Kirchner saca el gas de la nevera
Autorizada la subida del precio del gas, congelado desde la devaluaci¨®n del peso
Tras 15 d¨ªas de intenso pugilato dial¨¦ctico con las empresas petroleras y frente al peligro de desabastecimiento en las puertas del crudo invierno austral, el Gobierno de Argentina ha cedido posiciones y ha terminado autorizando subidas escalonadas del precio del gas a pie de pozo, que se manten¨ªa congelado desde la devaluaci¨®n del peso argentino, para alcanzar la liberalizaci¨®n total del mercado mayorista de gas a mediados del a?o pr¨®ximo.
El presidente argentino anuncia que a mediados del pr¨®ximo a?o se alcanzar¨¢ la liberalizaci¨®n total del mercado mayorista de gas
Argentina se encuentra al borde de la crisis energ¨¦tica, ya que la demanda de electricidad creci¨® un 30%, espoleada por el fuerte tir¨®n de la econom¨ªa durante 2003, y la sequ¨ªa mantiene a las centrales hidroel¨¦ctricas bajo m¨ªnimos. Todo el peso de la generaci¨®n de energ¨ªa recae, por tanto, sobre los hombros del gas, un bien muy requerido en las temporadas fr¨ªas. Pero las compa?¨ªas petroleras se negaban a aumentar sus cotas de producci¨®n con un precio de venta amarrado por ley a s¨®lo 0,45 centavos de d¨®lar el mill¨®n de BTU (unidad de medida cal¨®rica del gas), mientras que en el mercado internacional el gas a pie de pozo se negocia libremente a 1,40 d¨®lares el mill¨®n de BTU.
El presidente argentino, N¨¦stor Kirchner, tuvo que recurrir a una medida hipot¨¦ticamente desagradable para el fervor de la grada, aunque a todas luces inevitable: acord¨® con las compa?¨ªas una serie de aumentos graduales del gas a pie de pozo a cambio de que ¨¦stas garanticen, para el mercado dom¨¦stico, un volumen diario de 80 millones de metros c¨²bicos hasta finales de 2006, lo suficiente para espantar el fantasma del desabastecimiento.
Seg¨²n la letra del pacto, el gas mayorista subir¨¢ el pr¨®ximo 1 de mayo un 55%, hasta los 0,70 centavos de d¨®lar el mill¨®n de BTU, y volver¨¢ a sufrir aumentos en octubre de 2004, mayo y julio de 2005, hasta situarse en un d¨®lar el mill¨®n de BTU. Repsol YPF, que controla el 40% del mercado del gas en Argentina, se encuentra entre las empresas beneficiadas por la decisi¨®n gubernamental, junto a las norteamericanas Chevron y Texaco, la francobelga Total, la brit¨¢nica BP y la brasile?a Petrobr¨¢s.
En virtud del aumento, las industrias y las compa?¨ªas generadoras de electricidad acabar¨¢n pagando un gas un 120% m¨¢s caro, por lo que prev¨¦n trasladar las subidas al precio de sus bienes y servicios. No obstante, el presidente N¨¦stor Kirchner, siempre astuto, comprometi¨® en el mismo acuerdo a las el¨¦ctricas, entre las que se halla Endesa, para que aumenten las tarifas residenciales de luz a partir del 31 de diciembre de 2006, cuando el presidente haya agotado las tres cuartas partes de su mandato constitucional.
Con este esquema, Kirchner cede en los papeles, pero mantiene su buena imagen ante una poblaci¨®n que, como es l¨®gico, aborrece o¨ªr sobre aumentos tarifarios que se ceban sobre sus bolsillos. Los particulares, que representan el 90% de la clientela cautiva de las distribuidoras de electricidad y s¨®lo consumen el 25% de la energ¨ªa, no sufrir¨¢n aumentos durante los pr¨®ximos 32 meses. En cambio, las industrias y las grandes empresas de servicios comenzar¨¢n a pagar los aumentos de inmediato, ya que en junio su factura subir¨¢ entre un 15% y un 25%, seg¨²n estimaciones de las distribuidoras.Ello har¨¢ que los empresarios trasladen poco a poco esta subida a los precios finales al consumidor, por lo que engordar¨¢ la cuenta inflacionaria del IPC y los argentinos terminar¨¢n pagando igualmente el montante del aumento tarifario, aunque con anestesia.
Maniobra pol¨ªtica
Con esta sutil maniobra pol¨ªtica, el Gobierno argentino ha ganado calma dentro de su pa¨ªs, pero la ha perdido fuera, en la compleja relaci¨®n que mantiene con sus vecinos. Argentina redujo considerablemente sus remesas de gas a Chile -pas¨® de mandar seis millones de metros c¨²bicos por d¨ªa a enviar s¨®lo 2,7 millones-, lo que motiv¨® una queja formal del presidente Ricardo Lagos. Chile importa desde Argentina la totalidad del gas que consume en la generaci¨®n de electricidad, y Lagos tendr¨¢ que buscar gas en otros mercados m¨¢s caros, por lo que deber¨¢ aumentar las tarifas dom¨¦sticas.
Argentina ha propuesto a Chile enviarle gas importado desde Bolivia, pero las autoridades bolivianas no desean que su gas pase por Argentina para despu¨¦s acabar en Chile, algo que la poblaci¨®n tomar¨ªa como una afrenta nacional, ya que en la sociedad boliviana permanecen abiertas las heridas de la guerra lim¨ªtrofe con Chile, ocurrida a finales del siglo XIX. Uruguay, por su parte, ha aceptado con mejor talante la reducci¨®n de las remesas de electricidad desde Argentina, que pasaron de 340 megavatios por hora a 140 megavatios por hora. El presidente uruguayo, Jorge Batlle, anunci¨® que tolerar¨¢ este recorte "en la misma medida en que afecte a los argentinos".
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