Los Sin Tierra invaden 59 fincas y censuran a Lula por la lentitud de la reforma agraria
Entre los meses de marzo y abril, el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), uno de los movimientos revolucionarios agrarios m¨¢s importantes de Am¨¦rica Latina, ha realizado invasiones de tierras improductivas en 15 Estados de Brasil. El MST hab¨ªa dado una tregua a sus acciones al llegar al Gobierno Luiz In¨¢cio Lula da Silva, el ex sindicalista que hab¨ªa ayudado a fundar el movimiento. Ahora el MST se est¨¢ revelando como una de las mayores preocupaciones del presidente, quien hab¨ªa prometido que con ¨¦l no habr¨ªa m¨¢s invasiones de tierras, porque iba a realizar la tan esperada reforma agraria siempre anunciada y nunca aprobada en el pasado.
En total, el movimiento de los Sin Tierra ha invadido 59 terrenos en el ¨²ltimo mes y medio. Seg¨²n su representante nacional, Jaime Amorim, van a empezar a invadir tambien "haciendas productivas". La primera ha sido la famosa hacienda de la multinacional Veracel Celulosa, en Porto Seguro, en el Estado de Bah¨ªa, donde entraron 3.500 familias que derribaron 21.000 eucaliptos para plantar frijoles y ma¨ªz. Fue un duro golpe para Lula, que hac¨ªa poco hab¨ªa visitado la multinacional, un potente inversor en Brasil.
El Gobierno, que ha tenido una fuerte ca¨ªda de popularidad, destin¨® m¨¢s de 500.000 millones de euros para expropiar tierras inactivas para asentar familias del MST. As¨ª consigui¨® que los Sin Tierra salieran de la hacienda de Veracel. Sin embargo las invasiones han continuado en otros lugares. Las dos ¨²ltimas tuvieron lugar el viernes pasado en el interior de S?o Paulo.
A pesar de que, como se asegura desde la presidencia de la Rep¨²blica, la reforma agraria est¨¢ muy avanzada, los Sin Tierra piensan que va demasiado despacio. El responsable nacional del movimiento, en una entrevista al diario O Globo, afirma que, por ejemplo en el Estado de Pernambuco (25 invasiones en los ¨²ltimos 20 d¨ªas) el Gobierno ha realizado s¨®lo una acci¨®n para asentar familias de los Sin Tierra.
Fraude a las expectativas
Seg¨²n Amorim, el problema es que la clase trabajadora ten¨ªa grandes expectativas con Lula sobre la reforma agraria y la mejora de los salarios, pero el presidente "est¨¢ queriendo ser bueno con los Sin Tierra y con los terratenientes a la vez". Lula hab¨ªa dicho d¨ªas atr¨¢s que la reforma agraria "no se iba a hacer con gritos". Amorim responde que el MST s¨®lo "gritando" ha conseguido algunas cosas.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil, monse?or Geraldo Majella Agnelo, ha salido en defensa de los Sin Tierra afirmando que "Brasil no puede esperar m¨¢s la reforma agraria". Seg¨²n Majella, los obispos intervienen porque el Gobierno escucha a la Iglesia como elemento esencial de la sociedad.
La nueva actitud agresiva de los Sin Tierra preocupa fuertemente al Gobierno. En ¨¦l no todos est¨¢n convencidos de que la reforma agraria que necesita Brasil, con una balanza comercial fuertemente basada en la industria agropecuria y alimentaria, sea la que quiere el MST. Seg¨²n Lula, de poco servir¨ªa que miles de familias invadan las tierras improductivas, si despu¨¦s no van a tener ni medios para convertirlas en productivas ni un entorno social para vivir con dignidad.
La lucha no se presenta f¨¢cil, ni para las familias pobres que buscan, incluso con la violencia, un pedazo de tierra, ni para el primer Gobierno de izquierdas que sabe que se juega mucho si no resuelve el conflicto agrario en Brasil. Hace s¨®lo 30 a?os viv¨ªa en el campo el 80% de la poblaci¨®n y hoy ese 80% se api?a en las grandes urbes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.