Tres intelectuales denuncian el peso ideol¨®gico de las palabras
Na?r, Antich y Mill¨¢n leen las marcas de la violencia en el lenguaje
"El lenguaje es totalitario porque siempre sintetiza una relaci¨®n de fuerza", afirmaba ayer el eurodiputado Sami Na?r en el seminario La perversi¨®n del lenguaje, organizado por el C¨ªrculo de Lectores, que convoc¨®, adem¨¢s, al fil¨®sofo Xavier Antich y al ling¨¹ista Jos¨¦ Antonio Mill¨¢n. Coordinados por Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao, los expertos analizaron el discurso del poder sobre temas tan actuales como la inmigraci¨®n e Irak.
Expresiones como "limpieza ¨¦tnica" o "guerra preventiva" demuestran que no hay palabras inocentes. "Reflexionar sobre el presente desde el lenguaje es casi una labor higi¨¦nica. No hay un grado cero del lenguaje, siempre hay ideolog¨ªa. De lo que se trata es de ver cu¨¢l", precis¨® ayer Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao en la apertura de la segunda sesi¨®n del seminario La perversi¨®n del lenguaje. Este encuentro profundiza las reflexiones de la primera reuni¨®n, celebrada el pasado enero, y reafirma, seg¨²n Ridao, el objetivo del ciclo: evitar "que el error en las palabras usadas nos lleve a un error en el punto de vista".
El polit¨®logo franc¨¦s Sam? Nair (Argelia, 1946) fue el primero en desmenuzar las met¨¢foras que el poder utiliza en sus discursos. Su ponencia, La palabra del m¨¢s fuerte, se centr¨® en "el lenguaje como acto" y parti¨® de un presupuesto inquietante: "El tema no tiene soluci¨®n. El lenguaje es perverso", sentenci¨®, porque "como acto es siempre una relaci¨®n de fuerza que se impone en la vida social". Esta realidad explica, seg¨²n Na?r, la categor¨ªa de "Estado gamberro o villano" ideada por Estados Unidos y en la que se incluy¨® a Ir¨¢n, Irak y Corea del Norte, entre otros: "Supone una declaraci¨®n de guerra que no dice su nombre. Estados Unidos quiere hacer la guerra y califica a un Estado de villano en nombre de la ley del m¨¢s fuerte".
"Mantenga sus pertenencias controladas, dicen los carteles de los aeropuertos. ?Por qu¨¦ no, sencillamente, cuide su maleta?", se pregunt¨® el ling¨¹ista Jos¨¦ Antonio Mill¨¢n (Madrid, 1954) al hablar de Las interfaces del poder. Este ejemplo demuestra, dijo, que mientras el poder "reemplaza la lengua por la imagen, por el icono" se multiplican las "palabras in¨²tiles". Mill¨¢n se centr¨® en "los aspectos dom¨¦sticos, el contacto directo del poder con los ciudadanos" a trav¨¦s de impresos, etiquetas y carteles. "No hay aqu¨ª una misi¨®n de ocultamiento como en el lenguaje pol¨ªtico, sino de violencia sobre el ciudadano", sintetiz¨®.
Xavier Antich (La Seu d'Urgell, 1962) prefiri¨® centrarse en "el antes de las palabras", porque dijo, recordando a Plat¨®n, que "la falsedad que se origina en las palabras se origina en la falsedad del pensamiento". Us¨® ejemplos de peri¨®dicos recientes para introducir su trabajo, Palabras podridas: "Ejecuci¨®n extrajudicial es el nombre que se le dio al asesinato del l¨ªder de Ham¨¢s por parte de Israel". Una terminolog¨ªa "peligrosa" y cuya generalizaci¨®n, sostuvo, marca la conveniencia de instituir un "redactor vigilante" que como defensor del lector est¨¦ "atento antes de publicar estas expresiones nuevas". Planteado el problema, ?qu¨¦ hacer? ?Callar? De ning¨²n modo, dicen los expertos. "Seguir buscando las palabras que nos faltan" (Antich), "las palabras que iluminan y que generan los artistas" (Mill¨¢n) y, ante todo, ejercer "la responsabilidad ¨¦tica de cada uno" (Na?r).
Babelia
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