S¨ª, 'yihad' en Madrid
A veces las religiones tienen que ser salvadas de s¨ª mismas, es decir, de quienes desde su condici¨®n de creyentes rechazan todo intento de cr¨ªtica y de innovaci¨®n. La Iglesia cat¨®lica experiment¨® esa situaci¨®n a mediados del pasado siglo y ¨²nicamente pudo superarla, y de modo parcial, merced al Concilio Vaticano II. Ese cambio inacabado nos permiti¨® a los entonces cat¨®licos poner el reloj en hora con relaci¨®n al mundo en que viv¨ªamos. Todos los datos de la evoluci¨®n reciente se?alan que esa demanda alcanza de lleno hoy al islam. Mal que bien, las sociedades y los colectivos musulmanes fueron adapt¨¢ndose a la modernizaci¨®n, sin por ello perder sus creencias. En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo la tendencia se ha invertido con el ascenso del islamismo, y sobre todo por la formaci¨®n de minor¨ªas activas que intentan recuperar la voluntad de lucha del islam primitivo para desplegar un m¨¢ximo de violencia y oponerse a la preeminencia pol¨ªtica y cultural de Occidente, con el conflicto de Palestina a modo de coartada. No es cuesti¨®n de palabras, porque su vertiente terrorista es demasiado real y se traduce en miles de muertos. Cientos en el caso espa?ol.
En tales circunstancias, cabr¨ªa esperar de los musulmanes dem¨®cratas una actitud de preocupaci¨®n que les llevara a indagar sobre las causas end¨®genas del c¨¢ncer terrorista, tal y como han hecho los trabajadores marroqu¨ªes en Espa?a. Deber¨ªan ser los primeros interesados en que exista la posibilidad de un islam liberado de arca¨ªsmos, en eliminar las predicaciones violentas en que se apoya el terrorismo integrista, en gritar desde sus pancartas contra una Al Qaeda que destroza la imagen del islam y expone a los musulmanes en Occidente a todo tipo de discriminaciones. Pero para algunos resulta m¨¢s f¨¢cil cerrar filas, insistir en el t¨®pico de que el islam es la paz y cargar contra quien propone la interpretaci¨®n del credo isl¨¢mico en sentido liberal, insult¨¢ndole como "islam¨®fobo" e "ignorante".
Enga?a aqu¨¦l que insista en que la yihad nada tiene que ver con la dimensi¨®n b¨¦lica del islam y que el concepto, en tal sentido, no figura en el libro sagrado. A tales efectos, el Cor¨¢n dibuj¨® muy bien la figura de los hip¨®critas, de los munafiqin, que dicen una cosa y piensan otra. Hacia el interior de la comunidad, no hay dudas. Contemplemos la portada adjunta del folleto adquirido en noviembre junto a la gran mezquita de Park Avenue en Londres; en el escaparate de la librer¨ªa de la propia mezquita figuraba otro similar, s¨®lo que con espadas. ?A qui¨¦n pretenden embaucar los que niegan tal evidencia? En el Cor¨¢n los vers¨ªculos 9:41, 9:44, 4:95, y hay m¨¢s del per¨ªodo de Medina, ofrecen variantes de lo mismo, en torno a la ra¨ªz yhd: la exigencia de luchar en la senda de Al¨¢ con vidas y bienes, desde una curiosa conjugaci¨®n de hondo compromiso personal y de sistema de valores mercantil (lucha a muerte por el Para¨ªso). El 4:95 introduce el t¨¦rmino muyahid, el que practica la yihad, luchador por Al¨¢, vigente hasta hoy. Es la incorporaci¨®n de una carga subjetiva al m¨¢s utilizado "combatir en la senda de Al¨¢" (2:216; 8:39; 9:14; 9:123, etc¨¦tera.; ra¨ªz qtl), clave para el triunfo definitivo de la religi¨®n de Al¨¢ sobre la tierra, y a otros sin¨®nimos que reflejan el acto de alzarse (nfr) o de salir en campa?a. Siempre guerra. Y en cuanto a la matanza de los jud¨ªos del clan Banu Qurayza, no es una calumnia. La relatan el Cor¨¢n (33:26) y los hadices (Sahih Muslim, 4364, 4368). De la yihad como esfuerzo s¨®lo religioso, anotemos el 22:78. Y si acudimos a las recopilaciones de hadices o sentencias de Mahoma, complemento indispensable del Cor¨¢n y parte de la Sharia, cualquier duda se desvanece. En todas figura un libro de la yihad, con cientos de hadices consagrados s¨®lo al tema de la yihad como guerra, y al bot¨ªn. Tomemos la cita del Cor¨¢n con que la prestigiosa colecci¨®n de al-Bujar¨ª abre su Libro de la Yihad: "Al¨¢ ha comprado de los creyentes sus personas y sus bienes, ofreci¨¦ndoles a cambio el Para¨ªso. Combaten por Al¨¢: matan o les matan" (9:111). Como en Legan¨¦s.
Insistamos en el islam de la paz, el dar es-salam de la etapa mequ¨ª. Entonces la yihad desde uno mismo o contra el no creyente excluye toda violencia (29:6 y 25:52). Pero no intentemos ocultar las grav¨ªsimas consecuencias de mantener vigentes las m¨¢ximas del Cor¨¢n de la yihad guerrera, que ya han inspirado demasiadas muertes.
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