33 a?os de d¨®lar flotante
?Qu¨¦ hacer cuando se tiene una inversi¨®n en fondos que, a su vez, invierten en acciones del mercado norteamericano?
Los datos que emanan de la econom¨ªa de EE UU siguen marcando el ritmo al que se mueven los mercados de capitales de todo el mundo. Recientemente, la publicaci¨®n de la cifra de creaci¨®n de empleo, as¨ª como la evoluci¨®n alcista de los precios, ha hecho temer que la subida de los tipos de inter¨¦s de corto plazo est¨¦ cada vez m¨¢s cerca, por lo que, aunque la reacci¨®n no ha sido muy negativa, sobre todo en el terreno de las bolsas, los ¨ªndices de renta variable de EE UU han cedido algunas posiciones. Sin embargo, el presidente de la Reserva Federal no parece muy preocupado, de momento, por la evoluci¨®n de la inflaci¨®n. O, al menos, eso se desprend¨ªa de sus declaraciones del pasado mi¨¦rcoles.
La clave de lo que vaya a suceder en los pr¨®ximos meses est¨¢ en la evoluci¨®n del d¨®lar que, entre finales de 2001 y finales de 2003, sufri¨® una p¨¦rdida de valor que lo llev¨® desde una situaci¨®n en que un euro se cambiaba por 0,82 d¨®lares a otra en que por ¨¦l se pod¨ªa obtener hasta 1,29 d¨®lares.
Tras esa fuerte depreciaci¨®n, el d¨®lar ha iniciado un movimiento en sentido inverso que nadie sabe d¨®nde se va a detener. Pero la breve historia que tiene la libre cotizaci¨®n del d¨®lar en los mercados de cambio s¨ª que puede proporcionar algunas pistas (recu¨¦rdese que esa historia no tiene m¨¢s all¨¢ de 33 a?os, y se inici¨® en 1971 cuando Richard Nixon declar¨® la no convertibilidad del d¨®lar en oro). Y aunque tampoco el euro tiene una larga historia (algo m¨¢s de cuatro a?os), s¨ª que se le puede reconstruir una (como si, en realidad, hubiera cotizado frente al d¨®lar en los 30 ¨²ltimos a?os) utilizando para ello las cotizaciones frente al d¨®lar de las monedas que componen la definici¨®n inicial del euro.
Pues bien, en esa historia de 33 a?os, la ¨²ltima vez que el d¨®lar hizo un movimiento depreciatorio de la magnitud del que ha tenido lugar en los ¨²ltimos tiempos se produjo entre septiembre de 1985 y finales de 1987, ya que en esos dos a?os largos su cotizaci¨®n pas¨® de 0,75 a 1,29 d¨®lares por euro. Tras ese movimiento bajista, reaccion¨® al alza y se situ¨®, en cuesti¨®n de un a?o y medio, en 1,05 d¨®lares por euro. Despu¨¦s (mayo de 1989) comenz¨® a debilitarse de nuevo, pero para esas fechas la correcci¨®n del d¨¦ficit comercial norteamericano estaba ya muy avanzada.
En esta ocasi¨®n todo apunta a que puede suceder algo muy parecido. La ca¨ªda del d¨®lar frente al euro se ha detenido tambi¨¦n en 1,29, tras lo que la moneda de EE UU ha iniciado una fuerte recuperaci¨®n que la ha llevado hasta 1,18. Y, aunque el Gobierno japon¨¦s ha dejado de comprar d¨®lares para debilitar al yen, parece haberse iniciado el c¨ªrculo virtuoso en que todas las noticias favorecen el que el d¨®lar se recupere. Adem¨¢s, y por ahora, las bolsas tienden al alza, por lo que todo apunta a que, transitoriamente, los part¨ªcipes de fondos de renta variable norteamericana van a poder resarcirse de sus p¨¦rdidas por primera vez en cuatro a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.