?Prueban la termodin¨¢mica los textos b¨ªblicos? (y II)

COINCIDIENDO CON EL controvertido estreno cinematogr¨¢fico de La Pasi¨®n, dirigida por Mel Gibson, y las vacaciones de Semana Santa, parece oportuno hacer un poco de historia sobre las grandes pasiones que desata la religi¨®n, de la mano de la cada vez m¨¢s influyente corriente creacionista. Corr¨ªa el a?o 2000, y un delirante art¨ªculo titulado Los 'lobbies' cristianos de derechas pretenden revocar la segunda ley de la termodin¨¢mica, ve¨ªa la luz y generaba en la Red toda suerte de indignados comentarios. ?Qu¨¦ pretenden estos cient¨ªficos, ense?ar a nuestros hijos?, cuestionaba Ralph Reed, ex presidente de una influyente organizaci¨®n denominada Coalici¨®n Cristiana. "?Que el universo se expandir¨¢ indefinidamente hasta su muerte t¨¦rmica? Esa es una visi¨®n dif¨ªcilmente optimista de un mundo creado por el Se?or".

Otras opiniones vertidas en el mismo art¨ªculo no se quedaban atr¨¢s: "No me gustar¨ªa que mi hijo creciera en un mundo que se dirige a su muerte t¨¦rmica y a su dispersi¨®n en el vac¨ªo. Ning¨²n padre decente lo querr¨ªa". Y la puntilla: "Esto es Am¨¦rica. Y en este pa¨ªs, Dios nos ha dado el derecho a cambiar las leyes que no sean cristianas". No se alarmen: el art¨ªculo no es m¨¢s que una patra?a publicada en el noticiario sat¨ªrico The Onion (www.theonion.com).

Impact, bolet¨ªn oficial del Institute for Creation Research, publicaba en 1991 otro interesante art¨ªculo: 'Los descubrimientos de la ciencia moderna verifican las Sagradas Escrituras'. El texto, esta vez pretendidamente serio, escrito por Duane T. Gish, empieza con toda una declaraci¨®n de intenciones: "Todos conocemos ideas, opiniones y teor¨ªas de algunos cient¨ªficos que contradicen porciones de las Escrituras, pero si somos cuidadosos al separar lo que son hechos irrefutables de meras teor¨ªas, descubriremos que no hay contradicci¨®n alguna entre los hechos cient¨ªficos y la Biblia". El truco, claro est¨¢, consiste en catalogar aquello que conviene como "hecho irrefutable" y lo que no como "mera teor¨ªa"...

Analizaremos en esta entrega la irrefutabilidad de algunas pruebas esgrimidas por Gish en defensa de una Biblia textual, en la que no hay cabida para interpretaciones de las Escrituras, como las que sostienen otras religiones (por ejemplo, el catolicismo). Ese es, dicho sea de paso, el verdadero tal¨®n de Aquiles del creacionismo y su raz¨®n de ser...

Obviaremos la curiosa interpretaci¨®n que Gish realiza de los Salmos, en su opini¨®n, verificados por el Segundo Principio de la Termodin¨¢mica, para abordar directamente las tesis que el autor esgrime en defensa del G¨¦nesis. Para ello, Gish invoca el Primer Principio de la Termodin¨¢mica (que en su formulaci¨®n m¨¢s elemental establece que no puede transformarse calor en trabajo mec¨¢nico con un rendimiento del 100%): "Si hay un Segundo Principio de la Termodin¨¢mica, debe existir por supuesto una Primera Ley". Sin comentarios... "El Primer Principio establece que la cantidad total permanece siempre igual. Uno no puede obtener algo de nada, de la misma forma que uno no puede tomar algo y hacer nada con ello". O lo que es lo mismo: con ese enrevesado lenguaje, ?han entendido algo de nada o nada de algo? Argumentos como ¨¦ste sirven de prueba irrefutable a Gish -no lo olviden, un destacado l¨ªder creacionista- de que el G¨¦nesis es cient¨ªficamente demostrable: ya saben, la idea de que un Dios creador erigi¨® el Universo en s¨®lo seis d¨ªas y al s¨¦ptimo descans¨®.

En opini¨®n de Gish: "Si pudiera demostrarse que en alg¨²n lugar del Universo materia o energ¨ªa se materializan de la nada, estas afirmaciones b¨ªblicas de una creaci¨®n finalizada ser¨ªan falsas. Y rec¨ªprocamente. Como lo contrario ha sido verificado, una vez m¨¢s podemos decir que la Biblia ha superado una evidencia cient¨ªfica". No intenten que sus hijos empleen argumentos de tan poco peso en sus ex¨¢menes o muy posiblemente no se graduar¨¢n (por lo menos en Europa). Una prueba cient¨ªfica requiere algo m¨¢s que palabrer¨ªa. "Aunque la Biblia no sea un libro de ciencia, en todos los casos en los que propone afirmaciones cient¨ªficamente comprobables, la Biblia ha demostrado ser cient¨ªficamente precisa". Claro, siempre que no se invoque al Big Bang, la teor¨ªa de la evoluci¨®n, la dataci¨®n de la Tierra u otros molestos miles de ejemplos que los creacionistas agrupan en la categor¨ªa de "meras teor¨ªas".