La otra fiesta del caballo
Motos, conciertos y alg¨²n accidente ponen la banda sonora al fin de semana en Jerez
Jos¨¦ Antonio ha llegado a Jerez desde Badajoz. Es el primer a?o que acude a disfrutar del Gran Premio de Espa?a en el circuito de velocidad andaluz, aunque sus amigos, otros dos aficionados pacenses que le han animado a venir, se declaran unos "cl¨¢sicos" de la cita con la fiesta del motor. "Te cuentan muchas cosas, ya no sabes hasta qu¨¦ punto llega la imaginaci¨®n y si es verdad o mentira, y tienes que venir a comprobarlo", asegura el joven. Es un claro ejemplo del enorme poder de atracci¨®n que ejerce Jerez, que a su t¨ªtulo de catedral del motociclismo puede sumar, este fin de semana y por aclamaci¨®n popular, el de capital de la diversi¨®n.
La ciudad se ha transformado un a?o m¨¢s para hacer sitio a los 200.000 aficionados, llamados aqu¨ª moteros, que protagonizan una invasi¨®n cuyas ¨²nicas armas son la velocidad y las ganas de pasarlo bien. Con un peque?o paseo por el lugar se puede comprobar que el espect¨¢culo no est¨¢ solo en la pista. Aunque toda la localidad se ve tomada por aut¨¦nticas legiones de motos, es la avenida Alcalde ?lvaro Domecq, una de las principales v¨ªas, donde los aficionados pueden dar rienda suelta al v¨¦rtigo y a los decibelios con mayor facilidad. Para ello, el Ayuntamiento ha vuelto a instalar las conocidas como "jaulas", unos tramos acotados y con gradas donde los m¨¢s atrevidos se lucen llevando sus m¨¢quinas al m¨¢ximo de revoluciones ante el delirio del p¨²blico.
Anoche, muy pocos vecinos de esta avenida pudieron conciliar el sue?o, no s¨®lo por el estruendo de los motores sino por las guitarras de, entre otros, el grupo Seguridad Social, que protagoniz¨® un concierto de dos horas. Pero el banderazo de salida a la juerga motera se dio ya el viernes por la noche con un concierto de bienvenida de El Canto del Loco que reuni¨® a miles de personas en una carpa en los alrededores del estadio municipal de Chap¨ªn.
Este ambiente es, adem¨¢s, un excelente caldo de cultivo para los bares de copas, que dise?an fiestas dedicadas a los moteros y sacan sus barras a la calle para calmar la sed del personal. Es el caso de M¨¢ssimo, un local que abri¨® sus puertas hace unos meses y cuyos propietarios, Juan Carlos y Javier Poema, esperaban ansiosos la llegada del Mundial. "Con s¨®lo este fin de semana se puede hacer caja para amortizar una buena parte de la inversi¨®n", confiesan.
El acontecimiento convierte las calles y plazas en una gigantesca exposici¨®n de motocicletas. Las hay de todas las marcas, colores, tama?os y ¨¦pocas. C¨¦sar, un ma?o que se estrena en su visita a Jerez, no sale de su asombro: "Qu¨¦ cantidad de m¨¢quinas, macho. Anoche vimos la ¨²ltima R1, preciosa la moto". Pero Jerez no est¨¢ sola. En los ¨²ltimos a?os, El Puerto de Santa Mar¨ªa se ha ganado por m¨¦ritos propios la devoci¨®n de los aficionados al mundo de las dos ruedas. Centenares de moteros llenaban el viernes la Ribera del Marisco, el epicentro de la diversi¨®n en la localidad portuense.
La precauci¨®n brilla por su ausencia en el comportamiento de algunos aficionados, que, cada a?o, engrosan la lista de heridos y muertos en las carreteras de la zona. Un accidente en Olvera se cobr¨® ayer la vida de un motorista, y s¨®lo en Jerez se registraron una decena de siniestros, aunque ninguno grave.
Jerez se ha transformado en la ciudad de los caballos de acero. Sus jinetes dejar¨¢n en la zona m¨¢s de 31 millones de euros. Aunque ruidoso, el Mundial no parece un mal negocio.
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