Internet se cuela en las juntas de accionistas
Uni¨®n Fenosa ha sido de las primeras en permitir que sus inversores voten a trav¨¦s del correo electr¨®nico
Un peque?o accionista de Uni¨®n Fenosa vot¨® en la ¨²ltima junta de accionistas de la empresa a trav¨¦s del correo electr¨®nico. Fue el ¨²nico. Las empresas espa?olas est¨¢n teniendo problemas para adoptar esta recomendaci¨®n de buen gobierno recogida en la Ley de Transparencia. M¨¢s que el coste, la principal raz¨®n para que esta posibilidad que es un hecho en EE UU no cuaje en Espa?a son las dificultades para garantizar la seguridad del sistema.
El primer problema para la generalizaci¨®n de este sistema es que exige grandes garant¨ªas para asegurar la identidad del votante
En la ¨²ltima asamblea general de la el¨¦ctrica, s¨®lo una persona ejerci¨® su derecho a trav¨¦s de la red. Otros lo intentaron con menos ¨¦xito
El voto en la junta general podr¨¢ "ejercitarse por el accionista mediante correspondencia postal, electr¨®nica o cualquier otro medio de comunicaci¨®n a distancia, siempre que se garantice debidamente la identidad del sujeto que ejerce su derecho de voto". Lo dice la Ley de Transparencia de los Mercados, que entr¨® en vigor el pasado mes de julio, pero est¨¢ lejos de ser realidad para la gran mayor¨ªa de las empresas cotizadas de Espa?a.
No es el caso de Uni¨®n Fenosa, que celebr¨® su junta general de accionistas el pasado 29 de abril en Madrid. Tras ensayar el a?o pasado la posibilidad de que sus accionistas votaran a distancia -la compa?¨ªa tiene repartidas 300 millones de acciones-, la el¨¦ctrica ha convertido en realidad esta posibilidad en la asamblea de este a?o. Un ¨²nico inversor, sin embargo, decidi¨® ejercer su derecho de voto a trav¨¦s de Internet.
Hubo algunos m¨¢s que intentaron esta v¨ªa pero sus votos fueron anulados por que no cumpl¨ªan los requisitos establecidos en los estatutos de la compa?¨ªa, reconoce el secretario del consejo de administraci¨®n de la el¨¦ctrica, Ram¨®n Novo. A Novo no le ha sorprendido el escaso ¨¦xito de Internet entre los accionistas. Y eso que para votar a trav¨¦s de este canal, la empresa s¨®lo impone dos requisitos, recogidos en sus estatutos: que el inversor tenga una direcci¨®n de correo electr¨®nico y cuente con firma electr¨®nica -un certificado digital que acredita la identidad de quien opera a trav¨¦s de Internet-.
El procedimiento para votar en la junta de Uni¨®n Fenosa consiste en mandar un correo electr¨®nico a la oficina de atenci¨®n al accionista. En el texto, el interesado debe informar de sus datos b¨¢sicos, especificar que quiere votar en la junta y en qu¨¦ sentido y adjuntar el certificado digital que acredita su identidad. El env¨ªo debe llegar a su destino al menos 24 horas antes de que se celebre la asamblea para ser v¨¢lido.
Para facilitar la tarea, Uni¨®n Fenosa cre¨® un espacio espec¨ªfico en su p¨¢gina web donde los inversores pod¨ªan entender el sistema y hacerse con un formulario para facilitar su decisi¨®n.
El ejemplo de Uni¨®n Fenosa es de los pocos que podr¨¢n verse en esta temporada de juntas, coinciden distintos expertos consultados. El coste de implantar un sistema de voto electr¨®nico no explica esta escasez. Seg¨²n el secretario del consejo de la el¨¦ctrica, ¨¦ste no es significativo. "Es mucho m¨¢s importante el esfuerzo de coordinaci¨®n entre t¨¦cnicos inform¨¢ticos, los profesionales de la oficina de atenci¨®n al accionista, tesorer¨ªa, etc¨¦tera", asegura. Tampoco la t¨¦cnica es mayor problema, coinciden distintos expertos consultados.
Firma electr¨®nica
El mecanismo ya existe: es la firma electr¨®nica que utiliz¨® el accionista de Uni¨®n Fenosa, que fue regulada en Espa?a el a?o pasado. Este certificado permite a los usuarios de Internet demostrar que son quienes realmente dicen que son y puede obtenerse a trav¨¦s de la F¨¢brica de Moneda y Timbre y otros organismos proveedores.
El primer problema para la extensi¨®n de Internet en las juntas es que hacen falta grandes garant¨ªas que permitan asegurar que quien vota es el verdadero inversor. Algunas grandes empresas apuntan a esos problemas de seguridad para no haber instalado un sistema electr¨®nico en sus juntas de este a?o y el propio Novo reconoce que "los t¨¦cnicos dec¨ªan que hab¨ªa muchas posibilidades de fraude, de que alg¨²n hacker [pirata inform¨¢tico] aprovechara la situaci¨®n",
Hay otras dificultades. La firma electr¨®nica "no est¨¢ generalizada, m¨¢s por un tema psicol¨®gico que por otra cosa", asegura Vicente Arias, del departamento de Nuevas Tecnolog¨ªas de Albi?ana & Su¨¢rez de Lezo.
Los abogados de este despacho especializado en derecho mercantil son a¨²n m¨¢s pesimistas: "El peque?o accionista no tiene ni la capacidad ni la voluntad de acudir a la junta". A pesar de ello, consideran que la posibilidad de que ¨¦stos puedan ejercitar su voto por medios electr¨®nicos es "un avance".
La tecnolog¨ªa pues est¨¢ lista, falta que cale en las empresas el deseo de utilizar Internet con el fin de facilitar la vida a sus accionistas y en ¨¦stos la idea de que deben ejercer "su derecho m¨¢s sagrado", el de voto. Tal vez el ejemplo de Eurotunnel, aseguran los abogados consultados, donde la uni¨®n de muchos peque?os inversores permiti¨® la destituci¨®n del consejo, sirva de acicate.
Como casi todas las novedades que en materia de buen gobierno ha introducido la Ley de Transparencia, la del voto electr¨®nico s¨®lo est¨¢ viviendo un ensayo, ni siquiera general, en las juntas generales de este a?o. La prueba de su calado en Espa?a ser¨¢ en las de 2005.
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