Telef¨®nica mantiene a 24 familias sin tel¨¦fono fijo desde hace dos a?os

Veinticuatro familias de la colonia Fin de Semana (distrito de San Blas) viven desde hace dos a?os sin tel¨¦fono fijo. Telef¨®nica le echa la culpa al constructor de estos chal¨¦s pareados por no haber preparado las instalaciones. Pero los vecinos insisten en que es un problema de dinero: "No nos ponen la l¨ªnea porque dicen que no les sale rentable hacer la obra para tan pocos vecinos". En este momento, la obra consistir¨ªa en cruzar una calle de unos diez metros. Mientras tanto, la ¨²nica alternativa para estas familias son facturas desorbitadas de tel¨¦fono m¨®vil, walkie-talkies o, incluso, silbidos.

Las facturas de m¨®vil pueden llegar en algunos casos a los 280 euros mensuales

Los vecinos aseguran que la empresa est¨¢ obligada a darles el servicio en dos meses

Apenas 10 metros separan una canalizaci¨®n de Telef¨®nica de las casas de las 24 familias, construidas hace dos a?os en lo que antiguamente se conoc¨ªa como el barrio de las Rejas, muy cerca de Ciudad Pegaso. La empresa de telecomunicaciones explica que acometer esas obras de canalizaci¨®n subterr¨¢nea supondr¨ªa una cantidad de dinero que no est¨¢ dispuesta a sufragar sola -alrededor de 90.000 euros- y que el Ayuntamiento no concede la licencia para realizar la opci¨®n m¨¢s barata, esto es, el cableado a¨¦reo. En definitiva, aseguran que la culpa es de los constructores de los chal¨¦s por no haber dejado preparado el terreno, seg¨²n fuentes de Telef¨®nica.

Sin embargo, los vecinos cuentan la historia de dos a?os de idas y venidas, de "mareos", en los que las explicaciones iban cambiando continuamente. Araceli Conty fue la primera, hace dos a?os, en llegar a una de estas viviendas, que cuestan entre 380.000 y 420.000 euros. Como a la mayor¨ªa del resto de familias, le dijeron en la compa?¨ªa que un traslado de la l¨ªnea de tel¨¦fono no tardar¨ªa m¨¢s de dos semanas. Pero se encontr¨® con que no hab¨ªa infraestructura para instalar ese tel¨¦fono, que a¨²n no tiene. Cuando, al poco tiempo de instalarse, la compa?¨ªa de la luz abri¨® la zanja para hacer las obras pertinentes, Araceli llam¨® a Telef¨®nica para instarles a aprovechar esas obras. "No me hicieron ning¨²n caso", se queja.

De hecho, uno de los constructores de los chal¨¦s, Javier Montero, tambi¨¦n se puso en contacto con la compa?¨ªa cuando termin¨® la construcci¨®n. Asegura que ¨¦l cumpli¨®, es decir, dej¨® preparada la instalaci¨®n a pie de fachada. "El problema es que estas obras le cuestan mucho dinero a Telef¨®nica y, una vez hechas, nadie les asegura que los residentes no van a cambiar de compa?¨ªa", explica.

Tras un "aluvi¨®n" de cartas, llamadas y fax, seg¨²n los vecinos, la empresa se reuni¨® por fin con los afectados en abril del a?o pasado. La respuesta de la compa?¨ªa fue clara: les sale m¨¢s barato ir a los tribunales -aunque est¨¦n obligados por ley a dar el servicio en un plazo de dos meses- que acometer las obras. La ¨²nica opci¨®n que les dieron fue la de gastos compartidos, siempre seg¨²n los vecinos. Los residentes pagaban la zanja perimetral (cableado subterr¨¢neo alrededor de las viviendas) y Telef¨®nica cruzaba la calle con otra zanja. Pero al poco tiempo, la empresa comenz¨® a excusarse en que el Ayuntamiento no conced¨ªa la homologaci¨®n de los armarios de distribuci¨®n necesarios para la instalaci¨®n. "Unos armarios exactamente iguales a los que hay funcionando en muchos otros sitios", asegura un vecino. Pero para ese momento una parte de los vecinos ya hab¨ªan pagado la obra: 700 euros por cabeza.

El caso es que, por el momento, ni tienen tel¨¦fono fijo ni saben si lo lograr¨¢n tener. As¨ª pues, han de adaptarse a una vida sin este servicio, lo cual significa un cambio important¨ªsimo en el d¨ªa a d¨ªa de estas 24 familias.

En casa de Juan Carlos Mart¨ªnez son siete: sus cuatro hermanos y sus padres. Cada uno de ellos, con su respectivo tel¨¦fono m¨®vil. A ¨¦stos hay que sumarle otro aparato m¨¢s que se queda siempre en casa. "Las facturas..., no s¨¦, una burrada". Pero no s¨®lo para ellos; la novia de Juan Carlos tambi¨¦n ha recibido alguna bronca en su casa por la factura de tel¨¦fono. "Me llama a un m¨®vil desde un fijo y, claro, es bastante m¨¢s caro".

Enrique Berm¨²dez tiene dos hijos adolescentes y s¨ª lleva exactamente la cuenta del gasto: 70 euros al mes cada uno, es decir, 240 euros de tel¨¦fono. Las facturas, aunque lo intenten controlar, son desorbitantes en todas las familias.

Tambi¨¦n hay problemas quiz¨¢ m¨¢s graves que el gasto de dinero que conlleva esta falta de conexi¨®n, como el de Marisol Sanz, que tuvo un hijo hace nueve meses. Marisol padeci¨® un embarazo de alto riesgo, por lo que ten¨ªa que estar en permanente contacto con su hospital. "En la Seguridad no admiten tel¨¦fonos m¨®viles de contacto. Llamaban a mi madre para concertar las citas", se queja.

Para los chavales tambi¨¦n es complicada la situaci¨®n. Se quejan de que sus amigos del colegio apenas les llaman. Mercedes ha llegado a un acuerdo con sus hijos, ellos trabajan en casa y, a cambio, ella les recarga el m¨®vil. Algunos han decidido comunicarse entre ellos con walkie-talkies o, en ocasiones, a silbidos entre los jardines de las casas.

"No hay derecho a que una ni?a de 12 a?os [su hija] tenga un tel¨¦fono m¨®vil", comenta Araceli. Ella, al igual que otros vecinos, ya no s¨®lo quiere que le pongan la l¨ªnea, sino que, adem¨¢s, est¨¢ decidida a llevar el asunto a los tribunales para pedir da?os y perjuicios.