"?Era necesario ir a la guerra? Mi respuesta es no"
Robert McNamara (San Francisco, 1916) fue secretario de Defensa de Estados Unidos entre 1961 y 1968 en las administraciones de Kennedy y Johnson. Con el primero vivi¨® la crisis de los misiles en Cuba y con el segundo la escalada de la guerra de Vietnam. Entre 1968 y 1981 fue presidente del Banco Mundial. Ayer particip¨® en Barcelona en el di¨¢logo El mundo,
hoy del F¨®rum de las Culturas, y sus primeras palabras fueron para asegurar que "no existen excusas" para las torturas de prisioneros en Irak y exigir que "se tomen decisiones para que una cosa as¨ª no vuelva a ocurrir", adem¨¢s de apuntar que "la situaci¨®n en Guant¨¢namo puede ser a¨²n peor".
Pregunta. ?Hay alg¨²n paralelismo entre la guerra de Vietnam y la de Irak?
"La opini¨®n p¨²blica de EE UU a¨²n no se ha visto reflejada en las im¨¢genes de la tortura"
Respuesta. No. Son totalmente diferentes. Las razones de la guerra de Vietnam hay que buscarlas en la guerra fr¨ªa. El presidente Eisenhower dijo que si Occidente ced¨ªa el control de Vietnam del Sur a la Uni¨®n Sovi¨¦tica las piezas del domin¨® caer¨ªan una tras otra y el comunismo se extender¨ªa por toda Asia. Nosotros lo cre¨ªmos y est¨¢bamos equivocados. La intervenci¨®n en Irak se basa en dos presupuestos: la existencia de armas de destrucci¨®n masiva y el peligro que Sadam Husein representaba tanto para su propia gente como para la zona. Mucha gente cre¨ªa en una de estas razones, pero la pregunta es: ?era necesario ir a la guerra? Mi respuesta es no. Hab¨ªa que llevarlo a Naciones Unidas. Lo hicimos, pero no lo perseguimos.
P. Entre la opini¨®n p¨²blica europea existe la creencia de que EE UU fue a esta guerra para controlar el petr¨®leo.
R. No, no lo creo en absoluto. Es verdad que nosotros consumimos unas cantidades muy poco razonables de petr¨®leo, pero la cuesti¨®n es si nuestro aprovisionamiento de petr¨®leo est¨¢ en peligro. Y no lo est¨¢. El petr¨®leo es un producto cuyo precio es muy el¨¢stico. Cuando subi¨® enormemente en los a?os ochenta, el consumo cay¨®. Adem¨¢s, los productores de petr¨®leo no se lo pueden comer, tienen que venderlo a riesgo de que sus econom¨ªas no puedan funcionar sin estos ingresos.
P. ?La opini¨®n p¨²blica norteamericana apoya mayoritariamente el unilateralismo de esta Administraci¨®n o est¨¢ dividida?
R. Estados Unidos est¨¢ dividido en dos, ciertamente. La visi¨®n del mundo que tienen los neoconservadores, lo que yo llamo la derecha religiosa, es importante, pero minoritaria, si bien en seg¨²n qu¨¦ circunstancias puede decantar el equilibrio. Hoy en d¨ªa es muy prevalente, pero los acontecimientos de las ¨²ltimas dos semanas en Irak van a debilitarla.
P. ?C¨®mo puede Estados Unidos salir del desastre de Irak?
R. No quiero pronunciarme sobre esto. Creo que es irresponsable que un ex secretario de Defensa comente p¨²blicamente sobre c¨®mo un presidente debe actuar en medio de una guerra.
P. Insistiendo en el paralelismo con Vietnam. ?C¨®mo cree usted que esta guerra afectar¨¢ a la sociedad norteamericana?
R. La guerra de Irak est¨¢ teniendo un efecto adverso en esta Administraci¨®n. La guerra de Vietnam tambi¨¦n lo tuvo en la Administraci¨®n de Johnson. Pero creo que Bush est¨¢ en una posici¨®n mucho m¨¢s fuerte de la que ten¨ªa Johnson. La guerra de Irak todav¨ªa no se ha convertido en un problema tan serio como lo fue la guerra de Vietnam.
P. Tal vez ahora, tras conocerse el esc¨¢ndalo de las torturas...
R. Cierto, la tortura, los abusos, son absolutamente condenables y rechazables, y deben tomarse todas las medidas para que no ocurra m¨¢s, pero creo que la opini¨®n p¨²blica norteamericana todav¨ªa no se ha visto reflejada en estas im¨¢genes.
P. Usted form¨® parte de la Administraci¨®n de Kennedy. Representaban los sue?os de una generaci¨®n. Europa les adoraba. ?Cree que Estados Unidos ha cambiado tanto desde entonces?
R. No, no tanto. Mucha gente critica la Administraci¨®n de Bush por ser unilateralista, pero la verdad es que b¨¢sicamente los norteamericanos son unilateralistas. Creemos que salvamos a Europa en las dos guerras mundiales y la salvamos econ¨®micamente con el Plan Marshall. Creemos que hacemos m¨¢s de lo que nos corresponde ayudando a los pa¨ªses en desarrollo, lo que no es cierto, y creemos que tratamos de hacer el bien y lo hacemos y ?por Dios! que los dem¨¢s tienen que reconocerlo. Yo no comparto este punto de vista, pero est¨¢ muy extendido.
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