¢n despu¨¦s de la jura de bandera...". Es decir, cuando ya haya comenzado a funcionar de veras el Consejo de Ministras... Por cierto, de una ministra, Cristina Narbona, nos dijeron: "Es como Erin Brockovich, aquel personaje que encarn¨® Julia Roberts, cuando se enfrenta con los que da?an el medio ambiente; tiene los mismos cojones...". Se lo dijimos, y ella hizo s¨®lo una precisi¨®n: "Querr¨¢n decir ovarios".
Han colaborado en este reportaje Jerem¨ªas Clemente y Xos¨¦ Hermida
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