El arrojo de Cecilia Rossetto
D¨ªganme... ?Por qu¨¦ vinieron?", preguntaba Cecilia Rossetto entre halagada y ligeramente sorprendida al ver el auditorio a rebosar, durante su deb¨² en La Casa Encendida, hace tres meses. Al p¨²blico de Barcelona, la actriz y cantante porte?a le es tan familiar como al de Buenos Aires, pero en Madrid apenas se la conoce. De ah¨ª su extra?eza: "?No ser¨¢ que la mayor¨ªa de ustedes son argentinos?". Despu¨¦s de una salida a escena felina, a lo Bowie, de cantar Soy una mina de caf¨¦ concert ("soy un pedazo de t¨ªa", traduce ella misma: c¨®mo si no nos hubi¨¦semos dado cuenta), y de narrar, con mucha gracia, sus primeras peripecias en la capital, Rossetto chequea a sus interlocutores: la mayor¨ªa resultan ser madrile?os, pero hay un cubano que la vio actuar en La Habana, y una compa?era de profesi¨®n con la que comparti¨® escenario en los a?os setenta. "?Claro que me acuerdo, acababa de salir de la escuela!", le responde, por si alguien se ha puesto a calcular su edad. Tanto se dej¨® guiar la artista por su instinto esc¨¦nico y por la energ¨ªa del p¨²blico que, del par de funciones que ofreci¨®, una dur¨® dos horas y media, la otra m¨¢s de tres, y en ambas amenaz¨® a los divertidos espectadores con volver, para llevar hasta el final, un gui¨®n que de vez en cuando consultaba y siempre parec¨ªa olvidar: "?Alguien tiene prisa...? Yo no".
Ahora ha vuelto, con un espect¨¢culo
parecido, pero no igual. En l¨ªneas generales, Cecilia Rossetto en Madrid es el Resiste Rossetto que present¨® el a?o pasado en Barcelona, adaptado a una sala mucho m¨¢s peque?a: Mar¨ªa Guerrero, que es al Nuevo Teatro Alcal¨¢ lo que las calderas de Pedro Botero a la superficie terrestre. Mientras arriba, en la sala grande, las chicas de Cabaret coquetean con sus clientes, abajo, la Rossetto escoge entre los suyos a los que van a servirle de confidentes, y les cuenta la funci¨®n un poco m¨¢s al o¨ªdo: a ¨¦ste lo seduce, con aqu¨¦l juega, de aqu¨¦lla hace su c¨®mplice
... Est¨¢ pendiente de las reacciones de todos, las pilla al vuelo y no desaprovecha una. Al final de la funci¨®n maneja los nombres de diez espectadores como si fueran amigos de siempre. La actriz cuenta cosas de su vida, filosofa sobre los males de Argentina y sobre la condici¨®n del artista, y bromea: por ejemplo, con lo sugerentes que pueden ser para o¨ªdos extra?os los nombres de las estaciones de nuestra red de Metro: Sol, Mar de Cristal, R¨ªos Rosas
... Gasta un humor directo, o lo curva hasta la iron¨ªa. Por ejemplo, cuando saca una bandera argentina: "?sta la expropi¨¦ de un ministerio en mi primera manifestaci¨®n, ya no me acuerdo en qu¨¦ dictadura". Y canta. La prefiero en los tangos viejos de Celedonio Flores, donde luce su deje arrabalero y canalla -en la divertida versi¨®n lunfardocatalana de Mano a mano-, y en un bolerazo de Chico Navarro, que en el l¨ªrico Morir¨¦ de madrugada de Piazzola.
Si hubiera de guardar una sola imagen de Cecilia Rossetto en Madrid, me quedo con la de la cantante congelada, al fondo, de espaldas al p¨²blico (fina estampa), dando una calada al cigarro durante un solo del pianista Freddy Vaccarezza. Pero si es una escena lo que hay que conservar, sea aqu¨¦lla en la que la voz pausada, c¨¢lida, de su padre, le recuerda cuando era una ni?a y la cog¨ªa de la mano: "La vita ¨¨ passata. Tu sei una donna, e io un vecchiardo che ti ama per sempre", dice H¨¦ctor Decio Rossetto, hijo de italianos, subcampe¨®n del mundo de ajedrez con la selecci¨®n argentina, en una grabaci¨®n a?eja como e roce de una aguja sobre un disco de baquelita. Decio se cas¨® con una hija de gauchos de origen vasco. Menuda mezcla. Cierra el espect¨¢culo un intermedio en el que Rossetto interpreta a un personaje c¨®mico, cruce entre los de Lina Morgan y los de Dorothy Parker: choca este salto del universo del cabar¨¦ al del teatro.
La actriz no para. Cuando acabe en Madrid, le espera un cabar¨¦ compartido en el F¨®rum de Barcelona; el papel protagonista de La Celestina, que se estrena en el festival de Edimburgo, dirigida por Calixto Bieito, y el de Mar¨ªa de Buenos Aires, ¨®pera oratorio de Piazzola que habr¨ªa interpretado el a?o pasado si, dos d¨ªas antes del estreno, no se hubiera fracturado una pierna.
Cecilia Rossetto en Madrid. Nuevo Teatro Alcal¨¢. Hasta 8 de mayo.
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