Lecci¨®n de historia en el Born
?xito de p¨²blico en el primer d¨ªa de puertas abiertas para visitar los restos arqueol¨®gicos
El viejo mercado del Born resucit¨® ayer. Y lo hizo, parad¨®jicamente, gracias a unas ruinas.
La apertura al p¨²blico del mirador que permite ver los restos arqueol¨®gicos de la zona social y econ¨®micamente m¨¢s din¨¢mica de Barcelona durante la Edad Media y la Moderna fue todo un ¨¦xito. Hubo unanimidad entre los visitantes. Los ciudadanos que se acercaron al recinto coincid¨ªan en se?alar la necesidad de conservar este testimonio del terrible sitio militar al que las tropas de Felipe V sometieron a la ciudad. Es bien sabido que al monarca se le atragant¨® la activa resistencia de los catalanes. Por eso se empe?¨® en no dejar piedra sobre piedra en la plaza rebelde. Algunos de los asistentes aventuraban ayer paralelismos entre aquella guerra y otros conflictos b¨¦licos actuales. "A esta gente les pas¨® lo mismo que a los palestinos de hoy en d¨ªa. Para que se callaran, destruyeron sus casas", apunt¨® una vecina del barrio. A nadie se le escapa que las ruinas halladas en el subsuelo del edificio de Josep Fontser¨¨ tienen un indiscutible valor simb¨®lico. Las calles de la barriada de la Ribera fueron escenario del ataque final de los combatientes barceloneses a las ¨®rdenes de Antoni de Villarroel. La derrota del 11 de septiembre de 1714 se convirti¨® con los siglos en uno de los motivos esenciales del ideario nacionalista. En la jornada de ayer, ese a?adido sentimental no pas¨® desapercibido. "Es un patrimonio que no deber¨ªamos perder nunca. Forma parte de nuestra historia y simboliza la lucha de Catalu?a para conservar su identidad. Es muy emotivo ", dijo un visitante."La verdad hist¨®rica es ¨¦sta, no ten¨ªa ning¨²n sentido ocultarla", a?adi¨® otro espectador. Muchos reconoc¨ªan haber acudido por curiosidad y afirmaban que la visita les hab¨ªa parecido muy interesante porque les permit¨ªa descubrir c¨®mo viv¨ªa la gente del siglo XVIII. Aunque las ruinas impresionan, tambi¨¦n se oyeron opiniones de ciudadanos que se mostraban algo decepcionados. Uno de ellos declar¨® que el yacimiento le dejaba indiferente al comprobar que no se hab¨ªa conservado en el lugar ning¨²n "monumento bonito o algo m¨¢s espectacular".
Una veintena de personas, con sus c¨¢maras de fotos a punto, esperaban en el acceso de la calle de la Ribera a que a las diez de la ma?ana se abrieran las puertas del complejo. Una hora m¨¢s tarde se formaron en el exterior las primeras colas, que se repetir¨ªan durante toda la jornada. El tiempo de espera para asomarse al mirador se debi¨® a las reducidas dimensiones de la plataforma acondicionada, con una capacidad para 30 personas. La afluencia fue continua. Seg¨²n el personal que atend¨ªa al p¨²blico en la entrada, el yacimiento recibi¨® durante la jornada 2.500 visitantes.
La pol¨¦mica sobre la ubicaci¨®n de la biblioteca centr¨® muchos de los comentarios. La mayor¨ªa cre¨ªa que lo importante es la conservaci¨®n de los restos arqueol¨®gicos. Por eso aprobaban la decisi¨®n de convertir el mercado en un museo consagrado a la memoria hist¨®rica. Otros, sin embargo, no ve¨ªan incompatibles ambas funciones. "Esto es muy grande y hay espacio para todo", dec¨ªan los partidarios de construir all¨ª la biblioteca. Los m¨¢s pr¨¢cticos se felicitaban de la posibilidad que se le abre a la ciudad de ganar dos nuevos espacios dedicados a la cultura, frente a la amenaza tenaz de la especulaci¨®n urban¨ªstica.
Los vecinos del barrio de la Ribera eran los m¨¢s euf¨®ricos ante el futuro del edificio de Josep Fontser¨¨, que siempre han defendido con u?as y dientes. Ellos fueron los promotores de la campa?a c¨ªvica que permiti¨® a la primera gran construcci¨®n barcelonesa de hierro seguir en pie. Todav¨ªa quedan un par de a?os para que se inaugure el centro cultural, pero es evidente que esta muestra arquitect¨®nica de finales del siglo XIX ha escapado al fin del peligro de ser derribada. Los que visitaron el recinto con sus familiares m¨¢s j¨®venes aprovecharon para explicarles historias dom¨¦sticas y recuerdos de la ¨¦poca en la que el mercado del Born estaba lleno de vida. "Aqu¨ª ven¨ªa con tu abuelo a comprar todos los d¨ªas", explicaba emocionada una se?ora a su nieto. A los habitantes de la barriada se les a?adieron barceloneses de todos los distritos de la ciudad. En general, supo a poco. "?S¨®lo se puede mirar desde aqu¨ª?", se oy¨® m¨¢s de una vez.
El espacio volver¨¢ a abrirse hoy entre las 10.00 y las 15.00 horas
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