Ben¨ªtez se convierte en leyenda
El t¨¦cnico supera sus relaciones tormentosas con el club y logra comprometer a sus jugadores
"Ben¨ªtez nunca tiene bastante. Quiere la ¨²ltima tecnolog¨ªa punta, el ¨²ltimo ordenador... valga lo que valga. ?No somos el Manchester! Sabemos que es bueno para el equipo que sea tan exigente, pero es dif¨ªcil seguirle el ritmo". Es una cr¨ªtica envuelta de un halago. O al rev¨¦s. As¨ª cuentan desde el club cu¨¢l es la relaci¨®n del t¨¦cnico con la sociedad que le paga y con la que tiene contrato una temporada m¨¢s. Tormentosa, aunque de reconocimiento de su val¨ªa para exprimir una plantilla buena, sin duda, pero ?hasta qu¨¦ punto? No parece que para ganar dos Ligas en tres a?os. Y nada menos que al Madrid. El club le atribuye el m¨¦rito a este entrenador madrile?o de 44 a?os, muy preparado, ambicioso y seguro de s¨ª mismo. Y que pasa al imaginario valencianista como el ¨²nico capaz de conquistar dos Ligas de las seis que posee la entidad. Las otras cuatro las ganaron Ram¨®n Encinas (1941-42), Eduardo Cubells (1943-44), Luis Casas Pasar¨ªn (1946-47) y Alfredo Di St¨¦fano (1970-71).
Licenciado en Educaci¨®n F¨ªsica en 1982, con 22 a?os, y entrenador nacional a los 29, Ben¨ªtez fue un futbolista modesto, medio centro y zurdo, del Madrid B, el Parla y el Linares, que empez¨® a obsesionarse con la idea de ser entrenador desde muy joven. No cualquier entrenador, sino uno de los grandes. Cualidades que le abren un paralelismo con otro preparador en boga, Jos¨¦ Mourinho, finalista con el Oporto de la Liga de Campeones. Si, a los 14 a?os, Mourinho le escrib¨ªa a su padre los informes de los conjuntos rivales, Ben¨ªtez, a los 13, anotaba en un cuaderno que le regal¨® su padre las alineaciones, las calificaciones de los jugadores...
Arranc¨® la temporada Ben¨ªtez encolerizado con sus dirigentes, que le prometieron unos refuerzos que nunca llegaron (Eto'o y Dani), adem¨¢s de ficharle a tres jugadores (Oliveira, Canobbio y Jorge L¨®pez) de los que ¨¦l s¨®lo quer¨ªa al centrocampista del Villarreal. As¨ª lo proclam¨® tras pinchar en casa ante el Valladolid (1-1) en un ataque al director deportivo, Jes¨²s Garc¨ªa Pitarch. "No asumo la responsabilidad de los fichajes, s¨®lo lo que saque de jugo a la plantilla, con la que estoy m¨¢s o menos contento", declar¨® entonces el t¨¦cnico, que acaba el curso convencido de que, en un club ingobernable, ha tapado las deficiencias de la plantilla con su exitosa pol¨ªtica de rotaciones. "Aspiramos a la estabilidad, pero nos hemos sentido como sobre una silla en medio de una tempestad en alta mar", dice un miembro del cuerpo t¨¦cnico.
Fiel ha s¨ª mismo, y apoy¨¢ndose en su preparador f¨ªsico, Paco Ayestar¨¢n, Ben¨ªtez ha desmenuzado cada minuto para llegar al final con la m¨¢xima energ¨ªa. Lo lograron. Aplicaron un sistema de origen franc¨¦s para saber c¨®mo est¨¢ cada jugador f¨ªsicamente en cada momento, lo que les reforz¨® en su creencia del reparto de minutos. El resultado ha sido que todos los futbolistas, salvo el lesionado Fabio Aurelio, son part¨ªcipes del triunfo.
El entrenador madrile?o se gan¨® el compromiso de los jugadores el pasado verano. Les convenci¨® de que s¨®lo ser¨ªan grandes con un esfuerzo tit¨¢nico. Un despliegue de energ¨ªa dif¨ªcil de asumir por el contrario, como sucedi¨® hace dos a?os. Antes Ben¨ªtez tom¨® una decisi¨®n determinante. Le retir¨® el brazalete de capit¨¢n a Ca?izares y convoc¨® elecciones en el vestuario. Ganaron Albelda y Baraja. Se romp¨ªa la zanja entre buena parte de la plantilla y el t¨¦cnico, rodeado de una guardia pretoriana: Pellegrino, Ayala y Ca?izares, ante el malestar de casi todos los dem¨¢s. Con el tiempo, Pellegrino, con esos impulsos de entrenador que mam¨® de Marcelo Bielsa en V¨¦lez Sarsfield, sigue siendo su mano derecha, y Ayala el jefe supremo en la cancha, pero el resto tambi¨¦n se siente implicado.
En cuanto al juego, Ben¨ªtez declar¨® que le gust¨® m¨¢s el f¨²tbol del Valencia que acab¨® la Liga 2001- 2002, liderado por los plet¨®ricos Baraja y Aimar. Los n¨²meros, sin embargo, son mucho mejores en el actual equipo, sobre todo en ataque, por la explosi¨®n de Mista y Vicente. Aimar jug¨® muy bien en la primera manga, pero las lesiones le apartaron en los dos ¨²ltimos meses. Y abri¨® la duda sobre si el t¨¦cnico lo tiene entre sus preferidos tras ganar ocho partidos seguidos sin ¨¦l. O si prefiere que lo traspasen para aspirar a un fichaje m¨¢s de su gusto. El chico tampoco rebosa felicidad en un equipo tan marcial, pero el club entiende que es una marca comercial, el ¨²nico que vende camisetas por todo el mundo. "En Jap¨®n es la locura, Aimar seguir¨¢", aseguraron ayer desde el club.
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