A trabajar

El Gobierno surgido de las elecciones del 14-M ya est¨¢ listo para ponerse a trabajar. Su presidente, el socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, comenz¨® ayer mismo. Reci¨¦n jurado su cargo, fue a visitar a los heridos del 11-M que a¨²n permanecen hospitalizados en Madrid y a depositar flores en el espont¨¢neo memorial dedicado en Atocha a las v¨ªctimas. En claro contraste con su predecesor, Zapatero marc¨® as¨ª su proximidad personal con los ciudadanos. Es ¨¦sta una l¨ªnea de acci¨®n que desea ver asumida por todos los ministros de su Gobierno, que hoy juran sus cargos.

Tres grandes cuestiones, que exigen respuesta inmediata, enmarcan el estreno del Ejecutivo: el regreso de las tropas espa?olas de Irak, la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n europea y la lucha contra un doble terrorismo, el dom¨¦stico de ETA y el internacional de Al Qaeda. Respecto a Irak, es del todo improbable que se cumplan las condiciones que ha establecido Zapatero para su continuidad: que la ONU se haga cargo no s¨®lo de la direcci¨®n pol¨ªtica, sino tambi¨¦n del mando militar. El nuevo presidente y su ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, tendr¨¢n que hacer filigranas diplom¨¢ticas para que el cumplimiento de una promesa aprobada ampliamente por los espa?oles no deteriore demasiado las relaciones con Washington. La lucha contra el terrorismo, dom¨¦stico e internacional, ser¨¢ larga y es importante no perder aliados por el camino. Exactamente lo que Bush no ha sabido hacer.

Volver al europe¨ªsmo supone recuperar la tradici¨®n de la democracia espa?ola que Aznar rompi¨® por decisi¨®n personal. Zapatero y Moratinos, que ha sido muy bien acogido internacionalmente, tambi¨¦n tienen ah¨ª un amplio apoyo. Pero esto no puede significar pasar de la adhesi¨®n incondicional a EE UU a la adhesi¨®n incondicional a Francia y Alemania. Europa tiene que avanzar con verdadero sentido del consenso: aquel que se basa m¨¢s en lo que ganan todos que en lo que pierde cada uno. Reconocer, como hace Zapatero, la generosidad de Alemania con la democracia espa?ola es justo. Pero Par¨ªs y Berl¨ªn defienden sus propios intereses y no siempre coincidir¨¢n con los espa?oles.

El l¨ªder socialista ha formado un Gobierno en el que por primera vez se cumple el principio de paridad de sexos y en el que Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, vicepresidenta primera, asume el papel de n¨²mero dos pol¨ªtico del Ejecutivo. Ser¨ªa bueno que el nuevo protagonismo del poder femenino, habitualmente m¨¢s sutil y menos bronco que el masculino, dejara su huella en el Ejecutivo. Esto ser¨ªa otro signo positivo de cambio. Por lo dem¨¢s, es interesante constatar que muchos de los nuevos ministros provienen del poder municipal y auton¨®mico. Lo cual confirma la consolidaci¨®n de la nueva estructura del Estado y el importante papel de estos niveles como cantera de dirigentes y gestores.

Al confiar la vicepresidencia econ¨®mica a una figura tan prestigiosa como Pedro Solbes, Zapatero ha querido enviar un mensaje de rigor al mundo empresarial y financiero. A Solbes le corresponder¨¢ encajar las respuestas a la fuerte demanda social que tendr¨¢ que afrontar el Gobierno con el mantenimiento de la presi¨®n fiscal global y del equilibrio presupuestario; tres compromisos que no es f¨¢cil compatibilizar. Es posible que tenga que dar m¨¢s de un disgusto al presidente. Se supone que por eso le ha puesto.

Quiz¨¢s la principal inc¨®gnita sea el ministro de Seguridad, Jos¨¦ Antonio Alonso. En un ¨¢rea tan comprometida, Zapatero ha optado por una persona de su m¨¢xima confianza. Es l¨®gico. Y quiz¨¢s indicativo de que es un departamento que el presidente quiere seguir muy de cerca. Alonso es magistrado y su experiencia pol¨ªtica es escasa. La presencia de jueces en Interior siempre ha generado recelos, porque la l¨®gica de la polic¨ªa y la de la justicia no forzosamente son las mismas. A Alonso le corresponder¨¢ incorporar la lucha contra el terrorismo de Al Qaeda al ya largo combate contra ETA. Debe escuchar a los expertos en islamismo y yihadismo, debe crear fuerzas policiales especialmente dedicadas a afrontar este fen¨®meno nuevo para Espa?a, ejecutar la unidad de mando de las fuerzas de seguridad y hacer m¨¢s eficaz la cooperaci¨®n europea e internacional. Tambi¨¦n debe demostrar que la izquierda ha superado viejos t¨®picos y entendido que la seguridad es un servicio esencial que el Estado debe ofrecer a la ciudadan¨ªa, y en particular a los menos poderosos.

El Gobierno se pone a trabajar. Llega la hora de que el buen talante y la voluntad de di¨¢logo y negociaci¨®n de Zapatero comiencen a dar resultados. El problema de Zapatero y su equipo es que para que prosperen algunas de las principales reformas que desean, como las constitucionales, es necesaria la colaboraci¨®n del PP y la lealtad de las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas. ?Optar¨¢ el PP por frustrar las iniciativas en curso actuando como minor¨ªa de bloqueo? ?Practicar¨¢n el ventajismo hasta la deslealtad algunos de los aliados del PSOE en la investidura? La respuesta depender¨¢ en parte de que Zapatero y su Gobierno sepan crear unas amplias complicidades sociales que hagan que el bloqueo o la deslealtad se paguen caros ante la opini¨®n p¨²blica. Ahora tienen una mayor¨ªa electoral y social favorables. Deben saber conservarlas.