Shanghai controla a los usuarios de los cibercaf¨¦s con c¨¢maras de v¨ªdeo
Como si del Gran Hermano de la novela 1984 de George Orwell se tratara, la municipalidad de Shanghai ha decidido instalar c¨¢maras de v¨ªdeo y programas inform¨¢ticos de vigilancia en todos los cibercaf¨¦s de la ciudad para asegurarse de que los internautas no navegan por aguas prohibidas. La directiva, aprobada por la administraci¨®n de Cultura, Radio, Cine y Televisi¨®n de la mayor metr¨®polis china, pretende evitar que los clientes entren en webs prohibidas.
Los equipos ser¨¢n utilizados para "identificar inmediatamente actividades ilegales", ha asegurado Yu Wenchang, responsable del organismo municipal, en el diario oficial Shanghai Daily. El nuevo programa obligar¨¢ a los ciudadanos chinos a introducir el n¨²mero del carn¨¦ de identidad para utilizar el ordenador (los extranjeros, el del pasaporte). Si el sistema detecta que el cliente ha accedido a una p¨¢gina prohibida, enviar¨¢ un mensaje a "un centro de supervisi¨®n". Los inspectores podr¨¢n vigilar a distancia si el cibercaf¨¦ est¨¢ funcionando por la noche, fuera del horario permitido. Las medidas estar¨¢n en vigor en los 1.325 locales que dan acceso a Internet en la ciudad a finales de junio.
"El programa, cuyo desarrollo ha costado siete millones de yuanes permite supervisar m¨¢s de 110.000 ordenadores", dice Yu. La iniciativa forma parte de una campa?a de seis meses lanzada este mes contra los cibercaf¨¦s. De momento, han sido multados o cerrados medio centenar.
P¨¢ginas prohibidas
Entre los sitios que el Gobierno chino considera tab¨² est¨¢n los calificados de pornogr¨¢ficos o de "supersticiosos", t¨¦rmino por el cual designan, por ejemplo, los relacionados con el movimiento de inspiraci¨®n budista Falun Gong, ilegal en China. Muchas de estas p¨¢ginas son inaccesibles desde el continente, aunque no desde Hong Kong. Pero no son las ¨²nicas, las de Amnist¨ªa Internacional o de la BBC est¨¢n bloqueadas. Decenas de usuarios han sido encarcelados por colocar o descargar escritos cr¨ªticos con el Gobierno.
Sin embargo, es dif¨ªcil ponerle puertas al campo de Internet en un pa¨ªs donde hay 70 millones de navegantes. Y de ah¨ª, que los censores hayan decidido implantar controles que supervisan las direcciones a las que acceden los clientes de los bares. Aunque m¨¢s sofisticada, la vigilancia no es nueva. En los locales, es corriente ver a los empleados pase¨¢ndose entre las filas de pantallas observando las p¨¢ginas a las que est¨¢n conectados los usuarios, muchos de los cuales acuden simplemente a enfrascarse en los juegos en red.
Los cibercaf¨¦s que infrinjan las normas que proh¨ªben la entrada a los menores de 16 a?os ser¨¢n multados con 15.000 yuanes (1.520 euros) la primera vez. La segunda infracci¨®n supondr¨¢ una suspensi¨®n de la licencia, y la tercera, su retirada. Quien permita la entrada a menores despu¨¦s de medianoche, sufrir¨¢ el cierre inmediato. Con la instalaci¨®n de las c¨¢maras, se pretende evitar que los usuarios introduzcan el n¨²mero del carn¨¦ de identidad de un adulto.
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