Fase de secuestros
La guerra de Irak ha entrado desde hace unos d¨ªas en una nueva y preocupante fase: la de los secuestros por grupos diversos. Los resistentes sun¨ªes y chi¨ªes tienen en su poder al menos a una cuarentena de rehenes de m¨¢s de una docena de pa¨ªses, no todos con tropas en Irak. Los objetivos son m¨²ltiples: presionar sobre sus Gobiernos y socavar la voluntad de la llamada coalici¨®n internacional; negociar mejores condiciones con vistas al reparto de poder que se avecina tras el 30 de junio y a las elecciones previstas para siete meses despu¨¦s; lograr repercusi¨®n internacional y generar un clima de total inseguridad que mine los esfuerzos de reconstrucci¨®n. Algunas empresas extranjeras est¨¢n repatriando a sus empleados. Muchas escuelas, universidades y tiendas han quedado cerradas.
Usar a civiles como rehenes es totalmente reprobable, aunque sirva a la estrategia del d¨¦bil contra el fuerte. Es un riesgo, sin embargo, previsto por diversas empresas contratistas de EE UU que cubren con p¨®lizas de seguros ante secuestros a sus empleados en diversos lugares del mundo, y a menudo acaban pagando a los secuestradores. En la actual tesitura, el dinero no parece ser el m¨®vil central de unos hechos que ponen de manifiesto que, pese a las pretensiones iniciales de la Administraci¨®n de Bush, lo que est¨¢ ocurriendo en Irak no es s¨®lo terrorismo, sino fruto de movimientos diversos de resistencia frente a los ocupantes. Es decir, esencialmente frente a EE UU y un rosario de pa¨ªses que colaboran en esta ocupaci¨®n, entre ellos Espa?a.
Aunque algunos rusos, ucranios y chinos han sido puestos en libertad, los secuestros han ennegrecido el periplo por China y Jap¨®n del vicepresidente Cheney en uno de sus raros viajes al extranjero.
En un art¨ªculo en The Washington Post, el candidato dem¨®crata a la Casa Blanca, John Kerry, ha planteado "una estrategia para Irak" que no supone la retirada, sino
el env¨ªo de m¨¢s tropas de EE UU -una demanda que hab¨ªa adelantado el general Abizaid, comandante de las fuerzas estadounidenses en Oriente Pr¨®ximo- y de otros aliados a trav¨¦s de la OTAN y situar a la ONU en el centro de la transici¨®n en Irak.
Pero en la propia ONU esta propuesta levanta muchas dudas. Ayer mismo, su secretario general, Kofi Annan, descart¨® el regreso de sus funcionarios a Irak mientras no se restablezca la situaci¨®n. La espiral de violencia que se vive estos d¨ªas opera en sentido opuesto. Y la ofensiva contra Nayaf, ciudad santa del chi¨ªsmo, que preparaban anoche las tropas de EE UU, no parece favorecer la pacificaci¨®n. Estados Unidos se ha obsesionado con la caza de M¨²qtada al S¨¢der, el joven l¨ªder chi¨ª que se ha refugiado en Nayaf y que, al parecer, ha negociado ya con el referente b¨¢sico, que es el gran ayatol¨¢ Sistani. La captura ayer de Hazem al Arayi, representante de M¨²qtada en Bagdad, cuando se iba a entrevistar con periodistas abiertamente en un hotel de la capital no ha dejado de ser un gesto contraproducente, aunque luego fuera liberado. EE UU sigue creyendo en una soluci¨®n militar para Irak, que para salir adelante requiere ante todo una estrategia pol¨ªtica, hoy por hoy equivocada o ausente.
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