Cuesti¨®n de arraigo
Un a?o m¨¢s, mientras la mayor¨ªa de la poblaci¨®n disfrutaba de unos d¨ªas de descanso, unos cuantos miles de ciudadanos vascos se dispon¨ªan a celebrar el D¨ªa de la Patria. De nuevo, el ritual de las proclamas patri¨®ticas pon¨ªa punto y final a las minivacaciones de Semana Santa, provocando titulares de prensa, comentarios editoriales y discusiones diversas en las tertulias radiof¨®nicas. Adem¨¢s, como en ediciones anteriores, la celebraci¨®n del Aberri Eguna ven¨ªa acompa?ada de rumores de diversa intensidad sobre anuncios de tregua, solemnes declaraciones, o propuestas pol¨ªticas supuestamente novedosas.
Creo importante el respeto hacia quienes tienen la patria -la que sea- como referencia fundamental de su existencia, si bien reclamo el derecho a pensar en otros t¨¦rminos y a no ser tratado como bicho raro por no vibrar al son de ning¨²n himno nacional. Entiendo la existencia de banderas como s¨ªmbolos que identifican a las personas con un territorio, pero me produce pavor su exhibici¨®n masiva, sea en la Plaza de Oriente, en las campas de Salburua o en Nueva York. Por ello, observo con cierta perplejidad la manera, aparentemente tan natural, con que durante los ¨²ltimos a?os ha renacido el sentimiento nacionalista de corte m¨¢s esencialista, sea vasco o espa?ol, y la rapidez con que el mismo ha ido ganando terreno en la vida pol¨ªtica y en los medios de comunicaci¨®n. Si el per¨ªodo del aznarismo se ha caracterizado por la vuelta al espa?olismo "sin complejos", incluidos los t¨®picos de toda la vida como el sentimiento antifranc¨¦s, el desprecio al mundo ¨¢rabe, la exaltaci¨®n de la bandera rojigualda o las proclamas a favor de la indisoluble unidad de la patria, la evoluci¨®n del nacionalismo vasco durante los ¨²ltimos a?os no le ha ido a la zaga en lo que se refiere a la autoafirmaci¨®n "sin complejos": las proclamas antiespa?olas, la exaltaci¨®n de la ikurri?a o el discurso de la territorialidad (el equivalente aut¨®ctono de la ya mencionada indisoluble unidad de la patria al margen de la voluntad del personal), constituyen buena muestra de todo ello. Parad¨®jicamente, cuando se hace m¨¢s necesario redefinir el concepto pol¨ªtico de naci¨®n, m¨¢s cl¨¢sico y convencional se vuelve el discurso nacionalista.
Volviendo al Aberri Eguna, la denominada "unidad nacionalista" ha sido, un a?o m¨¢s, tema recurrente en los pronunciamientos habidos, especialmente en los provenientes de las filas de la autodenominada izquierda abertzale. Primero fue Lizarra, m¨¢s tarde la iniciativa de Bergara, y ahora el llamado Foro de Debate Nacional. Y, en medio, numerosas propuestas encaminadas a promover candidaturas conjuntas, mesas de partidos abertzales y otras formas de "frente nacional". La ¨²ltima de ellas, el mencionado Foro de Debate Nacional, pretende agrupar a aquellas fuerzas pol¨ªticas que deseen "la resoluci¨®n del conflicto y tengan arraigo en Euskal Herria". Esto del arraigo tiene su miga. ?Qui¨¦n tiene arraigo y c¨®mo lo demuestra? ?Cu¨¢ntos a?os son necesarios para acreditar el suficiente arraigo? ?Qui¨¦n otorga el certificado correspondiente?
La verdad es que, si uno aplica el sentido com¨²n, arraigo, lo que es arraigo, s¨®lo unas pocas fuerzas pol¨ªticas parecen tenerlo. Adem¨¢s de los dos partidos centenarios (EAJ-PNV y PSE-PSOE), tan s¨®lo el carlismo espa?olista -que toma cuerpo en el PP y en UPN- y la derecha centralista francesa al otro lado del Bidasoa, tienen una historia reconocible de al menos medio siglo en Euskal Herria. El resto, o han desaparecido pr¨¢cticamente del mapa -caso del PCE-EPK- o son formaciones pol¨ªticas de reciente creaci¨®n. De modo que, seg¨²n como se aplique lo del arraigo, el mencionado Foro de Debate tiene pocos visos de prosperar. De momento, ninguna de las fuerzas que apuestan por dicho Foro parecen tenerlo en demas¨ªa. Si de presencia hist¨®rica se trata, la misma es m¨¢s bien corta. Y si -lo que es m¨¢s significativo- hablamos de presencia electoral, quienes participan en el foro est¨¢n muy lejos de representar, no ya a la mayor¨ªa, sino incluso a una parte significativa de la poblaci¨®n de Euskal Herria, m¨¢s all¨¢ de los estrictos l¨ªmites del territorio guipuzcoano. ?Cuesti¨®n de arraigo?
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