Los tent¨¢culos de la mafia rusa llegan hasta Espa?a
Organizaciones criminales con base en Mosc¨² y San Petersburgo extorsionan a sus compatriotas tras atraerlos a la Pen¨ªnsula con la promesa de un trabajo bien remunerado
El crimen organizado ruso en Espa?a est¨¢ en auge. Su c¨²pula dirigente, aunque radicada en la Federaci¨®n Rusa, extiende sus tent¨¢culos a Italia, Grecia y Espa?a, con ramificaciones en Madrid, Barcelona, Alicante, Murcia, Badajoz, Huelva y Almer¨ªa. Gracias a testimonios de v¨ªctimas y antiguos colaboradores de la estructura operativa que esta red posee en Espa?a, una juez de Torrevieja (Alicante) ha desarticulado a una de las principales bandas mafiosas dedicadas al tr¨¢fico de seres humanos, y detenido a dos de sus cabecillas en Espa?a, los ciudadanos ucranios Andry K., y Zayats, El cruel.
Esta banda se dedicaba a traer obreros rusos a Espa?a bajo el enga?o de encontrar aqu¨ª "un futuro mejor". Una vez en Espa?a, sin papeles, les buscaban un trabajo clandestino como braceros en el campo, en la construcci¨®n y a las mujeres como prostitutas o ganchos de otros inmigrantes. Por todo ello la banda cobraba suculentas comisiones. Pr¨¢cticamente, el 80% de los sueldos. A los braceros les dejaban dinero s¨®lo para pagar el alojamiento y apenas la comida. Un r¨¦gimen similar a la esclavitud.
Un testigo protegido denuncia que los rusos deben pagar comisi¨®n para trabajar en Espa?a
La red dispon¨ªa de brigadas criminales fijas en los puntos de llegada de inmigrantes
Los testimonios de v¨ªctimas y braceros han ayudado a la juez a desentra?ar y segar los m¨¦todos de esta banda criminal. Los relatos de los testigos son estremecedores.
Un testigo protegido ha relatado el caso de una chica rusa, hoy de 38 a?os, que fue captada por la banda a fuerza de golpes. La chica lleg¨® a Espa?a en 2000. Una agencia rusa, llamada La llave de oro, le ofreci¨® un para¨ªso en Espa?a y le exigi¨® cerca de 2.000 euros a cambio de proporcionarle trabajo y un buen sueldo. Tras pagar ese dinero, la agencia le dijo que, una vez en Madrid, deb¨ªa contactar con dos compatriotas que se encargar¨ªan de todo. Lo primero que hicieron ¨¦stos fue cobrarle cerca de 500 euros por buscarle un alojamiento, donde viv¨ªan otras 30 personas, y otros 300 euros m¨¢s por encontrarle un empleo.
La chica vivi¨® durante alg¨²n tiempo en ese piso pero, viendo que no le encontraban trabajo, decidi¨® buscarse la vida. Comenz¨® a trabajar como asistenta por horas. Por las ma?anas iba a la estaci¨®n de Atocha, donde conoci¨® a m¨¢s compatriotas que suelen acudir all¨ª demandando trabajo a patronos que les llevan al tajo en coches. Fue all¨ª donde supo que para trabajar en Espa?a, si se es ruso, hay que pagar una comisi¨®n. Y que si no la pagaba, la banda mafiosa se encargar¨ªa de record¨¢rselo.
Empez¨® a habituarse a Madrid y a establecer contactos. Pens¨® que pod¨ªa ganarse bien la vida como intermediaria a comisi¨®n de trabajos para sus compatriotas.
Una ma?ana, cuando iba por el centro de Madrid, un veh¨ªculo se detuvo a su altura y tres individuos la metieron dentro por la fuerza y la llevaron a un chal¨¦ a las afueras de la ciudad, donde estuvo secuestrada tres d¨ªas y le dieron ¨®rdenes taxativas: "De tus comisiones debes darnos parte a nosotros", le advirtieron. Su negativa tuvo una r¨¢pida respuesta. La torturaron hasta la extenuaci¨®n: le apagaron cigarrillos encendidos en el cuerpo y le dieron peque?os pinchazos en brazos y pies con un cuchillo. La chica claudic¨®. "Ya te llamaremos", le avisaron.
Tiempo despu¨¦s son¨® su m¨®vil. Un tal Lesha quer¨ªa hablar con ella. "Tu trabajo ser¨¢ recibir a ucranios que llegan en autobuses a Madrid", le orden¨®. Las instrucciones eran que cuando aqu¨¦llos llegasen, ella deb¨ªa averiguar el dinero que llevaban encima y cobrar a cada uno, por gastos de alojamiento y por recibirles, comisiones de en torno a 500 euros.
Todos sus compatriotas proced¨ªan de agencias con las que hab¨ªan contactado en San Petersburgo y Mosc¨², donde les ofrec¨ªan trabajo en Espa?a, Italia, Francia, e incluso EE UU, con los papeles en regla, y bien pagado. "Lleva el dinero necesario, pero no m¨¢s; all¨ª no lo necesitar¨¢s", les dec¨ªan en Rusia.
Era una forma de cazarles para que, una vez en Espa?a, y tras pagar las sucesivas comisiones a las bandas, se quedasen sin dinero para regresar a Rusia y, adem¨¢s, tuviesen que acceder a cualquier empleo por m¨ªsero que fuese.
La chica deb¨ªa sacarles todo el dinero posible. Si uno pagaba menos de los 500 euros, porque no ten¨ªa m¨¢s, para ¨¦se ser¨ªa el trabajo m¨¢s duro. Siguiendo instrucciones de Lesha deb¨ªa llevarlos a Murcia, Huelva, Albacete, Ceuta, M¨¦rida, Valencia, o a Castell¨®n. Todas las semanas recib¨ªa en la estaci¨®n de autobuses a cinco o seis trabajadores rusos que luego llevaba a esas zonas tras cobrarles la oportuna comisi¨®n.
La explotaci¨®n laboral era absoluta. Echaban m¨¢s horas que nadie para que, una vez pagadas las comisiones, les quedase algo para ellos. Y los sueldos tampoco eran elevados: 600 euros, de los que 400 eran para la mafia, el alojamiento y el transporte; el resto, para comida.
La red dispon¨ªa de brigadas criminales fijas en los lugares de destino, entre ellos Murcia y Torrevieja, y conectadas con la cabeza de la organizaci¨®n en Madrid, para que los inmigrantes all¨ª destinados no dejasen de pagar.
Estas brigadas eran las encargadas de encarrilar a los braceros d¨ªscolos. La m¨¢s cruel de todas era la que dirig¨ªa el ucranio Zayats. Entre los inmigrantes rusos se dec¨ªa que cortaba dedos y mutilaba a quien se negaba a seguir sus instrucciones. Esta brigada criminal operaba en Torrevieja. Los ucranios Sasha y Serguei eran sus brazos ejecutores. Si alg¨²n obrero, o chica de club, no entregaba una comisi¨®n superior a los 500 euros, Lesha se los enviaba a Zayats para que "los corrigiera".
Con el tiempo, Zayats se autoaisl¨® de la organizaci¨®n y empez¨® a crear una propia; Lesha tambi¨¦n mont¨® negocios por su cuenta con el mucho dinero recaudado con la extorsi¨®n.
En julio de 2002, Zayats telefone¨® a la chica antes citada. Se vieron en la estaci¨®n de autobuses de Murcia. Le propuso hacer para ¨¦l lo mismo que ella hac¨ªa para Lesha, pero con un a?adido: aparte de braceros, tambi¨¦n le interesaban chicas para la prostituci¨®n. Por cada mujer que captase, Zayats le ofreci¨® 1.000 euros. La chica declin¨® la oferta y volvi¨® a Madrid, aunque le facilit¨® los tel¨¦fonos de las dos agencias de Mosc¨² que enviaban a los trabajadores a Espa?a. Una de ¨¦stas se llama Camino de la prosperidad.
Le hizo m¨¢s ofertas, todas delictivas, pero ella las rechaz¨® porque estaba a punto de conseguir el permiso de residencia en Espa?a. S¨®lo trabaj¨® para Lesha y otro mafioso de llamado Andrei. Los dos, cont¨® la chica, hab¨ªan estado en prisi¨®n en Rusia "y siguen un c¨®digo especial que les impide trabajar con prostituci¨®n o drogas", a diferencia de Zayats.
La chica supo por Lesha que las bandas criminales rusas tienen copadas y controladas determinadas zonas de Espa?a y otros pa¨ªses europeos. Lesha cont¨® que hace varios a?os hubo un acuerdo entre las bandas de los estados de la antigua URSS para delimitar sus territorios de actuaci¨®n en Espa?a y evitar enfrentamientos.
As¨ª, Catalu?a, y hasta el norte de la provincia de Castell¨®n, es territorio de la mafia de Georgia y Daguest¨¢n; Toledo es de los armenios y los rumanos y lituanos se reparten los trabajos relacionados con las campa?as de c¨ªtricos en la vega de Valencia. Por su parte, los robos de veh¨ªculos y falsificaci¨®n de documentos en Almer¨ªa es jurisdicci¨®n de los lituanos, aunque dejan un sector a los armenios. Finalmente, el territorio mafioso de los ucranios se extiende por las provincias de Murcia, Huelva, Alicante, Cuenca, Badajoz, la zona sur de Valencia y Alicante.
![Juicio contra los responsables del club Lorena de Valencia, donde se prostitu¨ªan mujeres del Este, en 2000.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4GOM7JIHFV4PFLMAN2KFHHXVI4.jpg?auth=8a5dcdbe809ea610865669bb0dcc4cb9db16bbbb059dfe354ec932c48aa6d829&width=414)
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