Mueren 22 presos en un ataque con granadas contra Abu Ghraib, principal c¨¢rcel de Irak
Los 'marines' matan a ocho insurgentes en Faluya, pese a la existencia de un alto el fuego
Insurgentes iraqu¨ªes lanzaron ayer, poco antes de las dos de la tarde (mediod¨ªa en la Espa?a peninsular), 12 granadas de mortero contra la prisi¨®n de Abu Ghraib, unos 15 kil¨®metros al oeste de Bagdad. Veintid¨®s presos iraqu¨ªes murieron y 92 resultaron heridos, seg¨²n informaron en la capital de Irak portavoces militares estadounidenses. El portavoz militar no ofreci¨® ning¨²n detalle m¨¢s. Pero nadie se explica por qu¨¦ los rebeldes iraqu¨ªes pueden estar interesados en atacar un recinto en el que est¨¢n recluidos miles de supuestos insurgentes.
La c¨¢rcel de Abu Ghraib -donde permanecen detenidos unos 4.500 sospechosos de haber cometido ataques contra las tropas de la coalici¨®n y delincuentes comunes- es un inmenso centro penitenciario que sirvi¨® de prisi¨®n y centro de torturas durante el r¨¦gimen de Sadam Husein (1979-2003).
Mientras, en la sitiada ciudad de Faluya, rige una aparente tregua. El portavoz del Ej¨¦rcito estadounidense, Mark Kimmit, advirti¨® por la ma?ana de que "las operaciones se reanudar¨¢n si los combatientes de Faluya no entregan sus armas pesadas". "No hay calendario", dijo; "el objetivo es situar Faluya bajo control de la coalici¨®n". Por la tarde qued¨® claro que las fuerzas ocupantes no van a permitir desmanes. Ocho rebeldes murieron en un enfrentamiento.
Las tropas de EE UU han permitido el retorno de los civiles que hab¨ªan escapado de los combates. En la batalla fallecieron unos 600 combatientes y civiles. Todos los que volv¨ªan a Faluya eran registrados, incluso los polic¨ªas que regresaban a sus puestos. Para el general Richard Myers, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas estadounidenses, Faluya es un "nido de ratas".
El alto el fuego, logrado por mediadores del Consejo de Gobierno iraqu¨ª anteayer, establece que los rebeldes deben entregar las armas pesadas y que se reanudar¨¢n las patrullas conjuntas entre soldados de EE UU y agentes de la polic¨ªa. En el caso de que los resistentes depusieran las armas, gozar¨ªan de una amnist¨ªa.
En otras zonas del pa¨ªs, que se manten¨ªan en calma en los ¨²ltimos d¨ªas, los militares de la coalici¨®n internacional sufrieron ataques de los rebeldes. En Mosul, 400 kil¨®metros al norte de Bagdad, dos soldados norteamericanos murieron en un hospital a consecuencia de las heridas sufridas tras ser atacado el convoy en el que patrullaban. M¨¢s de 600 soldados de EE UU han muerto desde que comenzara la invasi¨®n el 20 de marzo de 2003. Tropas polacas y h¨²ngaras tambi¨¦n fueron atacadas en Hilla, un centenar de kil¨®metros al sur de la capital iraqu¨ª.
El diario Al Hayat recog¨ªa en su edici¨®n de ayer un comunicado del prohibido Partido Baaz, que rigi¨® Irak con mano de hierro durante m¨¢s de tres d¨¦cadas, en el que arremete contra el gran ayatol¨¢ Al¨ª al Sistani, el cl¨¦rigo chi¨ª m¨¢s respetado del pa¨ªs. Los baazistas le tildan de "oportunista" y critican que no haya emitido fetua alguna para alentar la rebeli¨®n contra las tropas ocupantes.
Por otro lado, la empresa Halliburton -de la que fue alto ejecutivo el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, y que ha logrado sustanciosos contratos para la reconstrucci¨®n de Irak- anunci¨® ayer que tres de los cuatro cad¨¢veres hallados la semana pasada despu¨¦s de una emboscada en las cercan¨ªas de Faluya a un convoy que transportaba combustible han sido identificados. Se trata de tres empleados de Kellog Brown and Root (KBR), subsidiaria de Halliburton. Otros tres trabajadores siguen desaparecidos.
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