Las nuevas Cortes
La constituci¨®n el pasado viernes de las Cortes Generales de la VIII Legislatura estuvo marcada por el voluntario aislamiento del PP, resuelto a trasladar mec¨¢nicamente su experiencia monopolizadora del poder parlamentario durante el anterior cuatrienio de mayor¨ªa absoluta a su nueva etapa como primer partido de la oposici¨®n. Tras unos momentos iniciales de vacilaci¨®n, abiertos en teor¨ªa a un entendimiento global con las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas para la composici¨®n pactada de los ¨®rganos de ambas C¨¢maras, el n¨²cleo duro de los populares -probablemente inspirado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar- rompi¨® la baraja para quedar en solitario al margen del acuerdo suscrito por los 10 grupos restantes. La justificaci¨®n dada a esa robinsoniana actitud es que el PP representa a 9.630.512 electores. Una cifra lo bastante respetable como para no necesitar su abusivo redondeo hiperb¨®lico por el portavoz Zaplana hasta los 10 millones de votos.
Pero ni las mentiras de los gobernantes se convierten en verdad a fuerza de repetirlas hasta la n¨¢usea, tal y como mostr¨® el rechazo de la sociedad espa?ola a la guerra de Irak y a la manipulaci¨®n electoralista por el PP del brutal atentado del 11-M, ni las exageraciones estad¨ªsticas sustituyen a la precisi¨®n aritm¨¦tica. Es cierto que el PP obtuvo el 14-M el 37,64% de los sufragios depositados en las urnas (con una participaci¨®n del 77,21%); y tambi¨¦n es verdad que las correcciones al sistema proporcional en el Congreso (la regla d'Hondt y la sobrerrepresentaci¨®n de las circunscripciones menos pobladas) y el sistema mayoritario en el Senado (reforzado por la igualaci¨®n representativa a cuatro electos de todas las provincias y la designaci¨®n complementaria de los parlamentos auton¨®micos) mejoran esos porcentajes a favor de los populares tanto en la C¨¢mara baja (42, 28%) como en la C¨¢mara alta (48,64%). Con todo, los populares han quedado a cinco puntos, 16 esca?os y 1.279.000 votos de los socialistas (con el 42,64%, 164 diputados y 10.909.687 sufragios respectivamente).
El PSOE propuso al PP -sin ¨¦xito alguno- ceder conjuntamente de manera voluntaria a otros grupos minoritarios puestos que les correspond¨ªan por derecho en las Mesas de ambas C¨¢maras; la principal compensaci¨®n para los populares hubiera sido conservar la presidencia del Senado (126 esca?os) con la mayor¨ªa absoluta proporcionada por el apoyo de los nacionalistas canarios (cuatro senadores). La negativa a pactar del PP no les dej¨® a los socialistas otra alternativa que alcanzar un acuerdo -firmado con luz y taqu¨ªgrafos- sobre la composici¨®n de los ¨®rganos parlamentarios con las dem¨¢s fuerzas representadas en las C¨¢maras: nueve en el Congreso y siete en el Senado. El considerable respaldo del pacto a 10 en la C¨¢mara baja en t¨¦rminos de esca?os (202 sobre 350) fue todav¨ªa mayor en t¨¦rminos de representatividad social y territorial. Si a los sufragios del PSOE se le agregan los votos emitidos el 14-M a favor de las otras nueve fuerzas pol¨ªticas con representaci¨®n en el Congreso (3.827.501) el total alcanza los 14.737.188 ciudadanos sobre un total de 25.846.620 (de los que hay que restar no s¨®lo los sufragios del PP sino tambi¨¦n 668.379 votos en blanco o nulos y 810.000 papeletas de otras opciones pol¨ªticas extraparlamentarias).
Una vez constituidas las Mesas (manteniendo los populares los puestos que reglamentariamente le corresponden), el PP denunci¨® el despojo de la presidencia del Senado del que hab¨ªa sido objeto, como minor¨ªa mayoritaria, y el car¨¢cter imp¨ªo de la alianza del PSOE con diputados y senadores que hab¨ªan prometido acatamiento a la Constituci¨®n "por imperativo legal" (una f¨®rmula aceptada por el Tribunal Constitucional). El portavoz del Grupo Popular en el Congreso acus¨® al PSOE de trilerismo, neg¨® su condici¨®n de partido democr¨¢tico y censur¨® la falta de caballerosidad del nuevo presidente del Congreso por no mencionar a su tristemente c¨¦lebre predecesora en el cargo. Ese estreno augura el tormentoso rumbo parlamentario del PP para esta legislatura. Eduardo Zaplana ya dio muestras de su camale¨®nico esp¨ªritu de adaptaci¨®n (el nuevo portavoz recuerda a los personajes interpretados por Ugo Tognazzi en las pel¨ªculas italianas de los sesenta o inventados por Rafael Azcona en sus guiones cinematogr¨¢ficos) al disfrazarse con el luto riguroso propio de los velorios de pueblo durante las tristes jornadas posteriores al 11-M; nadie duda de que su fondo de armario fallero contiene un ampl¨ªsimo vestuario para todas las ocasiones.
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