Un soldado brit¨¢nico implica a 100 compa?eros en palizas a presos
Un soldado, conocido como el soldado C para proteger su identidad, ha implicado a un centenar de militares brit¨¢nicos en supuestas torturas a prisioneros iraqu¨ªes en Basora, capital del territorio iraqu¨ª controlado por el Reino Unido.
A diferencia de los dos soldados que aportaron al Mirror esas fotograf¨ªas, el soldado C ni ha pedido dinero ni se le ha ofrecido nada a cambio de esta informaci¨®n y, lo que es a¨²n m¨¢s relevante, se ha presentado ante la polic¨ªa militar para denunciar los hechos y se dice dispuesto a testificar ante un tribunal. El Ministerio de Defensa ha confirmado que un soldado se ha ofrecido voluntariamente a testificar sobre malos tratos a los prisioneros en Irak.
Seg¨²n su relato en el diario, el soldado C no denunci¨® antes estos hechos, de los que dice que ha sido testigo, porque tem¨ªa que el caso se tapara y a ¨¦l pudiera ocurrirle "cualquier cosa". Ahora se ha decidido a denunciar los malos tratos a los prisioneros porque se estaba poniendo en cuesti¨®n la veracidad de las informaciones publicadas por el Mirror la semana pasada.
Horas arrodillados
A petici¨®n del Ej¨¦rcito, el diario ha decidido mantener en secreto los nombres de los supuestos torturadores identificados por C para evitar que su publicaci¨®n pueda desbaratar un eventual proceso legal contra ellos. En su relato, C da cuenta de las palizas de varios d¨ªas que soportaban los prisioneros menos colaboradores, con "niveles de violencia que estaban mucho m¨¢s all¨¢ de lo aceptable", de c¨®mo les ten¨ªan sin comer, sin beber y sin dormir hasta interrogarles, c¨®mo les hac¨ªan pasar horas arrodillados y con los brazos en alto, c¨®mo sus rostros quedaban desfigurados hasta semejar carneros despu¨¦s de las palizas, c¨®mo les hac¨ªan correr encapuchados por el campamento a pleno sol del t¨®rrido verano iraqu¨ª o yacer encima de sus propias heces.
"Uno de los peores casos que vi fue el del cabo X mostrando de qu¨¦ era capaz. Se fue hacia uno de los prisioneros que a¨²n ten¨ªa un saco de arena en la cara y fue metiendo los dedos en sus globos oculares hasta que el chaval se retorci¨® de dolor", relata. El soldado C explica c¨®mo los oficiales s¨®lo interven¨ªan en casos de palizas extremas y afirma que los malos tratos empezaron a trascender fuera del campamento porque uno de los presos muri¨® y tuvo que intervenir la Polic¨ªa Militar.
"Cuando la secci¨®n especial se vio envuelta, el oficial X neg¨® que supiera nada sobre lo ocurrido. Dijo que habr¨ªa castigado a los responsables pero que no sab¨ªa nada. ?C¨®mo pod¨ªa decir que no sab¨ªa nada, acaso no ve¨ªa en qu¨¦ estado quedaban los detenidos despu¨¦s del interrogatorio?", denuncia.
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