Barrab¨¢s
Los cuatro evangelios nos cuentan su historia en t¨¦rminos casi id¨¦nticos. Convencido de la inocencia de Jes¨²s, Poncio Pilatos planea una estratagema para liberarlo. Cada a?o con motivo de la Pascua se concede la absoluci¨®n a un condenado. Contraponiendo a Jes¨²s con el peor criminal, Pilatos no duda de que el pueblo elegir¨¢ al primero. Pero el odio del pueblo jud¨ªo, azuzado por los sacerdotes, elige a Barrab¨¢s. Lucas dice que hab¨ªa sido condenado por mot¨ªn o sedici¨®n y por asesinato; Juan, que era un salteador. Nadie nos dice si fue liberado o qu¨¦ fue. No es raro, porque la historia es poco veros¨ªmil, empezando por la extra?a costumbre de celebrar una fiesta poniendo en circulaci¨®n a un delincuente. Que en aquel momento hab¨ªa otros condenados adem¨¢s de Jes¨²s y Barrab¨¢s lo prueba la crucifixi¨®n de los dos ladrones. ?Ten¨ªa Pilatos la facultad de designar a los candidatos a la absoluci¨®n, pero no a decidir el ganador? Y, en tal caso, ?qui¨¦n lo eleg¨ªa? ?El pueblo jud¨ªo a voz en cuello? Si no era as¨ª, habr¨ªa que aclararlo, porque este episodio ha sustentado la culpabilidad de los jud¨ªos durante dos milenios, ya que antes del plebiscito Jes¨²s m¨¢s bien parec¨ªa gozar de la simpat¨ªa popular. Por otra parte, si Pilatos quer¨ªa soltar a Jes¨²s, ?por qu¨¦ no lo hizo directamente, sin recurrir a la argucia de Barrab¨¢s? Menudo era un gobernador romano para tener en cuenta la opini¨®n p¨²blica en una provincia del imperio, y menos a¨²n si lo que pide la opini¨®n p¨²blica es la libertad de un reo de sedici¨®n. Pero sobre este particular, el evangelio tambi¨¦n es muy confuso. ?Por qu¨¦ antes de ser condenado Jes¨²s tuvo que pasar por cuatro instancias, a saber, An¨¢s, Caif¨¢s, Pilatos y Herodes, ninguno de los cuales parec¨ªa tener muy claros los t¨¦rminos de su competencia? Sobre cada detalle de cada posibilidad se han escrito millares de vol¨²menes. Hay sospechas de a?adidos ulteriores. No faltan quien lo niega todo, o una parte. A estas alturas, ?qu¨¦ m¨¢s da? S¨®lo se trata, ahora que el protagonista de la Pasi¨®n est¨¢ siendo tan publicitado, de llamar la atenci¨®n sobre el pobre Barrab¨¢s, hombre oscuro, esquinado, m¨¢s malo que la ti?a, y predestinado desde el principio de la eternidad a inclinar la balanza de la redenci¨®n del g¨¦nero humano.
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