Los desaf¨ªos del futuro

?Qu¨¦ quiere ser de mayor el Cervantes? ?Una academia de idiomas? ?Un Goethe? Buena oportunidad, quiz¨¢ la ¨²ltima, para decidirlo. Naci¨® en 1991, seg¨²n consta en el BOE, adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores, con el acuerdo impl¨ªcito de que Educaci¨®n y Cultura deb¨ªan intervenir. ?Ha sido as¨ª?

?ltimas noticias que se tienen del instituto: ha invertido nueve millones de d¨®lares (7.607.0000 euros) por la adquisici¨®n de un edificio en Nueva York, m¨¢s otros tres millones de d¨®lares, en total, 10.143.000 euros, por su restauraci¨®n y puesta a punto. No es eso, no es eso.

?Quiere ser un Goethe, un British Council? Pondremos un ejemplo, s¨®lo uno, de lo que ha hecho el Goethe. Ca¨ªdo, derribado, el muro de Berl¨ªn, en 1989 se pusieron en marcha, con la connivencia de la Feria del Libro de Francfort, una serie de iniciativas para incorporar a los editores del antiguo Este. Y en eso han estado trabajando, silenciosa e imparablemente. Es su zona de influencia y, por la marcha que llevan, lo seguir¨¢ siendo. Lo tienen claro.

?Cu¨¢l es la zona de influencia de la lengua espa?ola? ?Cu¨¢l es la que quiere tener? No es ¨²nicamente Exteriores quien tiene que decidirlo. Tambi¨¦n Educaci¨®n y Cultura. El Magreb, Oriente Pr¨®ximo; evidentemente, Estados Unidos, donde, en California, tuvieron que legislar a favor del ingl¨¦s ante el avance imparable del espa?ol. ?Y Am¨¦rica Latina? Ah¨ª, los cursos de espa?ol no sirven. En los ¨²ltimos a?os, el Instituto de Cooperaci¨®n Internacional para Iberoam¨¦rica, dependiente de Exteriores, ha estado compitiendo con Cultura. No es eso, no es eso. Es imprescindible que Exteriores, Cultura y Educaci¨®n se pongan de acuerdo y si hay que modificar los estatutos del Cervantes, que lo hagan.

M¨¢s: el Cervantes es responsable, debe serlo, de la lengua y de la cultura espa?ola. Y ah¨ª entran Galicia, Catalu?a y Pa¨ªs Vasco. El se?or Josep Piqu¨¦, cuando era ministro de Exteriores, prometi¨® una ayuda econ¨®mica al Institut Ramon Llull. Nunca lleg¨®. C¨¦sar Antonio Molina, excelente gestor, magn¨ªfico traductor, sensible conocedor de la pluralidad de esta Espa?a, tiene ante s¨ª un reto muy importante.