De profesi¨®n, avisadora
El pueblo de Humilladero (M¨¢laga) premia la labor de Mar¨ªa Alcalde, la ¨²ltima anunciadora de la provincia
Mar¨ªa Alcalde sugiere imitar a Charlie Chaplin cuando le proponen que camine por la calle para hacerle una fotograf¨ªa. Est¨¢ encantada de ser la ¨²ltima informadora de la provincia de M¨¢laga y haber prestado sus servicios en Humilladero, un pueblo de 2.800 habitantes del noroeste de M¨¢laga. All¨ª comenz¨® a llevar noticias de casa en casa con 10 a?os.
Su original profesi¨®n, casi extinguida hoy, le ha valido muchos reconocimientos como el que el jueves pasado organizaron en la biblioteca del pueblo. Mariquita Mu?ecos, como la llaman porque a su madre le gustaba mucho hacer mu?ecos de barro, muestra orgullosa el diploma que le entregaron y el ramo de flores que ha colocado en el recibidor de su casa.
Vive de forma humilde. "Siempre hemos sido de los m¨¢s pobres de Humilladero", cuenta Gracia, la menor de sus siete hijos. Con su difunto esposo, y los tres chicos mayores lleg¨® a vivir en una cueva. Apenas ten¨ªan qu¨¦ llevarse a la boca.
Como avisadora, Mar¨ªa ha recorrido las viviendas de la localidad anunciando bodas y misas de difuntos, cogiendo n¨²mero para el m¨¦dico para los vecinos de la pedan¨ªa de Los Carvajales o haciendo recados. Pero, como no le llegaba para sacar adelante a su familia trabajaba "en lo que sal¨ªa": cavando olivos con un azad¨®n, enjalbegando paredes o sirviendo en alguna casa.
"Una se?ora, que ya era muy mayor, me leg¨® su profesi¨®n", explica Mar¨ªa mientras mira su bast¨®n. Reconoce que despu¨¦s de 40 a?os de trabajo, no le quedan fuerzas para ir de casa en casa llevando noticias. Dice que no le dieron ning¨²n consejo en especial, porque "ya sab¨ªa muy bien lo que iba haciendo". "Ma?ana es la misa de fulanito a las siete de la tarde", le dec¨ªa a la se?ora que abriera la puerta. "As¨ª casa por casa, hasta que llegaba a la punta de la calle. Despu¨¦s empezaba con la otra y as¨ª iba... que parec¨ªa que estaba borracha", dice bromeando. Si se pon¨ªa en la puerta de los colegios, de las tiendas grandes o paseaba en el mercadillo del jueves adelantaba trabajo. Cuando m¨¢s disfrutaba era al "avisar ropa de las novias", una costumbre de Humilladero que pr¨¢cticamente se ha perdido.
"En casa de la novia se colgaban del techo manteler¨ªas, camisones para la noche de bodas, colchas bordadas", explica, "y luego todo el mundo le llevaba muchos regalos. Era muy bonito". Lo siguen haciendo para anunciar una boda, aunque ahora los vecinos recurren al v¨ªdeo comunitario.
Ped¨ªa la voluntad. Unos d¨ªas ganaba "cinco duros, lo que val¨ªa un pan" y otros le daban huevos, leche y hasta 3.000 pesetas en los ¨²ltimos tiempos. Mar¨ªa se jubil¨® de avisadora en 2001. Con mucho esfuerzo consigui¨® alquilar una casa de Protecci¨®n Oficial en el pueblo, vivienda que hizo de su propiedad gracias a una herencia.
Vive en con el ¨²nico hijo soltero que le queda. Mariquita Mu?ecos es el ¨²ltimo ejemplo vivo de los m¨¢s de 20 oficios antiguos existentes en la comarca como el arropiero o el parag¨¹ero. El catedr¨¢tico de Lengua y Literatura Juan Ben¨ªtez explic¨® en su homenaje la importancia de las avisadoras y de otras figuras en la tradici¨®n oral en los pueblos andaluces que se est¨¢n perdiendo por el auge de las nuevas tecnolog¨ªas.
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