Susy G¨®mez defiende la pintura como "el lenguaje m¨¢s subversivo"

"Pintar es como vivir". La artista Susy G¨®mez (Pollen?a, Mallorca, 1964) ha reunido en la exposici¨®n El flujo de la sangre, abierta en la galer¨ªa Soledad Lorenzo, de Madrid (www.soledadlorenzo.com, Orfila, 5, hasta el 14 de mayo), un conjunto de pinturas, una escultura y dibujos. "Hoy m¨¢s que nunca la pintura es el lenguaje m¨¢s subversivo, al estar delante de los hechos y reflejar tu propio ser en un presente siempre esquivo", declara.

La iconograf¨ªa de Susy G¨®mez se identifica en sus ¨²ltimas obras, pero ha abandonado la utilizaci¨®n de im¨¢genes fotogr¨¢ficas en sus composiciones para presentar grandes lienzos como "una declaraci¨®n de principios". "Me interesa hablar desde la pintura, que nos habla de humanizaci¨®n, de lo imperfecto; es lo que necesito para explicarme, al tener necesidad de estar delante de los hechos, de la vida", afirma. "Mi postura siempre ha sido muy conceptual y esta exposici¨®n ha sido un duelo conmigo misma".

Ha planteado la exposici¨®n El flujo de la sangre como un cruce de caminos de su trayectoria art¨ªstica, con un t¨ªtulo paralelo a las obras, como expresi¨®n "del propio flujo de la vida". "La pintura es la primera arma letal que el hombre tuvo para explicarse, habitar su propia vida y entorno. Ya en la pintura prehist¨®rica se utiliz¨® la sangre; el flujo de sangre y vida est¨¢ hecho de necesidad natural, es inherente al hombre situarse delante de un presente esquivo".

Susy G¨®mez considera que la pintura utiliza los mismos registros de cr¨ªtica que el propio sistema y defiende un soporte que identifica con lo que "la pintura puede fotografiar" y, al mismo tiempo, humanizar la vida y el entorno. "La sangre es un elemento pl¨¢stico fuerte, pero tambi¨¦n es s¨ªmbolo de vida".

En el proceso de sus cuadros aparecen y desaparecen elementos de su retrato personal, como narra de cada uno de ellos Sebasti¨¤ Camps en el texto del cat¨¢logo (Pentimento: la l¨ªnea originaria). La artista cree que "la pintura se piensa a s¨ª misma" y establece diferencias con la fotograf¨ªa, utilizada con frecuencia en sus cuadros. "En los cuadros est¨¢ lo que al final ha quedado, la vida como elecci¨®n, el poder de decidir, de c¨®mo habitar el mundo. Una pintura es como la vida. Mis obras son como l¨¢grimas solidificadas, en un estado de violencia interna que provoca el llanto. Son pinturas muy directas, en donde se funden los colores, con varios niveles de percepci¨®n, como en las personas o en la sexualidad. La fotograf¨ªa rapta la memoria de lo que era una imagen. Todo aquello que es fotografiado quiz¨¢ no me interese tanto; hay una radicalizaci¨®n de las im¨¢genes, que por su abundancia se llega a la banalizaci¨®n. Me interesa m¨¢s la voz directa, la relaci¨®n f¨ªsica con la pintura. Hago una pintura despu¨¦s de la pintura; la anterior era una pintura posfotogr¨¢fica. No es lo mismo seguir pintando que volver a pintar".

Junto a los cuadros monta una instalaci¨®n con una cama, escultura de 200 kilos de planchas de hierro que ha formado la artista con "el martillo como acto violento", y un conjunto de dibujos colocados en marcos y con copas rojas que hablan de la solidificaci¨®n de la sangre.