Un domingo en el Retiro

El parque del Retiro es uno de los lugares favoritos de esparcimiento para los madrile?os a partir del comienzo de la primavera y hasta finales del oto?o. Todos los que lo frecuentamos tenemos la obligaci¨®n de cuidarlo, de amarlo, al igual que amamos y cuidamos a nuestros seres queridos; y ello, porque todo lo que en ¨¦l vive y crece, animales, plantas, c¨¦sped, ¨¢rboles..., necesita de nuestros cuidados. Por ello me he animado a escribir esta carta.

En primer lugar, para que sirva de llamada de atenci¨®n a los visitantes del parque, y en segundo lugar, pedir a las autoridades responsables, encabezadas por el alcalde de Madrid, que tomen las medidas necesarias, a trav¨¦s de las correspondientes ordenanzas, para que no degeneren ciertos comportamientos en tropel¨ªas, que acaben destruyendo tan id¨ªlico lugar.

Cuando el domingo 25 paseaba por el parque con mi familia me encontr¨¦ un espect¨¢culo inaudito, que alteraba la buena armon¨ªa que hasta entonces hab¨ªa observado; lo que vi me pareci¨® una falta total de respeto al parque y su entorno. No fue ni m¨¢s ni menos que se estaba jugando un partido de voleibol, con su red y sus postes, en una zona de paso y con c¨¦sped crecido; pues bien, aparte del consiguiente peligro para los paseantes, en especial ni?os, los saltos de los jugadores matan la vegetaci¨®n de la zona de juego.

Me da igual que sea voleibol como f¨²tbol, que tambi¨¦n lo vi otro d¨ªa en otra zona verde; lo importante es que se proh¨ªban estas pr¨¢cticas y que se den instrucciones a los vigilantes para que se eviten estos hechos. Junto al lugar de juego se encontraba estacionado un coche de la polic¨ªa, al que me dirig¨ª, preguntando a los agentes si tal juego estaba permitido, a lo que me contestaron que ellos desconoc¨ªan que existiese alguna ordenanza que lo prohibiese.

Se?or alcalde, le ruego que el Consistorio, que usted preside, tome urgentes medidas para acabar con estas pr¨¢cticas en el Retiro. D¨¦jese de peleas fratricidas por el control del metro, que ya vuela solo, y dedique su atenci¨®n a cosas m¨¢s importantes para el ciudadano de a pie, como la que le estoy planteando. Todos ganaremos. Con estas medidas no quiero volver a la ¨¦poca pasada de las prohibiciones en el Retiro, cuando no se pod¨ªa ni pisar el c¨¦sped. Ahora da gusto ver a tanta gente disfrutando tumbados del bien cuidado c¨¦sped a la sombra de los ¨¢rboles. El parque del Retiro es de todos los que lo visitamos, pero siempre dentro de un orden. Para ello, se?or alcalde, hay que fijar las reglas del juego.