Toda precauci¨®n parece poca
Un n¨²mero no revelado de agentes de EE UU trabajar¨¢n en secreto en Grecia, y fuera estar¨¢n preparados equipos de respuesta r¨¢pida del FBI
Cuando los servicios de inteligencia de Estados Unidos parec¨ªan ganar confianza en el despliegue de seguridad para los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas, el estallido de tres bombas en la capital griega ha destrozado el poco optimismo mostrado en p¨²blico; en privado, las autoridades ven la cita como una pesadilla. A menos de 100 d¨ªas de la apertura, incluso se han disparado las especulaciones sobre la posible retirada. El senador Jon Kyl, del comit¨¦ que supervisa la seguridad en Atenas, es rotundo: "El ¨²nico lugar en el que me sentir¨ªa seguro viendo los Juegos es en mi casa delante del televisor".
Aunque no tengan relaci¨®n, las explosiones parec¨ªan programadas para coincidir con la visita a Washington del ministro griego de Orden P¨²blico, George Voulgarakis, que se entrevist¨® con los directores de la CIA, John Tenet, y del FBI, Robert Mueller; con el secretario de Seguridad Interior, Tom Ridge, y con la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.
El director de la CIA coordina directamente los datos de todos los servicios de inteligencia
Voulgarakis habl¨® de un escudo de 70.000 agentes civiles y militares. Habl¨® del Sistema de Mando y Control, un centro de datos que ha tardado tres a?os en dise?arse y que coordinar¨¢ cada movimiento de cada agente para que no haya vac¨ªos. Habl¨® de las 1.400 c¨¢maras de seguridad de alta definici¨®n, capaces de girar, acercarse al objetivo y analizar la imagen en comunicaci¨®n digital con el Centro de Operaciones. Habl¨® de la coordinaci¨®n en el de Inteligencia Ol¨ªmpica, con agentes y expertos de siete pa¨ªses, entre ellos Espa?a
De lo que no habl¨® es de la imposibilidad de poner a prueba algunos de los sistemas m¨¢s sofisticados en estadios a¨²n sin acabar. No habl¨® de los cables de fibra ¨®ptica a¨²n no enterrados por falta de tiempo ni del poco entrenamiento del personal de las c¨¢maras y los sensores.
"Nuestros planes est¨¢n perfectamente preparados. Tengo una confianza extrema", concluy¨® Voulgarakis; "se han realizado todos los ejercicios de preparaci¨®n que se pueden llevar a cabo. Si existe algo m¨¢s que podamos hacer, lo haremos". Hasta se han previsto maniobras conjuntas con la OTAN.
En cualquier caso, EE UU planea enviar al menos 100 agentes de la Oficina de Seguridad Diplom¨¢tica. Habr¨¢ tambi¨¦n equipos de respuesta r¨¢pida del FBI, estacionados fuera de Grecia, y un grupo de trabajo del Departamento de Energ¨ªa formado por expertos en armas de destrucci¨®n masiva. Todos ellos se sumar¨¢n a una cantidad no desvelada de agentes civiles y militares que trabajar¨¢n en Atenas en secreto porque, de forma oficial, la seguridad depende del pa¨ªs organizador.
Mientras tanto, el director de la CIA se ocupa personalmente de la combinaci¨®n de los datos de inteligencia captados por las diferentes agencias de su Gobierno al ser consciente de que los fallos en esa coordinaci¨®n impidieron prever los atentados terroristas del 11-S.
A la espera de la decisi¨®n final, el Gobierno griego ha confirmado que adjudicar¨¢ varios agentes armados del servicio secreto a cada atleta norteamericano de ¨¦lite. Existe tambi¨¦n la posibilidad de que no se alojen en la Villa Ol¨ªmpica, sino en el inmenso barco de cruceros Queen Mary 2, anclado en El Pireo y protegido por submarinos y buceadores militares. El nav¨ªo ser¨ªa el alojamiento de George Bush si decidiera hacer una visita sorpresa a los deportistas norteamericanos, algo poco probable.
Las bombas, desde luego, "recuerdan los riesgos", dice Gordon Smith, el senador que preside el comit¨¦ sobre la seguridad. "Empezamos a escuchar muchas dudas sobre si deber¨ªamos ir o no", reconoce. Oficialmente, su comit¨¦ apoya la participaci¨®n, pero se deja abierta la posibilidad contraria y se muestra cierto disgusto con el comportamiento griego: "Nos gustar¨ªa que nos dieran menos garant¨ªas gen¨¦ricas y m¨¢s detalles espec¨ªficos".
De momento, nadie en el Comit¨¦ Ol¨ªmpico norteamericano (USOC) ha planteado la retirada y ning¨²n deportista se ha sumado a ella, aunque varios se resisten a confirmar su intervenci¨®n con excusas personales o m¨¦dicas. Bill Mart¨ªn, su presidente, proclama: "No existe ahora mismo ning¨²n escenario que pueda hacernos cambiar nuestro plan. No robaremos a nuestros deportistas su trabajo de a?os".
No obstante, s¨®lo unos pocos atletas o ex atletas apoyan en voz alta ese criterio, especialmente quienes se perdieron Mosc¨² 80 por la decisi¨®n del entonces presidente Jimmy Carter, la cual acab¨® en los tribunales por una demanda de la deportista Anita DeFrantz. Los jueces determinaron entonces que en el futuro el que resolviese fuera el USOC.
Pero el propio Smith reconoce que las garant¨ªas de participaci¨®n pueden anularse: "En cualquier momento se puede alcanzar un nivel de riesgo que fuerce al USOC a reconsiderar sus planes". Seg¨²n Walter Purdy, director del Centro para la Investigaci¨®n de Terrorismo, esa decisi¨®n s¨®lo se tomar¨ªa "si la situaci¨®n se escapase por completo de nuestro control". Otro experto que trabaja como analista para el Pent¨¢gono, Bruce Hoffman, recuerda que estos Juegos "tienen el potencial de ser enormemente simb¨®licos para los terroristas. Desde el punto de vista de Al Qaeda, es man¨¢ ca¨ªdo del cielo".
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