Sur¨¢frica votar¨¢ ma?ana en masa al partido de Nelson Mandela
El presidente Mbeki obtendr¨ªa un 70% de los votos, seg¨²n los sondeos
Cuando el presidente de Sur¨¢frica, Thabo Mbeki, amenaz¨® con golpear a su hermana si ella llegase a enamorarse del reverendo Kenneth Mesohoe, candidato a la presidencia por el Partido Dem¨®crata Cristiano Africano, los diversos movimientos feministas inmediatamente levantaron la voz generando una de las pocas pol¨¦micas de la campa?a electoral que culminar¨¢ ma?ana. Los sondeos pronostican una amplia mayor¨ªa para Mbeki.
Que el asunto de la violencia familiar apareciera de este modo en la campa?a fue un error del Ejecutivo, que no gana nada con atacar a un candidato que obtendr¨¢ cerca del 1%. Mbeki tiene asegurada su victoria con una gran posibilidad de obtener el 70% de los votos, seg¨²n varias encuestas. Diez a?os no han hecho mella en el poder que el Congreso Nacional Africano (CNA), el partido de Nelson Mandela, que gobierna desde 1994 en una alianza con el Partido Comunista y la Confederaci¨®n de Trabajadores, tiene sobre una poblaci¨®n que escoger¨¢ a 400 miembros del Parlamento -los que elegir¨¢n al futuro gobernante- y 90 senadores del Consejo Regional, adem¨¢s de las autoridades provinciales. La ¨²nica inc¨®gnita en estas elecciones es si el CNA obtendr¨¢ la mayor¨ªa absoluta en las nueve provincias del pa¨ªs, incluyendo al Cabo Occidental y Kwa Zulu Natal, el primero un basti¨®n de la oposici¨®n blanca y el segundo de la oposici¨®n zul¨².
?sa es una de las razones por la que la otra persona que Mbeki ha atacado en estas elecciones es a Mangosuthu Buthelezi, quien hasta hace poco era ministro del Interior y el l¨ªder del Inkhatha Freedom Party (IFP), partido que agrupa a la mayor¨ªa de los zul¨²es. La ¨²ltima rencilla se jug¨® en la Corte, donde Mbeki fren¨® la ley de inmigraci¨®n y quiso que Buthelezi pagara de su propio bolsillo los costos del juicio, en un intento de convertir un problema entre el Ejecutivo y el Ministerio del Interior en un litigio personal.
Las relaciones del CNA y del IFP han estado siempre llenas de tensiones y hasta 1994 tambi¨¦n de sangre. La mayor violencia ocurri¨® en las barriadas en luchas entre los seguidores de ambos partidos. Un retorno a la violencia de anta?o es poco probable. Pero han ocurrido varias escaramuzas.
El s¨¢bado pasado tres miembros del CNA murieron tras ser atacados en la noche en un pueblo situado al noroeste de Durban y la polic¨ªa investiga si su asesinato tuvo motivos pol¨ªticos. Un militante del IFP tambi¨¦n fue asesinado en Kwa Zulu Natal.
En las polvorientas calles de Tokoza, un township situado a las afueras del este de Johanesburgo, poco ha cambiado f¨ªsicamente en estos 10 a?os. Tokoza, antes del fin del apartheid, era llamada "la franja de Gaza" de Sur¨¢frica, por el n¨²mero de violentos incidentes que dejaron miles de muertos durantes los a?os previos a la obtenci¨®n del derecho a voto para la mayor¨ªa negra del pa¨ªs. "Esta calle diez a?os atr¨¢s era una zona prohibida. Hab¨ªa mucho tiroteo con rifles de largo alcance. Si un d¨ªa uno no escuchaba disparos, uno pod¨ªa pensar que estaba muerto, porque siempre se escuchaban. ?ste era el lado del IFP y la gente mor¨ªa como moscas", cont¨® Dumisane Mthetwa, de 29 a?os de edad. Hoy, tanto seguidores del CNA como del IFP se re¨²nen en el centro comunitario o en los shebeens, bares clandestinos, para quejarse de la falta de progreso en sus vidas. Los enemigos de antes hoy est¨¢n hermanados por la falta de perspectivas que aqueja a la mayor¨ªa de las personas en las barriadas, donde el desempleo alcanza a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n.
"Yo no creo en los pol¨ªticos. Todos vienen antes de las elecciones para prometer algo que, en cuanto lleguen al poder, van a olvidar. Pero votar¨¦ por el CNA, pues creo que son los ¨²nicos que quiz¨¢s puedan hacer algo", dijo George Mohau, de 26 a?os, habitante de Kanaan, una barriada nueva aparecida al sureste de Pretoria, luego que la mayor¨ªa de las granjas de la zona desalojaron a los trabajadores y sus familias que viv¨ªan all¨ª durante tres generaciones. "Nosotros no podemos decir que hemos visto grandes cambios", agreg¨®.
La arrolladora fuerza del CNA no ha logrado unir a la oposici¨®n. En las elecciones pasadas participaron 26 partidos, hoy son 35, si bien s¨®lo nueve de ellos compiten tanto a nivel nacional como provincial por el voto de los 20,7 millones de electores inscritos. En 1999, a?o de las ¨²ltimas elecciones, el 66,5% de los electores favorecieron al CNA. La Alianza Democr¨¢tica (AD), el segundo partido, obtuvo s¨®lo el 11,5%. Ahora el IFP adopt¨® una alianza estrat¨¦gica con el AD de Tony Leon para intentar frenar el avance del CNA en Kwa Zulu Natal. Est¨¢ por verse si dicha uni¨®n logra su objetivo.
El AD enfrenta tambi¨¦n a Patricia de Lille, una mujer que durante a?os milit¨® en el Congreso Pan Africano (CPA) -un partido que salt¨® a la fama con su eslogan "una bala, un b¨®er"- y que ha ganado apoyo popular gracias a su estilo franco y aparente incorruptibilidad. Aspira a obtener un 5% de los votos.
La amenaza de una madre
Hay otra mujer que el presidente Mbeki teme y no puede amenazar con golpear. Se trata de Epainette Mbeki, su madre, de 88 a?os de edad, que admite "ser muy cr¨ªtica con el Gobierno. Yo estoy al lado del pueblo". Convencida militante comunista, nunca acept¨® abandonar su pueblo en la zona rural del Cabo oriental donde vive, en un villorio que no cuenta con agua potable. "Lo que me rompe el coraz¨®n es la apat¨ªa, especialmente ahora que ha habido cambios en el Gobierno", dijo en una entrevista al semanario Mail & Guardian.
El grado de abstenci¨®n es la otra inc¨®gnita de las terceras elecciones democr¨¢ticas en Sur¨¢frica. Los j¨®venes son los principales desencantados. S¨®lo el 35% de los j¨®venes entre 18 y 25 a?os se inscribi¨® para estas elecciones, de acuerdo a la Comisi¨®n Electoral Independiente.
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