Interior izquierda

La puesta en marcha del nuevo equipo de Interior est¨¢ resultando trabajosa, por decir lo menos. Tras la marcha atr¨¢s respecto al nombramiento de un Mando Unificado de Polic¨ªa y Guardia Civil, la designaci¨®n de un militar como nuevo jefe de la Benem¨¦rita ha sorprendido dentro y fuera del cuerpo. Todo ello en medio de una dif¨ªcil transmisi¨®n de poderes, con dos incidentes graves: la pol¨¦mica desatada entre el ministro Alonso y su antecesor, Acebes, y el enfrentamiento entre el secretario de Estado de Seguridad entrante y el director general de la polic¨ªa saliente en relaci¨®n a la investigaci¨®n del 11-M.

La idea de crear un ¨®rgano que garantizase la coordinaci¨®n entre polic¨ªa y Guardia Civil fue el resultado de algunas experiencias desgraciadas en las que operaciones importantes fracasaron o estuvieron a punto de hacerlo por interferencias entre ambas fuerzas. Sin embargo, ya existen los organismos encargados de garantizar esa coordinaci¨®n: los delegados de Gobierno en cada comunidad, y el secretario de Estado de Seguridad en el ¨¢mbito nacional. Crear un Mando Unificado dentro del ministerio para esa misi¨®n ser¨ªa redundante y obligar¨ªa a modificar la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado -una ley org¨¢nica- y a cambiar el organigrama del ministerio. La renuncia a crear ese cargo-cuyo titular ya se hab¨ªa anunciado- es una decisi¨®n prudente, como lo fue la de no cambiar el nombre del ministerio; pero ambas revelan cierta improvisaci¨®n anterior.

La designaci¨®n del general Carlos G¨®mez Arruche para dirigir la Guardia Civil, tras casi 18 a?os en que hubo civiles al frente, ha sido mal acogida por varios partidos, y tambi¨¦n por las asociaciones profesionales del cuerpo, que ven en la decisi¨®n un freno al proceso de desmilitarizaci¨®n. El programa socialista no habla de desmilitarizaci¨®n, pero s¨ª incluye referencias al asociacionismo, pendiente de regulaci¨®n, y tambi¨¦n al r¨¦gimen sancionador, que apuntan en ese sentido.

La pol¨¦mica sobre el car¨¢cter h¨ªbrido -policial y militar- de la Guardia Civil no est¨¢ zanjada. El PSOE descubri¨® en su d¨ªa ventajas al modelo civil-militar. En todo caso no se plantea ya como una cuesti¨®n de principios, en la que estuviera en juego la democracia, como se pensaba hace 20 a?os. La vicepresidenta primera y el ministro han argumentado que la decisi¨®n era una expresi¨®n de "normalidad democr¨¢tica" y que lo importante es la idoneidad del designado. Es un punto de vista respetable, pero parece poco realista considerar "accesorio" el hecho de que sea un general del Aire. Ser¨ªa una prueba de transparencia que los ministros de Defensa e Interior explicaran en el Parlamento, como ya ha pedido CiU, las caracter¨ªsticas que hacen especialmente id¨®neo a G¨®mez Arruche para el cargo.