Inteligencia natural
Sin embargo, con independencia de la previsible conclusi¨®n, la pel¨ªcula est¨¢ por encima de la media soportada en los ¨²ltimos tiempos (v¨¦ase Gothika o El efecto mariposa), tanto en la madurez de su propuesta como, sobre todo, en el empaque de sus di¨¢logos. Se nota que Gaghan, guionista ganador del Oscar por Traffic, no es un don nadie a la hora de formar frases con cierta inteligencia sin que ¨¦stas suenen pedantes o poco cre¨ªbles.
LA DESAPARICI?N DE EMBRY
Direcci¨®n: Stephen Gaghan. Int¨¦rpretes: Katie Holmes, Benjamin Bratt, Zooey Deschanel. G¨¦nero: intriga. Estados Unidos, 2002. Duraci¨®n: 90 minutos.
El Embry del t¨ªtulo es un geniecillo universitario (magistral estudiante, con gran talento para la m¨²sica y el teatro, y guapo como un efebo) que, al tiempo, ejerce de engre¨ªdo, maleducado, irritante, pretencioso y cruel ser humano. Consecuencia: es posible que, harto de tanta vulgaridad a su alrededor, haya decidido poner tierra de por medio y largarse a un regocijante encuentro consigo mismo y su sapiencia en alg¨²n lugar apartado de la odiada sociedad capitalista; o es probable que uno o varios de sus conciudadanos le hayan dado matarile por insoportable. La investigaci¨®n, centrada en la novia del desaparecido, es narrada por Gaghan a trav¨¦s de una serie de flash blacks (de la vida de la pareja) que enlazan bien con el drama personal del polic¨ªa que la lleva a cabo, un ex adicto a m¨²ltiples sustancias psicotr¨®picas que lee a Albert Camus.
Como los dem¨¢s personajes secundarios (un par de amigos estudiantes) tampoco son ningunos idiotas, los di¨¢logos mantienen un nivel intelectual alejado de la habitual necedad. Lo que provoca que, en definitiva, esta pel¨ªcula, La desaparici¨®n de Embry, funcione bastante mejor como retrato de personajes que como intriga de entretenimiento, algo que unos pueden ver como una virtud (los hartos de tanta patra?a y de tanto triple salto mortal en el ¨²ltimo momento) y otros como un defecto (los que busquen removerse en la butaca en busca del final perfecto).
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