Barcelona desde una 'suite'
Las habitaciones presidenciales de un hotel de la ciudad pueden llegar a costar hasta 10.000 euros por noche
Un lugar s¨®lo para privilegiados: espacio, lujo y atenciones. Eso es lo que buscan los selectos clientes que piden una suite. Las tienen todos los hoteles de cinco estrellas y los de cuatro que se precien, tambi¨¦n. Para muchos clientes es un h¨¢bito, pera otros un capricho ocasional, como la pareja de ancianos que ahora ocupa una de las suites del Ritz.
"Es que hoy hace 60 a?os que nos casamos", dice la mujer, cogiendo del brazo a su marido, mientras el camarero les sirve dos caf¨¦s.
En Barcelona hay 11 hoteles con la m¨¢xima calificaci¨®n, de los cuales cinco son de gran lujo. Ponen en servicio 3.000 habitaciones y 200 m¨¢s que cumplen con los requisitos para ser una suite: disponer de dos espacios, uno de ellos sal¨®n, con un ba?o en cada uno. Pero incluso entre las suites hay categor¨ªas: la estancia m¨¢s mimada es la suite presidencial. Su ocupaci¨®n es inferior al 60% que registra el resto de habitaciones de lujo, pero presumen de haber albergado a jefes de Estado y artistas legendarios.
Los famosos alojados en 'suites' se registran con seud¨®nimo para no ser perseguidos
En Barcelona hay 11 hoteles de cinco estrellas y 200 habitaciones de lujo
El hu¨¦sped de una suite, si tiene dinero, suele volver. El hotelero despliega m¨²ltiples estrategias para conseguir su fidelidad. La regla de oro es personalizar al m¨¢ximo el servicio. "Si un hu¨¦sped bebe siempre un refresco o quiere un tipo de jab¨®n, se lo dejamos preparado", explica la encargada de un hotel. Los detalles adquieren un significado especial en un alojamiento que puede costar hasta 10.000 euros por noche.
- Oler Barcelona por 1.800 euros (hotel Le Meridien). Al abrir la ventana, una bocanada de olor a La Rambla se cuela por la suite presidencial. Situada en el noveno piso, ofrece una visi¨®n de alcance pero pr¨®xima de la Barcelona antigua y la del siglo XXI. Tras el Raval, el World Trade Center. Un ojo de buey guarda un retrato parecido: la catedral dando la espalda a las torres de la Villa Ol¨ªmpica. La diferencia es que este otro esbozo de la ciudad se puede contemplar desde la ba?era. El sector lo conoce como El hotel de las estrellas. Es f¨¢cil adivinar por qu¨¦: no hay demasiados espacios donde los hu¨¦spedes puedan disfrutar de una improvisaci¨®n de Bj?rk y los Iron Maiden en un solo d¨ªa o ver salir a Gloria Estefan para dar un paseo.
- Barcelona a los pies por 10.000 euros (hotel Arts)
. Hay pocos sitios desde los que se pueda tener una vista absoluta de la ciudad y tener el Mediterr¨¢neo a los pies. La suite real del Arts, en la planta 42? del edificio, ofrece una panor¨¢mica que el hotel ha convertido en uno de sus atractivos. El lujo del Arts est¨¢ en la luminosidad y una aparente sencillez en la decoraci¨®n, lo que no impide que haya una preciada vajilla de porcelana china, cristaler¨ªa de Bohemia, s¨¢banas de algod¨®n egipcio y mantas de cachemir.
Todos los detalles est¨¢n cuidados para un cliente que escoge el hotel por su discreci¨®n. Pero no por ello los fans se dan por vencidos, y acaban recurriendo a dos m¨¦todos para abordar a los ilustres hu¨¦spedes. El m¨¢s usual es el de amontonarse ante la puerta del hotel, como hicieron los seguidores del grupo Backstreet Boys. El menos ortodoxo, pero ya en boga, es intentarlo por tel¨¦fono: "?Me pone con Woody Allen?". No suele haber suerte. Los famosos son profesionales del escondite y se registran con seud¨®nimo. Aunque hace poco una famosa modelo se olvid¨® de hacerlo. No pudo pegar ojo en toda la noche.
- Congelar el tiempo por 2.430 euros (hotel Ritz).
Un grupo de mujeres muy elegantes charlan con desenfado y toman caf¨¦ en el sal¨®n del Ritz a las cinco de la tarde. Entrar en el hotel es como retroceder a la d¨¦cada de 1920. Entonces era la residencia habitual en Barcelona de Alfonso XIII y punto de encuentro de la alt¨ªsima burgues¨ªa catalana. La originalidad de la suite real, que rebosa lujo por sus paredes versallescas, se plasma en un ba?o inspirado en las antiguas termas romanas. Este fue el espacio que Dal¨ª escogi¨® para dise?ar uno de sus montajes: cubri¨® a dos modelos con m¨¢s de 200 millones de pesetas en joyas y montones de caracoles de Borgo?a. Un hecho nada extravagante teniendo en cuenta que lleg¨® a pedir un caballo disecado al servicio de habitaciones.
- La calma 'noucentista' por 2.400 euros (hotel La Florida).
Un night club de ambiente selecto y exclusivo convive con el espacio natural y casi id¨ªlico del Tibidabo en el que se ubica este hotel, reabierto en el 2003. La elegancia y la sobriedad noucentistes fueron respetados por Cristina Macaya y Stefan Guillemet cuando dise?aron la suite presidencial. Pese al ajetreo que vivi¨® durante la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, este emblem¨¢tico hotel hab¨ªa quedado en el olvido. Desde esta suite, Ernest Hemingway contemplaba el despertar de Barcelona mientras escrib¨ªa sobre la guerra civil y terminada ¨¦sta, desde la misma ventana contempl¨® la ciudad el siniestro jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, siempre acompa?ado de una numerosa escolta.
- Un descapotable en la puerta por 3.900 euros (hotel Majestic). El Beverly Wiltshire se convirti¨® en un hotel legendario del cine por albergar el romance de Julia Roberts y Richard Gere en Pretty woman. El Majestic parece el lugar adecuado para darle la r¨¦plica en Barcelona no s¨®lo por estar en una zona de compras que poco tiene que envidiar a Rodeo Drive, sino por disponer de una suite de ensue?o que cuida hasta el m¨ªnimo detalle. El cliente dispone de un jacuzzi en la terraza para tomar un ba?o mientras contempla los tejados del Eixample. Y si quiere recorrerlo, puede usar cualquiera de los dos autom¨®viles descapotables que el hotel le reserva.
- Alojarse en un museo por 1.400 euros (hotel Claris). Alojarse en las suites del hotel Claris equivale a pasear por un museo de arte. M¨¢s complicado resulta precisar si antiguo o contempor¨¢neo. Preside el sal¨®n de la suite una escultura egipcia. Al otro lado, un pa?o de ventana hind¨² del siglo XVII descansa en un mueble de aspecto vanguardista. En la pared, junto al televisor de plasma, cuelga un grabado de Napole¨®n. Pero de lo que m¨¢s orgulloso se muestra el director del hotel, Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez, es de la terraza, donde se puede cenar y bailar en la c¨¢lida noche barcelonesa. El encargado de la m¨²sica suele ser un disc jockey, aunque una vez Sting sorprendi¨® a los hu¨¦spedes con un improvisado concierto.
- Gozar del relax por 545 euros (hotel Hilton). No siempre suite equivale a gran lujo. El Hilton es prueba de ello. En 2002, la cadena emprendi¨® reformas para reorganizar sus estancias de lujo con dos criterios: sencillez y funcionalidad. Sin precisar de ninguna partici¨®n, en cada habitaci¨®n hay cuatro espacios diferentes unidos por varias tonalidades de color crema reproduciendo una sensaci¨®n de relax.
- La habitaci¨®n del ejecutivo por 1.310 euros (hotel Princesa Sof¨ªa). Un despacho con fotocopiadora, fax, esc¨¢ner, impresora, tel¨¦fono, escritorio... Todo lo que necesita el hombre de negocios para desempe?ar su actividad diaria en un hotel que, adem¨¢s, dispone de 28 salas para la celebraci¨®n de congresos. Es el elegido por jefes de Estado, ministros y directivos de grandes corporaciones por la distribuci¨®n de las habitaciones. ?stas est¨¢n comunicadas directamente con otras dependencias donde se aloja el personal de seguridad y de secretar¨ªa.
- El lujo a trav¨¦s del arte por 1.500 euros (hotel Grand Marina). "El arte, nuestra manera de concebir el lujo", es el lema del hotel, y no parece un mero reclamo. Cada detalle tiene detr¨¢s una firma de prestigio. Xavier Miserachs, Flores Navarro y Bang Olufsen son s¨®lo algunos de los nombres con los que el hu¨¦sped puede encontrarse al abrir la puerta de la suite presidencial. El gusto por la personalizaci¨®n de los objetos no se queda aqu¨ª porque hasta los cojines tienen nombre y apellido. As¨ª, no es lo mismo dormir en una almohada Marilyn Monroe que sobre un coj¨ªn Sof¨ªa Loren. Algo que s¨®lo sabr¨¢n descubrir los amantes de la buena siesta.
- Tenerlo todo por 3.200 euros (hotel Juan Carlos I). Una suite cl¨¢sica que remite a las pel¨ªculas de Hollywood: dormitorios lujosos, bar, cava de puros, alfombras persas, muebles de dise?o, equipo de m¨²sica y un piano de cola. Por la suite real, que ocupa 450 metros cuadrados, pr¨¢cticamente han pasado todos los dirigentes mundiales, como la familia real espa?ola, el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y una multitud de pr¨ªncipes ¨¢rabes.
- Sentirse en casa por 1.000 euros (hotel Meli¨¤ Barcelona). S¨®lo est¨¢ ocupada 30 d¨ªas al a?o, pero sus huespedes son rutilantes hombres de negocios y ministros. Las bazas del establecimiento para atraer a estos clientes son la comodidad de las instalaciones, el trato personal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.