El juego de aprender jazz
El norteamericano Doug Goodkin explica a docentes c¨®mo ense?ar la m¨²sica sincopada de forma sencilla
Sentados en el suelo, descalzos, siguen con movimientos simples de su cuerpo el ritmo de la m¨²sica que emite un casete. Hay varios instrumentos por el aula, pero, de momento, no los utilizan. Al primer vistazo, parece un curso de iniciaci¨®n musical y, sin embargo, se trata de un grupo de alumnos aventajados: unos 20 profesores de escuelas de m¨²sica. Durante cuatro d¨ªas aprenden c¨®mo ense?ar jazz de la mano de Doug Goodkin, pedagogo y m¨²sico norteamericano, que acude a Madrid invitado por la Escuela de M¨²sica Creativa (www.musicacreativa.com). Despu¨¦s, los profesores podr¨¢n transmitir estas ense?anzas a sus alumnos.
Goodkin ha desarrollado su propio m¨¦todo a partir del Orff-Schulwerk, un revolucionario sistema de ense?ar m¨²sica de un modo m¨¢s f¨ªsico que intelectual. Aprenderla como se aprende la lengua; primero, el habla; luego, la escritura; antes, interiorizarla con el movimiento; despu¨¦s, interpretarla; es el n¨²cleo de la did¨¢ctica que concibi¨® el compositor alem¨¢n Carl Orff (Carmina Burana) en los a?os veinte.
"Es una mentira que la m¨²sica sea exclusiva de gente con aptitudes determinadas"
"?l experiment¨® la relaci¨®n entre m¨²sica y movimiento", dice Goodkin, "con bailarines de danza moderna. Ellos mismos ten¨ªan que tocar la m¨²sica mientras bailaban; con su voz, con percusi¨®n en el cuerpo. M¨¢s tarde incorpor¨® sencillos instrumentos y cre¨® un estilo musical propio, que llam¨® elemental".
El trabajo con ni?os, en colaboraci¨®n con Gunild Keetman, le permiti¨® explorar caminos como la improvisaci¨®n.
A pesar del inter¨¦s despertado (en la actualidad hay asociaciones Orff en m¨¢s de 40 pa¨ªses, entre los que est¨¢ Espa?a) "sus planteamientos siguen siendo minoritarios. Es muy dif¨ªcil cambiar las inercias de ense?ar a leer m¨²sica".
Y hay una dificultad a?adida para su divulgaci¨®n: el Orff-Schulwerk no es un m¨¦todo que alguien puede aprender y luego aplicar. "Se trata de entender unos principios b¨¢sicos y desarrollarlos conforme a los alumnos que tengas y la situaci¨®n concreta. Es mucho trabajo, pero fant¨¢stico; despu¨¦s de tanto tiempo, la siguiente clase me parece m¨¢s interesante que la primera".
Goodkin tiene una experiencia de 30 a?os como profesor de ni?os en la San Francisco School. Imparte clases a adultos en la universidad estatal de la misma ciudad y da cursos en los muchos pa¨ªses que le reclaman para que divulgue su m¨¦todo de jazz.
A su entender, este estilo musical se adecua como anillo al dedo a la did¨¢ctica desarrollada por Orff, ya que trabaja con escalas muy simples ("podemos hacer una canci¨®n preciosa con una sola nota") y explora la improvisaci¨®n.
Adem¨¢s de su labor docente, Goodkin es un reconocido pianista de ese estilo musical. Y una persona convencida de que absolutamente todo el mundo puede desarrollar el sentido del ritmo. S¨®lo depende de c¨®mo se ense?e.
"Es una mentira que la m¨²sica sea exclusiva de gente con aptitudes determinadas", afirma Goodkin. "Se piensa que los africanos tienen la m¨²sica en el cuerpo de forma natural y no es as¨ª. De peque?os, sus madres los llevan a la espalda y hacen toda la actividad con ellos encima, cantan y bailan y los ni?os absorben el ritmo de manera muy natural, conectada con el amor y con el movimiento vital".
Las clases que ha impartido estos d¨ªas en Madrid siguen una secuencia que reproduce en cierto modo la progresi¨®n natural de introducci¨®n en la m¨²sica a la que alude.
Los primeros trabajos del curso son f¨ªsicos; los alumnos traducen en movimientos algunas composiciones jazz¨ªsticas que escuchan; m¨¢s tarde incorporan la percusi¨®n corporal (palmadas); luego llega el momento de interpretarlas con instrumentos sencillos como el xil¨®fono y, por ¨²ltimo, cada uno la toca con el instrumento que haya elegido.
Entre los movimientos improvisados del inicio y la interpretaci¨®n conjunta del final, con bater¨ªa, saxo y viol¨ªn, entre otros, han pasado ya cuatro horas. El tiempo que Doug Goodkin ha empleado para guiarles por su particular recorrido desde sentir la m¨²sica hasta hacerla.
![El profesor Doug Goodkin imparte una clase de jazz a profesores en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZOQR7USAD44TLR66GO2O6GXK24.jpg?auth=7fd36aa54dc4b2dbcf763ac92f20cd2bf977a71f727113b8122e2375f92e407f&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.