Jos¨¦ Luis G¨®mez presenta una adaptaci¨®n de 'El rey se muere' de Ionesco en el teatro Rialto de Valencia

aAdem¨¢s de un actor extraordinario, Jos¨¦ Luis G¨®mez es un enorme hombre de teatro formado en Alemania y Polonia que regres¨® a Espa?a hacia mediados de los a?os 70 para ofrecer montajes tan notables como Gaspar, Edipo Rey o La velada de Benicarl¨®, entre otros trabajos memorables. Hacia principios de los 90 fund¨® en Madrid Teatro de la Abad¨ªa, el m¨¢s importante teatro privado de vocaci¨®n p¨²blica desde la transici¨®n, y all¨ª ha seguido una trayectoria memorable marcada por la ambici¨®n est¨¦tica, la voluntad de sacar adelante un teatro de repertorio de calidad y el combate eterno con los presupuestos.

Tanto Jos¨¦ Luis G¨®mez, que es un notable formador de actores, sin olvidar su sabidur¨ªa esc¨¦nica como director de muchos matices y desentra?ador privilegiado de textos considerados como dif¨ªciles (en lo que se parece a dos maestros del teatro actual como Llu¨ªs Pasqual y Albert Boadella), como la compa?¨ªa pr¨¢cticamente estable que ha conseguido constituir, se atreven con todo. Con todo lo que se les pone por delante siempre que sea digno de ser representado, y basta simplemente con recordar su montaje inaugural sobre el Valle-Incl¨¢n del Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte para apreciar el talento de todos ellos.

Ahora vienen al Rialto, de Valencia (del 20 al 25 de abril) con El rey se muere, de Eug¨¨ne Ionesco, que ya en su estreno parisino de 1962 se deja notar como uno de los textos centrales del teatro europeo del siglo, y que aqu¨ª llega en una espl¨¦ndida versi¨®n del poeta Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n. Ionesco es uno de los fundadores de lo que se llam¨® el teatro del absurdo, si bien su obra va mucho m¨¢s all¨¢ del brillante juego de palabras para incidir en las contradicciones de la conducta humana y en su fatalidad.

En El rey se muere la tragedia sigue en tiempo real el desenlace de la vida de Berenguer I, que "preferir¨ªa repetir curso" por no saberse la lecci¨®n, pero al que no se le permitir¨¢ esa gracia. El montaje prosigue el ciclo de La Abad¨ªa sobre "la edad y el trono, el tiempo y el poder".