Entrar en el club tiene su precio
Los nuevos Estados miembros han tenido que aplicar duros ajustes para ingresar en la Uni¨®n
Seis semanas antes de su entrada en la Uni¨®n Europea, los 10 pa¨ªses de la ampliaci¨®n recibieron una carta de la Comisi¨®n en la que les alertaba sobre sus retrasos en la adopci¨®n de medidas necesarias para un tr¨¢nsito fruct¨ªfero del estatus de aspirantes al de miembros de pleno derecho. En las 10 capitales no se movi¨® una hoja, pese a los millones de euros en juego y los alrededor de 15.500 millones no aprovechados que acarrear¨¢n las carencias de preparaci¨®n.
"Nos pasaron opiniones basadas en los datos que nosotros ya les hab¨ªamos dado. As¨ª que no fue una sorpresa", explica Wlodzimierz Cimoszewicz, ministro de Exteriores en funciones de Polonia, el pa¨ªs que, con sus 39 millones de habitantes, supone la mitad de los 75 millones que aportan los nuevos socios y que recibir¨¢ la mitad de los dineros apartados para ayudar a los Diez. "Todos sabemos cu¨¢les son las consecuencias de no hacer lo que debemos. Estaremos a la altura".
"Seg¨²n se acerca la fecha de la adhesi¨®n, aumenta el temor a lo desconocido"
Un mill¨®n de las actuales explotaciones agr¨ªcolas de Polonia dejar¨¢n de existir
Para los aspirantes, no estar preparado supondr¨¢ perder muchos millones
No estar a la altura supondr¨¢ perder muchos millones de euros, lo ¨²ltimo que necesitan pa¨ªses que han hecho gravosos sacrificios en el periodo de transici¨®n pensando invertir en un futuro menos sombr¨ªo. Conforme se acerca la fecha del 1 de mayo, los esfuerzos de preparaci¨®n para entrar en el club de la UE han ido haci¨¦ndose m¨¢s impopulares, en particular por sus efectos sobre la tasa de paro (que ha crecido ya hasta un promedio del 15%, y que llega al 20% en Polonia) y la disciplina presupuestaria. Hay acaparamiento de productos b¨¢sicos por temor a que los precios se disparen a niveles de la Europa rica en pa¨ªses cuyo PIB medio per c¨¢pita (y por ende, la renta) se sit¨²a en el 47% del de los Quince.
Adem¨¢s, esa Europa rica ha anunciado que cerrar¨¢ sus fronteras a la emigraci¨®n del Este. "Hay decepci¨®n. Cuando votamos en el refer¨¦ndum, siete pa¨ªses dec¨ªan que estar¨ªan plenamente abiertos y ahora s¨®lo lo est¨¢ Irlanda", dice un joven gu¨ªa en la reserva de Bialowieza, santuario polaco de los ¨²ltimos bisontes de Europa. "Yo creo que hoy votar¨ªa a favor de la adhesi¨®n menos del 50%". En junio del a?o pasado, el 77% de los polacos dieron el s¨ª a Europa.
Cimoszewicz dice que no hay que dramatizar. "Tambi¨¦n en el Oeste ha bajado el apoyo a la ampliaci¨®n", reconoce. "Seg¨²n se acerca la fecha, todo el mundo piensa m¨¢s en ello y aumenta el temor a lo desconocido". A los agricultores polacos tal desconocido les produce pavor. La mitad de los 1,8 millones de explotaciones son menores de cinco hect¨¢reas y 500.000 no llegan a las dos hect¨¢reas. "Demasiadas granjas y demasiada gente en la agricultura", dice el ministro del sector, Wojciech Olejniczak. El de Exteriores es m¨¢s duro: "Es un anacronismo. El 20% de la poblaci¨®n produce el 2,7% del PIB. Es un trabajo sin sentido en el que se pierde el 80% del esfuerzo".
El agricultor polaco a la antigua usanza est¨¢ desmoralizado. Se sabe una especie en v¨ªas de extinci¨®n. "La gran mayor¨ªa de los agricultores polacos recibir¨¢n entre 200 y 300 euros de ayuda al a?o tras la adhesi¨®n, insuficiente para acicatear una inversi¨®n en el campo. Ser¨¢ dinero que ir¨¢ al consumo", se?ala el viceministro de Agricultura, Stanislaw Kowalczyk. "Nuestra intenci¨®n es ayudar a los que producen comercialmente. En 10 o 15 a?os quedar¨¢n unas 800.000 explotaciones que producir¨¢n para el mercado, como en Espa?a". Es decir, que un mill¨®n de las actuales explotaciones dejar¨¢n de existir. Las viejas estructuras y modos de producir desaparecer¨¢n para dar paso a un r¨¦gimen m¨¢s competitivo, seg¨²n Varsovia, que subraya con orgullo c¨®mo ya el a?o pasado, y por primera vez desde que hay memoria, la agricultura polaca tuvo un super¨¢vit comercial con los Quince.
Los dos ministros se dicen satisfechos con los preparativos para la adhesi¨®n y no temen la aplicaci¨®n de cl¨¢usulas sanitarias defensivas por parte de Bruselas, por m¨¢s que la Comisi¨®n haya advertido sobre la necesidad de mejorar los sistemas de control veterinarios y fitosanitarios, pensando, entre otras, en la enfermedad de las vacas locas. "Hemos tomado todas las medidas para garantizar la salud de 40 millones de polacos, as¨ª que tambi¨¦n lo estar¨¢ la del resto de los europeos", dice Olejniczak. "Un informe reciente se?al¨® que est¨¢bamos entre los que ten¨ªan m¨¢s rigurosos controles entre los 10 candidatos".
En la carta de alerta enviada por la Comisi¨®n a los Gobiernos de los Diez "se identificaban dos cuestiones de grave preocupaci¨®n: el establecimiento de las agencias que han de gestionar los subsidios agr¨ªcolas y el control sanitario de los productos alimenticios que van a circular por la Uni¨®n", dice un portavoz de G¨¹nter Verheugen, comisario de Ampliaci¨®n. Las intenciones de la Comisi¨®n son claras: "En los pa¨ªses miembros no puede entrar ning¨²n producto que no tenga plenas garant¨ªas".
Chipre y Malta no plantean alarmas alimentarias, pero tambi¨¦n llevan retraso en el establecimiento de las agencias que deben lidiar con la compleja burocracia necesaria para solicitar y administrar los millones de euros procedentes de Bruselas. "Estamos trabajando intensamente para resolver el caso, pero tambi¨¦n hay que hablar de lo que no hace la Comisi¨®n", replica el jefe saliente de la diplomacia polaca. "Vamos a tener que posponer hasta 2008 nuestra entrada en el Espacio de Schengen
[que elimina los controles fronterizos entre los pa¨ªses firmantes del Tratado] porque Bruselas, que puede enviar una nave a Marte, es incapaz de adaptar el sistema de ordenadores. Hay que hablar de responsabilidad de las dos partes".
La entrada en la Uni¨®n liberar¨¢ a los Diez de conflictos con el acervo comunitario vistos desde el ¨¢ngulo del comercio exterior, pero abrir¨¢ un nuevo frente, el de las disonancias entre lo que exige Bruselas y lo que hacen los Estados miembros. La Comisi¨®n vaticina el desencadenamiento de un aluvi¨®n de procedimientos de infracci¨®n contra los Diez. Jean-Christophe Filori, el portavoz de Verheuguen, quita hierro al asunto. "La perfecci¨®n no existe. Y hay que poner las cosas en perspectiva. Ahora mismo, la Comisi¨®n tiene abiertos 2.200 procedimientos contra los actuales miembros".
M¨¢s significativo del sustancial coste que para los Diez va a suponer sus carencias y retrasos para aprovechar todas las oportunidades de la entrada en la UE en estos primeros a?os es un juego de sumas y restas realizado por la Comisi¨®n. Las ayudas financieras para los Diez en el actual programa presupuestario, que incluye 2006, llega a un tope te¨®rico de 40.800 millones de euros, incluidas subvenciones agr¨ªcolas, fondos estructurales y otros renglones. En estos dos a?os y medio del ciclo, los Diez contribuir¨¢n a su vez con 15.000 millones a la caja central bruselense. Pero como no ser¨¢n capaces de asumir todos los fondos disponibles por falta de preparaci¨®n, el saldo neto de pagos a realizar por Bruselas, seg¨²n las estimaciones de la Comisi¨®n, rondar¨¢ los 10.300 millones de euros; es decir, que los nuevos miembros se perder¨¢n unos 15.500 millones.

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