Un radical al frente de los desesperados

Abdelaziz Rantisi, de 57 a?os, era desde hace tres semanas el jefe de Ham¨¢s, en Gaza. Fue nombrado l¨ªder por aclamaci¨®n en una asamblea multitudinaria celebrada en el estadio de Yarmuk, donde se estaban celebrando las honras f¨²nebres por el jeque Ahmed Yassin. Su designaci¨®n no sorprendi¨® a nadie.

Rantisi, originario de la ciudad de Yuba, cerca de Yaffa, se hab¨ªa refugiado en Gaza en 1948 con su familia cuando apenas era un reci¨¦n nacido. Formado intelectual y religiosamente en Egipto, estudi¨® medicina en la Universidad de El Cairo y se afili¨® a la secta de los Hermanos Musulmanes. Empez¨® a militar en Ham¨¢s en 1987, en los mismos d¨ªas en que estall¨® la primera Intifada.

Miembro activo de la organizaci¨®n y mano derecha del jeque Yassin, alcanz¨® una gran popularidad en los c¨ªrculos pol¨ªticos en 1992, cuando el Ej¨¦rcito israel¨ª le expuls¨®, junto con otros 416 integristas, a una tierra de nadie al sur de L¨ªbano, donde se convirti¨® en l¨ªder y portavoz de los exilados.

Los Acuerdos de Oslo devolvieron en 1994 a Rantisi a Gaza, para colocarlo ideol¨®gicamente a la izquierda del jeque Yassin y enfrentado al presidente Yasir Arafat, en una posici¨®n respetuosa pero cr¨ªtica hacia la Autoridad Palestina. Defensor a ultranza de los m¨¢s radicales, de "todo o nada", se convirti¨® en el l¨ªder carism¨¢tico de una juventud desesperada y dispuesta a cualquier sacrificio, incluido el suicidio.

El pasado junio Rantisi ya salv¨® milagrosamente la vida tras sufrir un ataque de los helic¨®pteros israel¨ªes, en una operaci¨®n similar a la de ayer. Pero nada de eso hizo cambiar su discurso por la lucha sin fin.