Las armas de la falsedad masiva / y 2
La producci¨®n de la falsedad de masa no comienza con la invasi¨®n de Irak y con su preparaci¨®n. Forma ya parte del dispositivo medi¨¢tico montado por Bush padre, con ocasi¨®n de la guerra del Golfo, e inspirado en la teor¨ªa y en la pr¨¢ctica de la desinformaci¨®n (Garth S. Jowett y Victoria O'Donnell, Propaganda and persuasion, Sage 1999; Vlad¨ªmir Volkoff, Petite histoire de la d¨¦sinformation, Editions du Rocher 1999) con la novedad norteamericana de confiar su ejecuci¨®n a las grandes empresas de relaciones p¨²blicas. La invasi¨®n de Kuwait por Irak en agosto de 1990 coloca a Estados Unidos en la delicada situaci¨®n de tener que atacar a quien hab¨ªa sido su aliado privilegiado durante casi diez a?os, especialmente en su enfrentamiento con Ir¨¢n.
?C¨®mo agredir a Sadam Husein, a quien Bush hab¨ªa protegido en tan numerosas ocasiones frente a las acusaciones de no respetar los derechos humanos? Hill y Knowlton, tal vez la mayor empresa de marketing pol¨ªtico del mundo, recibe el encargo de lanzar una campa?a que prepare la opini¨®n mundial al ataque que Norteam¨¦rica va a iniciar contra las tropas iraqu¨ªes. La financiaci¨®n de la campa?a corre a cargo del Gobierno kuwait¨ª y comienza con la creaci¨®n de la Fundaci¨®n Ciudadanos por un Kuwait Libre, que es el abanderado de la operaci¨®n y el encargado de recaudar los fondos necesarios -29 millones, 11 de origen p¨²blico y 18 de empresas y particulares, de los cuales Hill y Knowlton perciben como honorarios cerca del 40%- para organizar las acciones previstas: entrevistas y conferencias de prensa con personalidades kuwait¨ªes que denuncian los horrores cometidos por Sadam Husein; instituci¨®n de una jornada nacional en favor de Kuwait libre; publicaci¨®n y distribuci¨®n de varios centenares de miles del libro La violaci¨®n de Kuwait; distribuci¨®n de decenas de millares de camisetas con la inscripci¨®n "Liberemos Kuwait"; colocaci¨®n de centenares de miles de pegatinas en los parabrisas de los coches y en los cristales de los edificios, etc¨¦tera.
Pero el n¨²cleo central de la operaci¨®n es una audiencia en el Congreso de EE UU de un comit¨¦ de personalidades, presidido por dos senadores, que tiene que pronunciarse sobre los atentados a los derechos humanos cometidos por Sadam Husein. El comit¨¦ no tiene car¨¢cter oficial y, por tanto, las declaraciones falsas que se hagan no acarrean las consecuencias que tiene el mentir bajo juramento. De aqu¨ª la irrelevancia de lo que en ¨¦l se diga o haga. Pero el testimonio de una joven kuwait¨ª de 15 a?os, Nayirah, que cuenta entre sollozos c¨®mo vio entrar a los soldados iraqu¨ªes en una sala de prematuros de un hospital de Kuwait-City, c¨®mo arrancaron a los beb¨¦s de sus cunas y c¨®mo los estrellaron contra el suelo, tuvo un gran impacto, y la Fundaci¨®n por un Kuwait Libre, que precis¨® la cifra de 312 beb¨¦s asesinados, se encarg¨® de que su presencia televisiva fuese constante. El presidente Bush padre se refiri¨® a ella en varias ocasiones y fue evocada en el Congreso de EE UU y en el Consejo de Seguridad. John Mac Arthur, que ha escrito un libro demoledor sobre este episodio -The second front: Censorship and propaganda in the Gulf War, University of California Press 1992)- nos informa de que Nayirah era hija de Said Nasir al Sabah, embajador de Kuwait en Estados Unidos, y que la vicepresidenta de Hill y Knowlson fue quien prepar¨® toda la prestaci¨®n. John Martin, reportero de la cadena ABC, Amnist¨ªa Internacional y Middle East Watch hicieron despu¨¦s de la guerra una investigaci¨®n a fondo sobre los pretendidos beb¨¦s destrozados y llegaron a la conclusi¨®n de que todo hab¨ªa sido un montaje. A pesar de lo cual la pel¨ªcula Live from Bagdad, proyectada en la cadena HBO en diciembre de 2002, incluy¨® de nuevo el testimonio de Nayirah. Una falsedad suficientemente repetida, si no se cuestiona, se convierte en realidad incuestionable. ?Por qu¨¦ la estafa del informe de los servicios brit¨¢nicos de inteligencia sobre Irak en que se bas¨® la intervenci¨®n de Colin Powell en el Consejo de Seguridad de la ONU no fue denunciada en la primera p¨¢gina de los peri¨®dicos? ?Por qu¨¦ no se ha desmontado la supercher¨ªa de los supuestos beb¨¦s reventados por Sadam? ?Por qu¨¦ seguimos ocultando las imposturas medi¨¢ticas de que nos servimos para justificar los bombardeos de la antigua Yugoslavia?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.