'Urgencias' se despide de La Primera con la emisi¨®n del cap¨ªtulo 200?
Un d¨ªa enciendes la televisi¨®n y te encuentras con la revoluci¨®n. En Estados Unidos pas¨® el 19 de septiembre de 1994. A las ocho de la tarde, hora de Nueva York, la cadena NBC estren¨® el episodio piloto de Urgencias (E. R., Emergency room, en ingl¨¦s). Fueron dos horas de traqueteo constante por el Hospital County General, en Chicago, que provocaron diversas reacciones en cadena. A saber. La primera: Steve Bochco, el rey del drama en los ochenta con Canci¨®n triste de Hill Street y La ley de Los ?ngeles, hab¨ªa perdido su trono cuando finalizaron los t¨ªtulos de cr¨¦dito de Urgencias. Desde ese momento, los productores de la nueva serie -Michael Crichton, Steven Spielberg y John Wells- gobernaron los noventa. Segunda: en la televisi¨®n deb¨ªan moverse las c¨¢maras. Y c¨®mo. Saltos, carreras y galopantes y largu¨ªsimos planos secuencia por pasillos y quir¨®fanos. Tercero: el descubrimiento del lado hipn¨®tico en las v¨ªsceras y los tecnicismos m¨¦dicos. Y eso que Urgencias no ha sido muy sanguinolenta, excepci¨®n hecha de alg¨²n cap¨ªtulo como el dirigido por Quentin Tarantino. Y cuarto: George Clooney subi¨® a los altares medi¨¢ticos despu¨¦s de a?os de papeles frustrados en la tele, incluido otro de doctor en una Urgencias de 1984.
La serie surgi¨® de las experiencias del escritor Michael Crichton como estudiante de Medicina en Harvard y su posterior brega hospitalaria. ?l le vendi¨® la idea a Spielberg y juntos buscaron a un productor, John Wells, que desde la segunda temporada se qued¨® solo al tim¨®n. Urgencias ha capeado crisis nunca superadas por el resto de sus competidores. Nadie hab¨ªa sobrevivido a la desaparici¨®n de un protagonista tan carism¨¢tico como Clooney. ?sta lo logr¨®, descubriendo un nuevo sex symbol: el croata Goran Visnjic (el doctor Luka Kovac). Tras Clooney se han despedido todos los protagonistas iniciales, salvo Noah Wyle (el doctor John Carter), y la audiencia no se ha resentido. Diez temporadas y 23 Emmys (con 106 candidaturas) despu¨¦s, la maquinaria contin¨²a perfectamente engrasada. Ha batido r¨¦cords de sueldos a actores en series dram¨¢ticas (Wyle gana m¨¢s de 400.000 euros por entrega) o de coste por cap¨ªtulo. Incluso llegaron a realizar en directo un episodio (dos veces, por culpa de los husos horarios: primero lo interpretaron para la costa este, y tras acabar, lo repitieron para la oeste). Warner, su productora, sabe que tiene un tesoro en sus manos, y lo mima con estupendas contrataciones. El ¨²ltimo ejemplo es Parminder Nagra, la protagonista de Quiero ser como Beckham, con personaje fijo en la d¨¦cima temporada, actualmente en emisi¨®n en Estados Unidos. As¨ª mantiene el c¨®ctel ¨¦tnico que desde el inicio ha sido marca de la casa, igual que su calidad t¨¦cnica y art¨ªstica, que supera sin traumas el problema de grabar las secuencias exteriores en un aut¨¦ntico centro m¨¦dico universitario en Chicago y las interiores en un estudio en Los ?ngeles. Aunque tambi¨¦n ha habido pasos atr¨¢s: Wells se ha doblegado a los vientos conservadores actuales censurando hace dos meses el plano de un segundo de duraci¨®n del pecho desnudo de una anciana.
De ese cuidado por el producto poco se sabe en Espa?a. La serie -estrenada en enero de 1996- ha sufrido brutales cambios de horarios y de cadena (en un ida y vuelta mareante de La Primera a La 2) y desconcertantes repeticiones. A los 1,8 millones de espectadores de Urgencias se les reconoce por su cara de sue?o, su dominio para programar el v¨ªdeo y su facilidad para hacer una traqueotom¨ªa con un bol¨ªgrafo. Esta noche (23.30, TVE-1) esos supervivientes tendr¨¢n una raci¨®n doble -y ¨²ltima, hasta septiembre- con los cap¨ªtulos 200? y 201?, la conclusi¨®n de la novena temporada.
En Cuando la noche se junta con el d¨ªa, el episodio del n¨²mero redondo, la serie hace una de sus habituales incursiones en lo experimental y sus creadores juegan a contar en paralelo dos historias que acabar¨¢n entrelazadas. Y Kisangani llevar¨¢ hasta Congo a Kovac y Carter. Habr¨¢ que esperar hasta despu¨¦s del verano para seguir disfrutando con el ex jefe de cirug¨ªa Romano, cuya maldad ha dejado a Cruela de Vil a la altura de la Madre Teresa; con John Carter y su mito de hombre del coraz¨®n part¨ªo; y con sus compa?eros de la plantilla del County General, que continuar¨¢n ech¨¢ndole horas al cuidado de los enfermos, comiendo hamburguesas en el bar de enfrente y enamor¨¢ndose y pele¨¢ndose como buenos protagonistas de un culebr¨®n. Pero de un culebr¨®n hecho arte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.