La gallina ciega
Andr¨¦ Glucksmann nos ofrece una nueva reflexi¨®n original en torno al periodo de crisis abierto con los atentados del 11-S. Entonces analiz¨® el tema en clave del nihilismo que subyace a las acciones terroristas. En este nuevo libro, encara la guerra de Irak, asumiendo de nuevo una posici¨®n contra corriente. Glucksmann se enfrenta al que llama "bando de la paz" y defiende la tesis de la eliminaci¨®n necesaria de Sadam Husein. Es, pues, hoy d¨ªa uno de los contados defensores de la guerra desencadenada por George Bush.
La primera cuesti¨®n que suscita Occidente contra Occidente es si el ensayo filos¨®fico-pol¨ªtico constituye la v¨ªa m¨¢s f¨¦rtil para el an¨¢lisis de esta crisis. Muchos adversarios de las tesis de Glucksmann estar¨ªan de acuerdo con la rotunda condena del r¨¦gimen de Sadam Husein y con la exigencia de plantear a fondo la lucha contra el nuevo terrorismo globalizado. El problema es que ni Irak ten¨ªa nada que ver con Al Qaeda, ni supon¨ªa a corto plazo amenaza alguna contra Occidente, y de los catastr¨®ficos resultados de la victoriosa invasi¨®n, ?para qu¨¦ hablar? "Los disidentes iraqu¨ªes", advierte Andr¨¦ Glucksmann, "llevan se?alando desde hace tiempo que la principal arma de destrucci¨®n masiva de Sadam es el propio Sadam". Acept¨¦moslo como hip¨®tesis, pero dif¨ªcilmente puede suscribirse la idea de que su supresi¨®n puede llevar a la aparici¨®n de un V¨¢clav Havel iraqu¨ª. Tampoco sirve de mucho medir por el mismo rasero a Bin Laden, Kim Jong II o Putin. La especificidad de la organizaci¨®n Al Qaeda aconseja huir de las amalgamas; de ah¨ª que su fusi¨®n en la estrategia de Bush con el tema de Irak haya llevado a la cat¨¢strofe. Glucksmann acusa a los pacifistas, que se manifiestan contra el Pent¨¢gono y la guerra de Irak, de practicar "la magia de las palabras". Bastante queda de ese residuo antiamericano de la izquierda, y m¨¢s a¨²n va a quedar despu¨¦s de esta crisis, pero a la vista de lo sucedido ha sido m¨¢s razonable alinearse detr¨¢s de esa magia de las palabras, en esta ocasi¨®n criterio de elecci¨®n racional, que al lado de una justificaci¨®n de la pol¨ªtica temeraria del equipo de Bush y de sus socios de las Azores.
OCCIDENTE CONTRA OCCIDENTE
Andr¨¦ Glucksmann
Traducci¨®n de M¨®nica Rubio
Taurus. Madrid, 2004
189 p¨¢ginas. 16,50 euros
Son las de Glucksmann reflexiones que parecen escritas hace un a?o, cuando la rapidez de la invasi¨®n ofrec¨ªa a Washington los mejores augurios. "El derecho de injerencia", escribe, "procede de la ley no escrita de Ant¨ªgona. El deber de detener a un perpetrador de masacres est¨¢ autorizado por la masacre misma". Gracias, pues, sean dadas a Bush y a Blair. Ocurre, sin embargo, que no estamos ante personajes cl¨¢sicos del western, orientados ¨²nicamente a lograr el imperio del bien. Los sistemas de intereses econ¨®micos, la pretensi¨®n de hegemon¨ªa en la zona, contaron a la hora de lanzar esta aventura, y en cambio Bush no se apoy¨® en un an¨¢lisis m¨ªnimamente realista de la situaci¨®n. No se acaba con los terroristas sirvi¨¦ndose de la mentira, de la guerra, y lo que es peor, de la inconsciencia. El pacifismo puede ser unas veces ingenuo, otras sectario. Los planteamientos de Glucksmann, con fogonazos dispersos de lucidez esparcidos por el texto, son s¨®lo el resultado de un an¨¢lisis aprior¨ªstico y err¨®neo de la grave crisis en curso. M¨¢s valiosas son sus advertencias de car¨¢cter general, desligadas del tema central del libro: "A partir de ahora", escribe pensando en el terrorismo isl¨¢mico, "la carnicer¨ªa avanza sin m¨¢scara y extrae argumentos de su radicalidad misma". Por eso conviene no cometer tr¨¢gicos errores que refuercen su prestigio y le proporcionen nuevos campos de actuaci¨®n. Ahora s¨ª est¨¢ Al Qaeda en y con Irak.
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