Sevilla va a la monta?a

Ning¨²n ministro del Gobierno espa?ol hab¨ªa acud¨ªdo a Ajuria Enea desde hace seis a?os. Lo hizo ayer el de Administraciones P¨²blicas, Jordi Sevilla.

Desde el 14-M, los socialistas han multiplicado los signos indicativos de su voluntad de reanudar los lazos entre ambas administraciones, y tambi¨¦n de recuperar el di¨¢logo con los nacionalistas. En esa onda hay que interpretar gestos como el de facilitar que el PNV pueda contar con grupo propio en el Senado, la retirada de la amenaza de sanciones econ¨®micas en la liquidaci¨®n del Cupo, el anuncio de la derogaci¨®n de la reforma del C¨®digo Penal que amenazaba a Ibarretxe o la disposici¨®n a negociar las transferencias pendientes. El gesto de correspondencia m¨¢s significativo de la otra parte fue la presencia, por primera vez, del lehendakari en la sesi¨®n de apertura de las Cortes.

Una de las virtualidades de los encuentros cara a cara es que permiten aclarar malentendidos.

Uno de ellos es la aparente creencia de Ibarretxe de que el 14-M, por una parte, y la sentencia del Constitucional, por otra, han disuelto los motivos por los que los socialistas rechazan avalar su plan soberanista. Pedir la retirada de ese plan ser¨ªa "volver al pasado", advirti¨® a los socialistas hace dos d¨ªas, exhort¨¢ndoles a presentar su propia alternativa. El presidente del Parlamento vasco, Atutxa, aununci¨® ayer su disposici¨®n a ampliar la tramitaci¨®n del plan Ibarretxe para que los socialistas puedan presentar enmiendas.

Sin embargo, los motivos que invocan los socialistas, que presentaron enmiendas a la totalidad, pero no al articulado, contra la propuesta del lehendakari no son de calendario, sino de respeto a los procedimientos y de contenido. Por una parte, la propuesta articulada que present¨® el Gobierno vasco no ha sido el resultado de un consenso entre las fuerzas pol¨ªticas, como lo fue el borrador del Estatuto de Gernika y como est¨¢ previsto redactar la reforma del de Catalu?a; por otra, el contenido pol¨ªtico del plan Ibarretxe es exclusivamente nacionalista: su l¨®gica interna es la de servir de gu¨ªa para una desvinculaci¨®n progresiva de Espa?a. Finalmente, el rechazo del Constitucional a la impugnaci¨®n presentada por el anterior Gobierno del PP no es un aval, sino s¨®lo la constataci¨®n de que el examen de constitucionalidad s¨®lo cabe hacerlo sobre leyes aprobadas por el Parlamento y no sobre textos sometidos a debate.

Los nacionalistas no ignoran todo esto; si hacen como que no les consta es porque asumirlo les llevar¨ªa a renunciar al plan Ibarretxe, que es ahora mismo el hilo que mantiene unidos a los dos sectores que se enfrentan estos d¨ªas a cara de perro en el interior del PNV, y porque es el principal gancho para seguir absorbiendo votos de la antigua Batasuna. Eliminar malentendidos supone dejar claro que el nacionalismo tendr¨¢ que elegir entre mantener esa situaci¨®n o volver al punto inicial: el consenso en torno al Estatuto -reformable desde el consenso- de Gernika.